PICASSO

Interesante la investigación y el despliegue de info en países aledaños, recuerdo la enseñanza la "Iglesia madre y maestra", madre de algunos, no de todos.

 Era su seudónimo, un cura famoso, artista que pintaba iglesias, hacía Via Crucis, vidrieras y otros objetos y elementos de culto conocidos y reconocidos en toda la región. Ahora se descubre el pastel, los vecinos de los pueblecitos donde ejerció dicen "ya se sabía que los niños posaban tout nus para el cura artista".

 Fallecido en 1994, el padre Louis Ribes, conocido como “RIB”, era conocido por sus pinturas y vidrieras que aún adornan las iglesias de la región de Lyon. Gracias al testimonio en “Marianne” de Luc G., una de sus víctimas, han aparecido otros niños. La diócesis de Saint-Etienne está organizando una reunión pública el martes 18 de enero para discutir el caso.

La historia es una locura. Es la de un sacerdote de la diócesis de Lyon, Louis Ribes, un pintor conocido en la región, apodado "el Picasso de las iglesias" que violó y agredió sexualmente a niños hasta su muerte en 1994. Loca historia porque hizo posar desnudos a los niños ante entregarse a las caricias y, que aún hoy, muchas iglesias en Rhône-Alpes albergan sus obras. Algunas de las escenas representadas son inequívocas, como esta vidriera titulada "El hijo pródigo" de la iglesia de Sainte-Catherine de Lyon donde, frente a un sacerdote, un niño está arrodillado, con la cabeza a la altura del abdomen.

Pero, desde el pasado 18 de octubre, ese secreto que ha amurallado el silencio de los pueblos por los que pasó Ribes, ese secreto que ha congelado en la vergüenza de familias enteras durante años, se ha hecho añicos. Ese día, Luc testificó en Marianne. Contaba cómo Louis Ribes lo había violado de niño, desde 1972, entre los 8 y los 14 años, en las afueras de Lyon. Describió un comportamiento depredador bien entrenado, el de un hombre de Iglesia que se introduce en la familia con el pretexto de necesitar un “enfermero” que lo cuide después de problemas cardíacos. Un sacerdote presentándose como valor moral y tutelar antes de pedir al niño que posara desnudo con la bendición de los padres cuya fe en él era inextinguible. Un manipulador que, para comprar el silencio de sus pequeñas víctimas, las cubría con lujosos regalos que los padres no podían permitirse.

 

 

Los alcaldes corre que te pillo se apresuran descolgando las obras de Picasso. 

 

 

Pinturas del cura fueron retiradas la semana pasada

Después del testimonio de Luc, todo se aceleró. Aunque ya había recogido las historias de otras víctimas en 2015, la diócesis de Lyon escuchó la palabra de Luc y decidió descolgar las pinturas de Ribes de las iglesias de la región, algunas la semana pasada. El jueves pasado, la diócesis de Saint-Etienne, a través de su obispo Sylvain Bataille, emitió el siguiente comunicado de prensa: "El verano pasado, varias personas se pusieron en contacto con la diócesis de Lyon y la diócesis de Grenoble para revelar que ellos o sus familiares habían sido agredidos sexualmente por el padre Louis Ribes, pintor fallecido en 1994. Por mi parte, recientemente supe que en la diócesis de Saint-Etienne también habían sido agredidas personas, siendo el padre Ribes de Grammond, a donde regresaba regularmente”.

 

 La diócesis de Lyon también se expresó: “Tuvimos certeza, en octubre pasado, de la veracidad de los hechos. Los responsables de la diócesis de Lyon expresan a las víctimas del padre Ribes su profunda compasión, su vergüenza de que un sacerdote haya podido cometer tales actos”. El alcance del abuso se extiende,  de la región de Lyon a la de Saint-Etienne. Luc también ha identificado a otras diez víctimas desde el artículo de Marianne, una de las cuales le había contado su terrible experiencia a la diócesis en 2015.

Después del testimonio de Luc, Marianne recibió una llamada. La de un primo del padre Ribes. Tenía en su poder fotos de Luc con el cura y fotos de otros niños desnudos que habían posado para el pintor. Estas instantáneas muestran la cercanía del sacerdote con sus “modelos”. A través de nuestro intermediario, pudo ponerse en contacto con Luc y darle fotos de él con unos diez años junto a Ribes. “Escuché otros testimonios además del suyo pero en las familias no se decían cosas. Mirando hacia atrás, me digo a mí misma que no teníamos que haber dejado a los niños cerca de este sacerdote ”, nos dijo. 

 

 

Y hay testimonios como este de Annick Moulin, feligresa de 53 a.: 

¿Cuál es su reacción ante la magnitud de las revelaciones?

Al final tengo la sensación de tener el reconocimiento de la diócesis de Lyon por los hechos que he vivido. Espero mucho del encuentro de este martes, en presencia del obispo de Saint-Etienne. Luc y yo somos considerados como portavoces de este asunto del Abbé Ribes.

 

¿Cómo diste con Luc?

 Nos reencontramos en las redes sociales. No nos habíamos visto en 40 años. En el otoño de 2021, cuando salió el informe de Ciase, mi hermano un día se encontró con un mensaje de la hija de Luc en Twitter. Dijo allí que Ribes estaba en el punto de mira del informe. Y que teníamos que dejar de alabar a este hombre y sus obras artísticas. Unos días después, leí el testimonio de Luc en Marianne. Luc G. Vi la foto y lo reconocí de inmediato. A raíz de este artículo la hija de Luc lanzó su llamada a las víctimas del sacerdote.

 

                    Luc Gemet, con 10 años

¿Conocías a Luc cuando eras joven?

Nos conocimos cuando yo era una niña de 8 años, él era un adolescente de 14 años. Lo ví por primera vez cuando vino con el padre Ribes a casa de mis padres para buscarle un curso de albañilería. Mi padre era albañil y conocía bien al cura. Se podría decir que en ese momento Ribes era un amigo de la familia.

¿Su familia tenía dudas sobre las actitudes del sacerdote?

Absolutamente ninguna. Entraba en nuestra casa como un amigo, lo veíamos siempre que eran vacaciones. Es en estas ocasiones se aprovechaba de mí, como sin duda de otros jóvenes y niños. Conmigo ocurrió desde mis 8 hasta los 12 años. Con el acuerdo de mis padres que no sabían nada, me llamaba para que fuera a la casa parroquial  donde vivía. Iba a su habitación. Decía que era para inspirarse para sus cuadros. Me hacia posar desnuda. Mis padres estaban convencidos de que iba en ropa interior. Recuerdo que nos acostábamos en su cama y a veces me subía a sus rodillas. Me acariciaba, me tocaba. Siempre era lo mismo.

 

Luc ha conservado esta foto con Picasso, de aquellos tiempos....

¿Te diste cuenta de que eras víctima de un depredador sexual?

Yo era demasiado pequeña para imaginar una cosa así. Tenía confianza aunque la primera vez que sucedió, me sentí incómoda. Sentí que lo que acababa de pasar no era normal. Ese primer día, me escapé, no volví a casa enseguida.

¿Por qué no dijiste nada a tus padres?

Porque era un sacerdote admirado por mucha gente del pueblo y de los alrededores. Nunca sentí ninguna restricción. Y más tarde yo también lo admiré. Era alguien que tenía carisma, que manipulaba con facilidad. Recuerdo que me regalaba muchas cosas a las que no tenía acceso: libros, me encantaba leer (y todavía me encanta). Lápices de colores de marca. Me enseñó pirograbado y me ofreció el material. Pero nunca hubo violencia, no, nunca. Hoy, mis padres están en estado de shock. Ellos también son víctimas del padre Ribes. Han sido engañados y este caso los hace sentir culpables. Ya no pueden entrar en la iglesia de su pueblo.

¿Cuál fue el impacto, el trauma en tu vida?

Durante mucho tiempo viví en una forma de negación, sufría de amnesia traumática, eso me explicó mi psiquiatra hace unos veinte años cuando todo salió a la superficie. Hasta 1998 había logrado reprimir lo vivido. Pero en esa fecha, al principio del curso escolar, mi hijo menor entraba en primaria en una escuela privada regentada por frailes. Su maestro era conocido por abusar físicamente de los estudiantes.  Me negué categóricamente a permitir que mi hijo entrara en esta clase. Como consecuencia, sufrí una profunda depresión. Caí en un abismo. Durante las sesiones de hipnosis, todo salió. Fue horrible. Había logrado olvidar, pero esas cosas nunca se van, me explicó mi psiquiatra.

¿Y cómo estás hoy?

Pasé 7 años de psicoanálisis. Me va relativamente bien porque pude hablar, también con mi familia. Fui escuchada por mis padres, por mis hijos. Mi marido ya lo sabía porque yo se lo conté.