CONFESIONES

Escuchando  estas confesiones  nivel san Agustín   me alegro infinito de no haber sido contratada nunca en una institución educativa perteneciente. Para quienes estudiamos filosofía en y porque la institución a ello nos encaminó, es fundamental enterarse de estas verdades históricas.

El universo, Dios, el destino, ...me protegió de que se cumplieran los deseos maternos y propios. Qué difícil saber lo que nos conviene en este mundo de tramperos.

Me ha impresionado el "desnudo" de todas estas historias, poner a la luz todas estas intimidades es necesario, ni siquiera sé si sigue existiendo la facultad de filosofía de la que hablamos. 

La salida es de uno, los discípulos filosóficos no cuentan, hay que salvar el propio pellejo sin mirar atrás. En ese punto no tenía razón: es una excusa pensar en los otros cuando tu vida no está en orden. 

Gracias también por no tener discípulos, sí gentes a las que quise, aprecié e intenté ayudar. Pero primero hay que autoayudarse y salir del barro uno mismo. Es el orden del amor.

Ese desengaño de la vocación,  de los directores inmediatos primero, te hace sentir muy sola en la vida. Así nacemos y así morimos: solos. 

Es un momento existencial, para mí preludio de la muerte física. Por primera vez te ves seriamente ante lo que tu conciencia te dice. No la gente, el ambiente, las piedras, los médicos opus, la directora, los edificios, la sociología, el "mundillo" opus en el que vivíamos metidas, las opiniones o pensamientos de los demás.... ¿Cómo no vió que nadie ni Cervera, ni el director del centro, ni el charlista cuentan nada? Todo el mundo esta a las órdenes que vienen de arriba.

Si me doy cuenta de que me están engañando tengo que salir por pies. 

Qué mal se pasa. Añádase que al otro lado de la valla no estaban mis padres para recibirme con los brazos abiertos. Aunque siempre hubo un clavo ardiendo al que agarrarse.

No me dió tiempo de odiar ni soñar que retorcía cuellos: los dejé atrás, ya no significaban nada para mí, con dolor de corazón porque había entregado todo: presente y futuro a una mafia secta y era tiempo de reconocerlo. 

Mi pregunta es si Higinio sigue siendo supernumerario. Percance por él protagonizado en Murcia, cuando estaba en la Católica, hace 20 años por lo menos.

 Ser hoy rector del CEU en Valencia significa que no ha abandonado el opus escrivae, sigue dentro porque le da la gana, y con semejante cargo y a estas edades, no hay ingenuidad ninguna. Ha seguido el cursus honorum de los fieles al poder.

Qué dura es la vida y cuánto nos hemos dejado engañar.