CULTO AL JEFE
Qué trauma vivió España, me he solazado con la fluida prosa e interesantes historias de Rafael Abellá, "De la semana trágica al 20N, los hechos que han configurado la España de hoy". Es antiguo, de 1979. El autor, químico metido a historiador, va al grano de los hechos y reporta lo significativo, desfilan las jornadas gloriosas, bastante poco gloriosas, que configuraron nuestro siglo XX. Muy ameno.
Lo del trauma me refiero al trienio terrible del que salió el dictador vencedor, concentrador de todos los poderes y caudillo de España por la gracia de Dios. Qué sometimiento después de las penurias que se vivieron, trajo la paz, y de hartazgo, lo que quedaba vivo del pueblo español, se echó en sus brazos como en los del Mesías.
A los santificadores los nombra de un trazo: oportunistas. No se detiene en ellos pero se sorprende de que el fraude Matesa se resolviera en favor de los tecnócratas al amparo de los cuales había sido posible el descomunal vaciado de la caja común de los españoles. En favor de Giscard p.e, para auparlo a la presidencia de la República. A Quijotadas no nos gana nadie.
Compara al trío de dictadores: "junto al principio misógino y masculino que encarnaba el solitario Hitler,
el machismo mujeriego y viril típicamente latino de Mussolini, Franco monógamo e indiferente representaba con la inevitable e imprescindible presencia de su señora en todo acto público, el reconocimiento a un matriarcado de gran poder en lo doméstico y en lo económico y de sutil influencia a través del cenáculo de sus amigas".
La sacralización de su persona alcanzó cotas impensables. Y el culto a la personalidad se instaló: era el impulsor de la agricultura, el ideador del gasógeno, el promotor de la gasolina sintética, la provincia de Alava lo nombró "padre", no hubo villa que no lo hiciera hijo adoptivo ni medalla de oro que no se acuñara especialmente para él. Custodio de la Moral Militar, Defensor de los Humildes, Maestro de Héroes, Genio de la guerra, Padre de los Pobres, Caudillo de la cultura, Profeta de la Historia, Centinela de Occidente, guardián de su Grey, que nunca descansa, el centinela que no se releva, el que recibe los telegramas ingratos y dicta las soluciones, el que vigila mientras los otros duermen.
"¡Bendita sea la riada que nos trajo a Franco!" se leyó en una pancarta en un pueblo visitado por el caudillo tras una tormenta que lo había arrasado.
En 1943 FJ Conde elaboró la teoría del caudillaje franquista:
"El símbolo que el Fundador escogió para representar al Caudillo está hecho de resonancias antiguas: el Caudillo es héroe hecho Padre. Traduce el carácter genuinamente fundacional del caudillaje. Dece Pater Patriae es decir fundador de una orden y de una doctrina política nueva. Mientras el vocablo héroe arguye el camino guerrero y heroico de la fundación, la palabra "padre" es término calificativo para quien asume la cura y el bienestar de sus seguidores. ..
La relación personal entre el Caudillo y los acaudillados no es pues, principio de servidumbre, sino de libertad. Asume el caudillo la cura de sus seguidores, no para arrebatarles el cuidado de su existencia propia, sino para esclarecer en ellos la cura de sí mismos, iluminando ante sus ojos el ámbito de posibilidades que su propia existencia les ofrece."
Paralelismo completo con nuestro padre, ya tú sabes....
Y los viajes del caudillo eran un despliegue inédito de medidas de seguridad. Temía como todo buen tirano por su vida y tomaba medidas. El azogue que les entraba a las autoridades cuando llegaba Franco a un pueblo, ciudad o pantano, me recuerda el clima en que nos movíamos cuando se esperaba la visita del otro padre.
Se limpiaba hasta la basura de la calle que ya formaba parte del mobiliario urbano, qué desinfecciones y abrillantamientos. Recuerdo una vez en la que curiosamente el famoso padre llegaba por una puerta y yo me iba por la otra porque tenía exámenes en Pamplona. La cara de las numes fanáticas era de estupefacción. Pero la limpiadera de 48 horas, escobones, cubos, trapos en ristre, no me la perdí.
Averiguando por los rincones hasta la más ínfima zaborra que dicen en mi tierra.
De las medidas de seguridad se encargarían otros.
"En la paz y su cuidado personal, Franco no quiso tentar más a la suerte. Su protección se hizo redoblada. Su escolta, poderosa. Sus visitas a cualquier ciudad iban precedidas de registros, de detenciones preventivas, de extraordinarias medidas de seguridad. Sus recorridos eran cuidadosamente rastreados: las azoteas vigiladas, los porteros, responsabilizados. Sus viajes por carretera eran espectaculares, con una comitiva de coches que abrían paso metralleta en mano, apartando vehículos y viandantes.
Quien dudase un instante de apartarse corría el riesgo de verse ametrallado, atropellado o empujado a la cuneta. Algún aldeano, vacilante sobre su bicicleta, se vio desplazado de un empellón. Los cruces de carreteras eran tomados militarmente por los responsables de la seguridad, quienes se curaban en salud cortando todo tráfico con extraordinaria antelación sobre la hora de paso del Caudillo.
A lo largo del recorrido, ocultos tras unos peñascos o matorral, veíanse los tricornios de la guardia civil que cada 100 m vigilaban el trayecto.
Cuando llegaba la caravana a toda velocidad, la impresión era atemorizadora. Una serie de coches iguales impedía determinar con exactitud en cuál de ellos viajaba el Generalísimo. El avión casi no lo usó nunca, y el tren lo tenía proscrito por razones obvias. Su único medio de desplazamiento era el coche blindado, con la imponente cohorte de precauciones que le garantizaban de un atentado."
Y otro paralelismo del culto a la personalidad y poder omnímodo, ejecutivo, legislativo, judicial y moderador de su propio régimen, fue su entronización en mira tú que casualidad, el monasterio de las Huelgas, un hito en nuestras vidas jurídicas y estatutarias:
"La ceremonia de designación del primer consejo Nacional de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas Ofensiva Nacional Sindicalista, (así se llamaba el partido en el que mezcló lo inmezclable, todos los que le habían apoyado y el apoyarían disfrutando las sinecuras que ofrecería Falange), se celebró el 3 de diciembre de 1937 en la ciudad de Burgos, (si no estábamos todavía en el hotel Sabadell, no recuerdo las fechas, a punto de llegar). Capital de la zona franquista.
Al más puro estilo mitad ascético y mitad castrense del Estado, fue en el monasterio de las Huelgas, levantada su clausura para acoger a los dignatarios de un país en guerra que la misma Iglesia española había definido como Cruzada. Tropas y Milicias cubrían la carrera que Franco recorrió, escoltado por su Guardia Mejaznía, lo que no dejaba de constituir un enorme contraste en momento tan dado a la mística. Representantes de los concejos castellanos con capas pardas daban una nota rural que afirmaba el sentido de la contienda, perfilado como enfrentamiento entre el agro y la urbe, entre el hidalgo y el proletario".
Interesante la consolidación del capitalismo oligárquico en la que a los viejos nombres del mundo financiero Ybarra, Aledo, Garnica, Felgueroso, Ampuero, Churruca, Villalonga se unieron los de la reciente oligarquía creadora de los grandes negocios tolerados por el Régimen, aquellos que se cerraban en las monterías del centro y sur de España: los Fierro, Blasco, Arburúa, Coca, Barreiros, Argillo, Banús, Bordegaray, se deja Huarte.
Comentarios
La educación básica es un culto al poder desde el minuto 0 por la propia existencia del "maestro".
Los billetes ya no son de curso legal y están dando a todo el mundo hasta el 30 de octubre, para depositarlos o perder el 100%.