NÚCLEO SECTARIO. DELIRIOS

Aunque sea otro tópico y frase gastadísima "hay de todo en la viña del Señor", Jean Vanier, laico que permaneció como tal toda su vida, "sin vocación desde la eternidad", que tuvo afanes de ser cura vocación tardía y por algún motivo que se me escapa en Roma no le dejaron, fundó la comunidad del Arca. Vanier persona con cierto carisma personal, logró montar estas residencias en las que personas discapacitadas conviven con otras que no lo son, y sin obediencias ni visiones, realizan al parecer y desde donde me sitúo, encomiable labor en unos cuantos países. Tras su fallecimiento se descubre que había explotado su carisma para beneficiarse mujeres adultas, sin forzar ni violar, pero  siguiendo las iluminaciones de su director espiritual el controvertido padre dominico Marie Dominique Philippe. 

Este fraile y filósofo de Friburgo (Suiza) disfrutó igualmente de fama carismática de manera que recibía decenas de personas en un día, y entre col y col, lechuga de aprovechamiento de mujeres jóvenes. Alucinante, colas de gente que esperaban horas para entrevistarse en privado con el "santo" y alguna que otra salió de allí que no sabía donde meterse de la vergüenza propia y ajena. Porque recordemos que no se puede salir de ver a un santo reconocido para dirigirse a un medio de comunicación con semejante mensaje de lo que acababa de pasar en la intimidad. 

Todos estos carismáticos predicadores del "amor de amistad", "como Jesús y la Magdalena" y etc, lo sabían muy bien.

En esta entrevista que se puede seguir leyendo los subtítulos en inglés o escuchando el francés, el responsable internacional de la institución el Arca explica que han sido ellos mismos quienes han montado una comisión de independientes: psiquiatra, teóloga, socióloga, psicólogo, historiador....personas que jamás habían oído hablar del Arca ni de los escritos de Jean Vanier con el fin de separar el trigo de la cizaña. Labor difícil, pero me fijo en ella, porque en efecto, en este caso parece que tiene sentido según las noticias recibidas, hay un carisma que salvar, aunque en el centro del invento hubiera algo así como un "serrallo" de mujeres en torno al founder pseudoespiritualmente justificado. 

Señalo que a diferencia de otros, los dirigentes de la institución han escogido a investigadores ajenos totalmente a la casa y han puesto en sus manos toda la correspondencia y demás documentos internos. Inimaginable que otros abrieran sus archivos a extraños y sin supervisar desde el centro de mando.

La humanidad es sorprendente y nunca dejará de maravillarnos en sus disfuncionalidades: ocuparse de personas que necesitan y dan amor, quizás los no discapacitados somos los más necesitados, y al mismo tiempo, sacar cierto provecho sexual de ello. Jesús...

Lo importante es que antes de llegar al lecho de muerte se supieron algunas cosas y se le quiso hacer reconocer sus yerros, pero Jean Vanier se negó en redondo a admitir que sí, en efecto, no todo había sido tan estupendo y generoso en su vida. Qué duro es vivir honestamente y sin perder el rumbo, qué difícil por lo que se ve en el caso de adquirir cierta fama y celebridad.

TENÍA DELIRIOS DE GRANDEZA

Le impresionaba mucho la gente que tenía poder, dinero o títulos. Cuando Girón era ministro de trabajo, vino por una casa opus una hermana de su mujer. Al enterarse dijo: a esa no la dejéis perder.

Era muy teatral en todas sus cosas. Cuando nombraron ministro a Ullastres vino pronto a España, lo llamó y delante de todo el mundo y prescindiendo de todo protocolo le dijo: Tú siéntate allí donde digo yo.

A todas las personas que destacaban trataba de humillarlas para demostrar que por  encima de todos estaba él. Ya en 1943 tenía coche con chófer uniformado. “Me critican porque tengo coche”. Y lo llamaba “mi pobre coche”. En aquel entonces eran pocas las personas que disponían de uno.

Era muy franquista, pero después de que recibiera en Roma a D. Juan de Borbón, que logró que fuera por mediación de Rafael Calvo Serer, se hizo monárquico. En esta ocasión Escrivá estaba derretido con la visita. La aristocracia lo anonadaba, le impresionaba muchísimo.

Tenía una vanidad pueril. Era Prelado Doméstico y le gustaba vestirse con los capisayos de Prelado y pasar a la administración para que lo vieran las sirvientas.

Llevaba siempre hebillas de plata en los zapatos también Alvaro. Estos zapatos se limpiaban todos los días y nos dijo que preguntáramos a un limpiabotas la razón por la que sacaban tanto brillo. Nos dieron la fórmula y se compraron los líquidos y cremas apropiados. Todas las noches se limpiaban sus zapatos y se les sacaba brillo a las hebillas. Era ordenadísimo. Una verdadera manía la del orden. Cuando veía algo que no estaba en su sitio gritaba:

-¡Esto es una falta de amor de Dios!

LA POBREZA

Le gustaban los objetos caros, los restaurantes caros y todo de la mejor calidad.

En una ocasión fue a Sevilla y comió en el comedor de la Residencia de estudiantes masculina. Como el comedor era muy grande se cerró con dos biombos pertenecientes a una aristócrata andaluza. Eran dos maravillosos biombos que pertenecían al patrimonio familiar de la Marquesa. Cuando vio los biombos, la nume que estaba en la cocina atendiendo su comida oyó como decía:

-Estos biombos para Roma.

Naturalmente la Marquesa no pudo regalarlos y dio dinero para que se adquirieran otros por los menos parecidos. Algo parecido ocurrió aquí en Madrid con un tapiz de época. También le gustó y dijo a la gente del Opus que lo pidieran. La misma respuesta que la de Sevilla. No podía ser porque pertenecía al patrimonio familiar. Y entonces fueron a un anticuario y se le compró un tapiz parecido (un millón de pts del año 68-69).

Colgó este tapiz, llamó a los chicos y les dijo:

-Mirad hijos míos. Estos son los regalos que me hacen mis hijas. Aprended.

Compró una gran sopera de plata de orfebrería maravillosa y dijo: Esta esa para la Procura, para que cuando vengan los cardenales se queden con la boca abierta y digan ¡ah!

Nos enseñaba la biblioteca de la casa de Roma y decía:

-Este suelo es de ónice. Con estas piedras se hacen anillos las señoras.

Otra vez quiso una colección de monedas peluconas. Las consiguió como siempre a través de las ricas supernumes, lo mismo que una colección de abanicos antiguos que quiso para una vitrina. Otra vez quiso joyas. Consiguió una esmeralda de gran tamaño “para ponerla en el fondo de la copa de un cáliz y no la viera más que Dios”. Y después estaba expuesta en la sacristía con luces indirectas para que la viera todo el mundo.
Otra vez fue a Lisboa con la ilusión de comer langosta. Curiosamente ese día no la encontraron en el Mercado. Su enfado fue tanto que no quiso probar bocado y se molestó porque los otros comían.

Le gustaban mucho los reposteros. Tenía un gusto barroco, recargado y pedía que confeccionásemos los reposteros que le gustaban: -Hale, manos a la obra. Cuando se iba salíamos enseguida a comprar lo necesario, no dormíamos en toda la noche para que cuando se levantase se lo encontrase ya colgado.

Respostero en la universidad de Navarra, le gustaban mucho y son un elemento decorativo típico de escaleras y salones como éste

Pienso que fue un hombre que consiguió siempre sus caprichos cuya lista de ellos podría ser interminable. Tuvo todo, todo, todo lo que quiso.

El decía que era pobre y esto resulta muy divertido, porque quiso vivir siempre en suntuosos palacios. En las casas grandes, tenía siempre en la parte más noble de la casa una suite de lujo que estaba siempre cerrada siempre, esperando que algún día llegara el padre.

Resultaba gracioso cuando íbamos con cooperadores u otras señoras a casas como la Pililla llena de mármoles por todas partes. El primer día teníamos que darles una charla explicando que aquello que veían no era riqueza sino pobreza. Se habían puesto esos materiales tan caros porque eran sólidos y duraban más.

Todas las casas son de lujo. La casa de Roma es impresionante. En sus orígenes era elegantísima pero él la convirtió en barroca y ostentosa.

Cuando casó su hermano lo metieron en la Orden del Santo Sepulcro para que se pudiera casar con el uniforme. En Roma había un cuadro con un señor de esa Orden y llegaron a cambiarle la cara por la de su hermano Santiago, así en ese cuadro aparecía Santiago Escrivá, Caballero del Santo Sepulcro en un cuadro de Dios sabe cuando.

También hay que tener en cuenta las interpretaciones  del Evangelio, por ejemplo aquel pasaje de la Magdalena que rompía sus frascos de perfume ante el Señor.

-¡Hay que darlo todo para Dios!

Pero en todos los casos Dios era la Obra, claro.

 

“El Señor –decían- también iba a comer con José de Arimatea que era rico, tenía amigos ricos. Las riquezas no son malas.” Y aquello de “los pobres siempre los tendréis entre vosotros” lo entendían como si ellos fueran los pobres. El dinero era un medio de apostolado. Y se decía:

-Cada uno debe vivir según la posición social y económica que se le ha dado: las sirvientas, sirvientas; las señoras, señoras; los ricos, ricos; los marqueses, marqueses.

-“A los peces se les coge por la cabeza”

-“Todas las cosas las atraeré hacia mí cuando esté elevado sobre lo alto”. Y cuanto más altos estemos, más podremos atraer.

La altura, el poder, el dinero es su camino.