DOS CARTAS PAPALES

Me ha llamado la atención las relaciones de Hans Küng con los dos últimos papas, ampliamente descritas en sus Memorias "Humanidad vivida".
El anterior papa no se dignó recibirlo. Esperó unas semanas tras la elección de Ratzinger en 2005 y le pide un diálogo, no audiencia, en mayo. Reproduzco la carta de Küng y la respuesta de Benedicto XVI. A cada cual juzgar el tono de cada una y de ambas. A mí me parecen reveladoras de dos personalidades que, habiendo empezado el camino de manera similar, jóvenes teólogos alemanes aguerridos y asesores de obispos reformistas en el concilio, escogieron caminos bien distintos. Personalmente señalo el aire "político-eclesial" muy presente en la misiva de Benedicto. Es lo que me ha llamado la atención. Las preocupaciones de un político, no de un pastor.
La impresión se refuerza si se compara con la respuesta de Francisco a otra carta de Hans Küng que menciona en este vídeo.



Hans Küng, al que un banquero opusino evasor de capitales vía Andorra para beneficio de su obra se atreviera a leerle la cartilla. Dura cara. Hasta hoy que yo sepa, nadie más ha puesto de relieve un hecho que es sorprendente, remarcable, estomagante y "estupefaciente". Como tantos otros protagonizados por escrivarianos diversos.

"Me atrevo a dirigirme a ud. por su nombre civil, como siempre lo he hecho desde que nos conocimos hace 5 décadas con la esperanza de que, a pesar de los caminos cada vez más diversos que hemos recorrido, haya permanecido lo que decisivamente nos une: lo comun de ser cristiano, del servicio sacerdotal a la iglesia y del respeto recíproco no obstante todas las controversias.

Ya sabe ud por mis posicionamientos públicos lo que espero de nuestro nuevo Papa. EN ellos he acentuado también que, pese a todas las críticas, después de su elección como papa suspendería mi juicio y le solicitaría una conversación personal. Esto es lo que estoy haciendo ahora con esta carta, ya que, transcurrido ya más de un mes tras su elección, quizá se haya calmado ya algo las cosas para usted. Al mismo tiempo le felicito por su elección para el m inisterio supremo en nuestra iglesia....

Nuestras respectivas posiciones dentro de la iglesia católica eran y siguen siendo distintas en muchos aspectos. Por eso, para ahorrarle discusiones innecesarias y posiblemente desagradables, me permito adjuntarle mi carta abierta a los cardenales, publicada en diversos periódicos antes del cónclave, que usted posiblemente no conozca. Presenta exhaustivamente mi visión de cuál debería ser el rumbo de la Iglesia en el futuro. Pero me gustaría dejar por completo a su discreción abordar en la conversación que le solicito algunos de los puntos ahí enumerados en los que uedan existir esperanzas fundads de alcanzar afinidad. Ud. mismo ha anunciado que el ecumenismo de las Iglesias cristianas y e diálogo de las religiones serán puntos esenciales de su pontificado, ratificándolo enérgicamente hace poco en Bari.

¿Cuál debe ser, pues, la finalidad de la conversación? A buen seguro no le solicitaré que me sea restituida la missio canonica. Pues creo haber demostrado desde 1979 que,forzado por las circunstancias, también sin ella puedo hacer una teología que tanto dentro como fuera de nuestra comunidad eclesial era y es reconocida como católica, pero que a nadie he impuesto como "la" teología católica. Entretanto es ud. consciente de que en ello defiendo preocupaciones que son compartidas por grandes e importantes partes de nuestra iglesia cristiana, y para muchas personas en el mundo entero sería un enorme signo de esperanza de su pontificado que se produjera semejante conversación. Lo que fue posible entre ud y yo en julio de 1983 en Adelhozen y lo que fue posible entre el presidente de la Conferencia Episcopal ALemana, el cardenal Lehmann, y yo en las últimas Jornadas Católicas en Ulm también debería de ser posible entre ud. y yo ahora: un serio, sincero y cordial intercambio de diferentes opiniones sobre el futuro de la Iglesia, que es lo que a los dos nos importa. Entre ello se cuenta, también y quizá sobre todo, el Proyecto Etica Mundial, sobre el que usted, para alegría mía, se manifestó positivamente no hace mucho.

Así, a pesar de todas sus obligaciones, me gustaría solicitarle formalmente una entrevista personal, que se celebrara lo antes posible y para la que dispusiéramos de tiempo suficiente. Estoy convencido de que esta conversación contribuiría al entendimiento recíproco y al bien de nuestra Iglesia. De todos modos, a nosotros que somos coetáneos y antiguos compañeros en Tubinga, ahora no nos serán concedidos ya muchos años.

Con la esperanza de una respuesta positiva a mi carta, le envío saludos cordiales y mis mejores deseos HANS KÜNG

Tan solo do semanas después recibe esta respuesta.¿Ya por entonces tenía al apuesto monitor de esquí destacado por la gran family a su vera? no lo recuerdo con exactitud.El n.2 inombrable estaba en su puesto en el Santo Oficio perseguidor de teólogos. Como les va y les gusta el traje.

 En cualquier caso BXVI se muestra menos inquisidor que el banquero antes citado :

Querido Sr. Küng,
Le doy las gracias de todo corazón pr su amable carta del 30 de mayo. Le agradezco en especial que subraye, por encima de cualquier controversia, lo que seguimos teniendo en común y el recíproco respeto humano, que para los cristianos siempre debería ser algo natural.
Claro que estoy dispuesto a entrevistarme con ud. Semejante entrevista será sin duda, observada con mucha atención por todas partes: las más diferentes perspectivas de intereses se dirigirán a ella y tratarán de interpretarla y utilizarla cada cual a su manera. Por eso, es imprescindible que definamos cn precisión la finalidad y los límites del encuentro con objeto de evitar e la medida de lo posbile el mal uso del mismo, que podría hacer que al  final el daño sea mayor que el beneficio.

Es de agradecer que Ud. haya dejado claro que no solictará la restitución de la missio canonica. Esta es una clarificación importante, a la que me gustaría añadir una más. El objetivo del encuentro no puede ser determinar en qué medida su teología puede ser calificada de católica en el sentido de la fe de la iglesia católica o cuáles de sus posiciones son posibles dentro de la fe católica y cuáles no. Si la finalidad del encuentro fuera alcanzar resultados vinculantes sobre ello, sería necesario respetar la vía que establece el reglamento eclesiástico, es decir, primero habría que escuchar e incorporar a la conversación a los obispos con competencias directas sobre usted: el obispo de Basilea y el obispo de Rottemburg-Stuttgart. También dentro de la Santa Sede sería necesario recurrir a los órganos correspondientes. El papa no es -ud. lo sabe mejor que nadie- un monarca absoluto; su autoridad y deber de dedecir presuponen la debida forma de asesoramiento. Por consiguiente, si usted considera necesarios o deseables resultados en esta decisión, la entrevistad debería tener lugar en un marco institucional más amplio.

Una entrevista personal al margen de este contexto institucional es posible si el encuentro se mantiene libre de toda obligación, del tipo que sea, de tomar decisiones. En tal caso se trataría de un intercambio fraternal, en el que cada cual aprende a su manera, pero ninguno intenta llevarse consigo a casa confirmaciones de uno u otro tipo. A la vista de las expectativas de la opinión pública, sería necesario que nosotros mi smos elaboráramos una nota de prensa en la que de modo vinculante para ambos, comunicáramos a la opinión pública de qué hemos tratado en el encuentro y de qué no.

Le pido que me comunique qué tipo de entrevista elige. Si se decanta por la segunda hipótesis, o sea, por un encuentro fraternal sin intención de llegar a resultados institucionalmente validables, indicaré a la Prefettura della Casa Pontificia que en el mosaico de citas para este otoño (en Castelgandolfo) incluyan algunas propuestas para ud y se lo notifiquen lo antes posible.
Con razón señala ud, al final de su carta que, de todos modos a nosotros, que somos coetáneos y antiguos compañeros en Tubinga, ahora no nos serán concedidos ya muchos años. Esto nos facilitará dejar el juicio por completo al Señor que nos espera en vez de preguntarnos por las calificaciones de la opinión pública.
En ese sentido, en cordial vinculación en el Señor me mantengo Suyo
Joseph Ratzinger
Papa Benedicto XVI."

Particularmente mientras leo el segundo párrafo no sé porqué pienso en una escena familiar, mil veces comentada y mil veces necesaria



El 24 de septiembre por la tarde tuvo lugar la entrevista, los temas y ambiente de la misma quedan relatados en las siguientes páginas.

También el comunicado de prensa posterior.

En el vídeo muestra su estado de ánimo: al acercarse el final de la vida se planteaba que tenía que renunciar a todos sus puestos mientras que el Papa Benedicto seguiría. Las malas lenguas dirían "Küng se va, Ratzinger se queda." Sin embargo el primero en irse fue Ratzinger.

En la pág. 677 viene el facsímil de la carta que Francisco papa, de su puño y letra, dirige a Hans Küng el 26.V.13, en español en el original:



Muy estimado Dr. Hans Küng:
He recibido su carta del pasado 13 de los corrientes juntamente con un artículo y dos libros que leeré con gusto. Muchas gracias por su gentileza.
Quedo a su disposición, el piedo por favor, que rece por mí pues lo necesito.
Que Jesús le bendiga, la Virgen Santa le cuide. Fraternalmente
Francisco.

Remite en el sobre: F. , Domus Sanctae Marthae.

Comenta Küng al respecto:
"lo que más me conmueve es la firma; sin la crucecita episcopal preciendiendo el nombre ni un pontificio PP detrás de él; con toda sencillez, "fraternalmente Francisco" Verdaderamente no se trata de una carta papal, sino de una carta fraternal, muy distinta de todas las cartas que hasta ahora he recibido de los papas. Para mí y para muchos, este es un signo de esperanza.



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