VIDA DE UNA NUMERARIA AUXILIAR. CATHERINE TISSIER
Catherine Tissier y el abogado Rodolphe Bosselut |
Vida de Catherine contada por ella misma a los periodistas de MAZERAY para el libro "L'Opus Dei, enquête sur une église au coeur de l'église".
Tenía 14 años y medio, entré en la escuela Dosnon fiándome de un folleto que encontré en el colegio.
¿Por qué escogió esta escuela y no otra? escogimos el folleto más atractivo.
Ni sus padres, ni ella, ni el colegio donde estudió Catherine de niña sabían que Dosnon era una escuela del Opus Dei.
La madre de Catherine se acuerda con horror del fin de semana de 2001 en que vió llegar a su hija irreconocible: "estaba tan delgada que daba miedo. Tenía la cabeza pegada al hombro, vomitaba sin parar. No podía ni escribir ni hablar. Insistí para que fuera al médico. NO quería. Pero como madre no podía dejarla volver así."
"Pesaba 40 kilos", confirma Catherine, "desde hacía 10 años tomaba neurolépticos." Es decir ¡desde los 19 años!
Catherine cuenta que a los 14 años, terminado el colegio, quería hacer un trabajo manual y que estuviera en contacto con la gente. Aunque le costo irse al internado dejando atrás a sus padres y un hermano pequeño, se marchó con entusiasmo a Dosnon para preparar una formación de recepcionista o empleada de hotel. Allí se junto con otras 18 alumnas de la promoción de 1985-86.
El primer curso todo va bien. El tiempo libre es escaso, media hora a mediodía y otra media al final de la tarde, las preceptoras aconsejan a las alumnas que ensayen canciones de misa en esos momentos.
Catherine vuelve a casa cada tres semanas. Aunque la escuela afirma que la religión es opcional, Catherine asiste a misa cada domingo y se confiesa cada trimestre. Sin embargo no se siente alejada de los suyos que no se dan cuenta de nada. La religión católica la atrae y ese año hace la confirmación sin que sus padres lo sepan.
Al año siguiente vuelve a la escuela contenta. Pero el ambiente va cambiando, en su segundo y tercer año en la escuela, empieza a asistir a la meditación los miércoles y acaba por confesarse cada semana. Su preceptora se transforma en directora de conciencia y le pone un "plan de vida" cuya austeridad haría palidecer a un asceta: oraciones a horas fijas, la primera a las 6.30, rosarios, misa diaria, lectura espiritual, examen de conciencia cada noche. Luego un retiro anual de cinco días en silencio absoluto.
Al final con 16 años y medio Catherine se hace numeraria auxiliar: "escribí la carta en noviembre de 1988 al prelado de Roma (Alvaro del Portillo sucesor de Escrivá) pidiendo la admisión como numeraria auxiliar, la fórmula era algo dado. Me dijeron que no se lo contara a mis padres porque podrían no comprender mi compromiso."
Seis meses más tarde de forma oral el cura de la escuela le concede dicha Admisión: "Entre tanto había recibido clases sobre las costumbres del Opus Dei. Había que aprenderse el catecismo del Opus Dei, estaba prohibido tomar apuntes, y te enseñaban las mortificaciones corporales como cilicio y disciplinas."
Catherine despliega su cilicio. Lo fabricó ella misma, con alambre, es como una pulsera con pinchos que se pone alrededor del muslo. "Lo llevaba dos horas cada día, salvo el domingo y días de fiesta."
"Tiene que doler un montón." le dice el periodista. Contesta casi mecánicamente: "Así debíamos acordarnos de la presencia de Dios." También una vez por semana se autoflagela y duerme en el suelo, todo muy curioso, parecía que estas prácticas habían desaparecido y además teniendo en cuenta que Catherine aun siendo del Opus Dei es laica.
En 1990 con sólo 18 años hace la incorporación llamada oblación. En todo obedece a su directora "incluso aunque lo que me dijera me pareciera absurdo."
Ese mismo año, sus padres que la ven cada vez menos, perciben cierta agresividad hacia ellos en la muchacha. Ella misma acaba por desvelar que se ha hecho del Opus Dei "Entoncespensé que mi hija estaba en una secta", dice la madre.
Catherine ojea el albúm familiar sin emoción ninguna. "no tengo ningún recuerdo de antes de mis 14 años, es como si me los hubieran quitado todos para sustituirlos por sus ideas, como un lavado de cerebro"
"El Opus Dei no se declara abiertamente, así atrapan a la gente, poco a poco hay que evitar que esto continue."
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