Sigo con el desenchufarse

Dicen que desde este lugar se ven 5 provincias andaluzas, como homenaje a esta tierra en la que vivo.

Sigo pensando que si mucha gente que está dentro y alrededor del opus se decidiera de verdad a pensar y vivir por sí misma, sería un gran avance. Lo dije en mi anterior escrito y lo vuelvo a decir: gran parte de la fuerza del Opus está en ese sentido de responsabilidad que te meten, tienes que dar cuenta de los "encargos". Y estás tan obnubilada por el la vado de cerebro que ni siquiera eres capaz de captar que la directora que te manda hacer algo ¡ella no hace eso que dice!
Para mí fue "el hilo para sacar el ovillo". Cuando empecé a caer en la cuenta de que mucho predicar "sinceridad, sinceridad", y no se hartaban con la sinceridad, al tiempo que me metían unas trolas de impresión.

Y también se me ocurre que las "ovejas" podían reaccionar. Si una directora da un aviso de hay que llevar a la gente a confesar: ¡hazlo tú! dale la pelmada a la gente con la confesión tú. ¿Qué hay que traer dinero a la "obra"? traelo tú. ¿Qué hay que trabajar? trabaja tú. ¿Qué hay que ser pobre? empieza tú también por comprarte en rebajas lo último y más feo que queda como hacemos las demás... y así un largo etc.

Yo tengo ejemplos en mi misma de que me pasé horas de plantón en la calle por recuperar a una supernumeraria. Podría ir a los lugares donde eso sucedió porque esas cosas no se olvidan en la vida. Y mientras tanto la directorcita que me había mandado calentita en su despacho "recibiendo" a la gente.
Cuando pienso en esas cosas es que parece que Nietzsche tiene razón con aquello de la"moral del rebaño" y la "moral del señores". Esa doble moral es exactamente lo que existe dentro del opus.

No vale la pena en absoluto ninguna de las "supuestas" comodidades de la vida de numeraria a cambio de la libertad. Se mire por donde se mire. Tampoco vale la pena su "falsa amistad". Es que no hay enjundia humana ninguna. Sólo interés. No merece la pena tantas ataduras que se tienen con el opus por la "paz familiar".

La vida, creo yo, nos la dan para vivirla, no para mantener la "paz familiar".

Ana Azanza