VARIACIONES DEL FASCISMO


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Sentido y sinsentido de un concepto: ¿Ha muerto el fascismo?

Ya hablemos de Putin, de Trump, de Erdogan, de Orban, de Xi o de Abe, lo peor que se puede decir de una persona en nuestros días, sobre todo si es un político de tendencia autoritaria, es "fascista". Creo recordar que Cospedal lo usaba para los participantes en escraches, ¿o eran sólo nazis?
La cuestión es interesante, puesto que "Opus Dei" hunde sus raíces en la época del triunfo europeo de los regímenes propiamente llamados "fascismos".

(Illustration: Peter Gut)

(Illustration: Peter Gut)


El senador norteamericano moteja al mandatario húngaro Viktor Orban de «dictador neofascista», un corresponsal alemán en Varsovia califica el discurso de  Jaroslaw Kaczynski como «fascista», Donald Trump también se ha ganado el calificativo. Fascismo es la palabra que hoy en día significa el superlativo de lo despreciable, por supuesto los islamistas y Putin suelen entrar en el saco de los comportamientos así calificados

La cuestión es si el uso de esta palabra a troche y moche no va a desembocar en una pérdida de significado de la misma. Ni siquiera los estudiosos del tema se han puesto de acuerdo sobre qué significa fascismo.  

En Alemania se piensa que el fascismo empieza en  1933 cuando Hitler llega al poder. Pero para entonces  Mussolini llevaba 11 años en el poder y en la Europa de entreguerras ya se habían instalado regímenes autoritarios de derecha en países que iban desde Portugal a Estonia. Y por otra parte "la toma del poder" por los nazis es una expresión que procede de la retórica usada por Hitler, pues los nazis no se veían ganadores de un proceso electoral democrático-burgués sino que pretendían se les viera y entendiera como revolucionarios. Y por último dada la singularidad del Holocausto perpetrado se discute si el nacionalsoacialismo debe ser computado como régimen fascista. 

No hay una definición "científica" y "unitaria" de Fascismo.
La historia del concepto italiano "Fascismo" es una buena prueba de la dificultad para definirlo. Mussolini tardó 10 años tras la Marcha de Roma en describir su ideología. Lo hace por vez primera en  1932 en la nueva  «Enciclopedia Italiana», en unas líneas pateticas que subrayan la  «esencia espiritual» del Fascismo, qué peligro para el barbastrense, tan convencido y subrayador del "espíritu sobrenatural de la Obra", todo en ella es divino. Hasta las espinacas albardadas y azucaradas de su madre convertidas en costumbre de Viernes de Dolores ¿qué pensarán las japonesas numerarias de semejante manjar del Alto Aragón? 

Ni siquiera Mussolini dió una definición del vocablo. Las descripciones contemporáneas como la del comunista búlgaro  Georgi Dimitrow, consisten en definir el Fascismo como el estadio necesario del fracaso de la democracia burguesa que no se ha concretado en revolución socialista.
El problema es: en España ¿hubo democracia burguesa? porque la Constitución de 1931, mala copia de la de Weimar, ¿consagraba una democracia burguesa? no estoy segura.


Con excepción de las dictaduras ibéricas, España y Portugal, en 1945 el Fascismo europeo se convirtió en historia. Me parece que estamos ante un hecho que se debería subrayar en todos los libros de historia españoles, si eso existe. Ya no hay más que libros de historia andaluces, catalanes, vascos, castellano-manchegos, mallorquines......pero quizás esto forma parte del fascismo de segunda o tercera generación que vivimos. Nos vendría bien como nivel de reflexión superior en darnos cuenta de la "excepción ibérica", es decir, que hemos tenido el privilegio de ser el único país europeo que NO ha derrotado al fascismo. Y lógicamente el fascismo sigue y asoma por aquí, por allá y por acullá. Aunque ahora que lo pienso los derrotadores del fascismo fueron EEUU por un lado y la URSS por el otro, sigamos sin desviarnos.

 A pesar del tiempo transcurrido no hay forma de relacionarse de manera objetiva con el fenómeno. Durante la Guerra Fría se desarrolló en Estados Unidos el concepto de Totalitarismo que incluía por igual al comunismo soviético, el fascismo italiano y el nacionalsocialimso alemán, ¿Hannah Arendt tuvo que ver en ello con su libro sobre el Totalitarismo? 

Hoy según algunos la teoría del totalitarismo ha sido superada. Más bien los expertos en ciencias sociales tienden a señalar las profundas diferencias entre el comunismo y el nazismo.  Por ejemplo la agresión a ciertos grupos sociales que llevó a cabo Hitler es diferente al terror estalinista que podía cebarse con cualquier ciudadano. 
No sé qué es peor, porque aunque no te cayera encima la agresión, vivir callado al lado de las agresiones sin duda te transforma en cómplice.
 Las pretensiones científicas del marximo-leninismo son rechazadas por los programas fundamentales de los nazis y de los fascistas.

«El mínimo fascista»

El kit mínimo del programa fascista nos sirve, fundamental, el culto al líder, rituales y disposición a la violencia. La violencia reviste muchas maneras, están los atacantes de mendigos inmigrantes, pero las encerronas psiquiátricas y las medicaciones para resolver "problemas vocacionales" no dejan de ser violencia.

Los expertos norteamericanos Roger Griffin, Stanley Payne o Robert Paxton han estudiado estas cuestiones. Cada uno hace hincapíe en diversos aspectos: con respecto a las diversas formas de fascismo  Griffin ve en todas ellas un «mínimo fascista», lo básico, Payne identifica tres puntos (Ideología, Negaciones, Organización) , Paxton desarrolla un modelo de niveles en el establecimiento del dominio fascista.

El historiador del arte Eric Voegelin  ya en 1938 hizo otra propuesta iluminadora: no establece diferencias entre comunismo, fascismo y nacionalsocialismo. Los 3 movimientos se caracterizan por rellenar, en tanto en cuanto son "religiones políticas" el vacío de sentido dejado por la moderna secularización. En este punto volvemos a la sugerencia interesante para la cuestión "Opus Dei", que pretende rellenar el vacío de sentido dejado en el catolicismo por las "moderneces" mal asimiladas del Concilio Vaticano II. En mi adolescencia  me llevaron al centro "Opus Dei" de Pamplona confiados en la "seguridad doctrinal" y "defensa de la tradición" frente a las modernidades de curas y monjas corrientes, que entonces dejaban hábitos y  tocas. Actitudes mal vistas por los católicos a machamartillo de la católica Navarra...

Lo asombroso es que cuando se cumplieron los 50 años del acontecimiento eclesial del siglo XX que fue Vaticano II, los  "Opus Dei" se presentaran como los paladines y precursores de la Magna Asamblea. Cuando lo cierto es que participaron poco y sólo en cuestiones menores de "figura jurídica".

 Siguiendo con el fascismo, y no miro a nadie, el "Lïder" aparece como el Mesías, su ascenso se acompaña de liturgia, fiestas y utopía.  George Mosse completó el modelo de Voeglin. Mosse procedía de una acomodada familia berlinesa. De joven se vió fascinado por el movimiento hitleriano del que se vió excluido por ser judío. Tras su exilio en Estados Unidos describió el nacionalsocialismo como una cultura dinámica que no se puede encerrar en un concepto. Tampoco hay concepto genérico para la obra del barbastrense, única en su género y especie.
  
Si Eric Voegelin entendió que Comunismo, Fascismo y Nacionalsocialismo eran religiones modernas rellenando el vacío de sentido dejado por la secularización, otra posibilidad es la que proviene de la fórmula del escritor hoy tan admirado Walter Benjamin: "estetización de la política". De aquí parten los que consideran el Fascismo como un fenómeno estilístico, algo de lo que también presumíamos mucho, de ser gente con estilo, y se buscaba preferentemente gente con estilo. Un temprano representante del "dominio estético" es el poeta Gabriele d'Annunzio, que en 1919 se apoderó de la ciudad de Fiume, en Croacia, y creó un estado constitucional independiente que duraría hasta diciembre de 1920. 

 Mussolini exaltó el atractivo del Fascismo por medio de iconos arquitectónicos  como la  Casa del Fascio en Como , el coliseo Cuadrado de Roma o la ciudad artificial de Sabaudia. Hitler entendió la política como el arte del  «efecto espiritual en la nación» – en los años 20 se presentó como un "pintor académico". Ya en el poder se interesó mucho por los medios de propaganda que trasladó de la economía a la política.  

Tras la guerra el intelectual suizo de derechas Armin Mohler formuló una definición del estilo fascista. Desertó de la guerra y se unió a los nazis. Más tarde fue secretario privado de  Ernst Jünger.
Desde entonces la literatura sobre el Fascismo se ha vuelto masiva. Hay teorías sobre el fascismo para todos los gustos, sin embargo todavía no existe una declaración de "consenso" sobre qué es el fascismo. Y es que no es fácil de definir. Esto no significa que debamos conformarnos con el inventario de las propuestas. Es bastante posible a la hora de analizar un fenómeno cultural que no haya modo de dar una definición "ontológica" del asunto.
En la escuela científica del formalismo ruso encontramos una interesante comparación formulada por Boris Tomaschewski: «Es posible investigar la electricidad sin saber qué es. En ese  caso diría que la electricidad es lo que hace funcionar una bombilla cuando se enrosca en la lámpara.»

El estudio del fascismo no se puede limitar a Italia y Alemania.  En el Este de Europa vemos regímenes autoritarios que se establecen para defenderse de los ataques de grupos fascistas. Estos casos merecen consideración aparte. 
Algo similar vale para la política de expansión de Hitler en el este de Europa: las aspiraciones nacionales de los diversos pueblos fueron instrumentalizadas por el Führer. Particularmente relevante resulta el caso de los Estados de corta vida como Eslovaquia y Croacia durante la Segunda Guerra Mundial. 

Otra lección de la historia que nos vendría bien ante determinadas aspiraciones al "Estado propio". 

Existen grupos "neofascistas" que se pueden llamar de este modo porque ellos mismos se refieren explícitamente al modelo histórico de su fascismo nacional. También tenemos de esos en la península.

Cuando hoy en día algún partido político populista de derechas es designado por sus enemigos políticos o por los medios como fascista, no significa nada. El uso del adjetivo fascista en el siglo XXI se ha convertido en un cliché que impide el análisis  y la reflexión. 

No parece que el peligro de un renacimiento del Fascismo nos amenace. Aunque aquí no hace falta que renazca puesto que no se murió del todo.  El peligo en Europa está más bien en no hacer caso de las instituciones que hacen posible la vida en paz y libertad. Hoy hay manifestaciones de autoritarismo o de xenofobia que tienen sus propias nefastas consecuencias, el adjetivo "fascismo" cuadra en un contexto histórico que ya no existe. Lamentablemente nosotros nacimos en ese contexto, y todo lo esencial "estaba ya".

El atractivo que tuvo el fascismo en el período de entreguerras se debió a diversos factores como el miedo al comunismo, en Alemania la precariedad de la democracia de Weimar y un patológico orgullo nacional. La catástrofe de la segunda guerra mundial llevó a tomar muchas medidas de seguridad tras el desastre: la ONU, la Carta de Derechos Humanos de 1948, el proyecto de Unidad Europea...tienen mucho que ver con la reacción a las agresiones del fascismo. 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
En este mundo casi nada es lo que parece. Hace como unos cinco años descubrieron que Mussolini era un agente de los servicios secretos británicos, que le pagaban un dineral. Creo recordar que lo publicó un historiador canadiense, acompañado de los documentos de pago. La cosa tenía su lógica. Mussolini era socialista y este partido se oponía a que Italia entrara en la I Guerra Mundial. Los ingleses querían que entrara. Y se inventaron con Mussolini una corriente del partido socialista que fuera beligerante. Así nació el fascismo. Y no hay más que ver de lejos la toma fascista de poder de Mussolini, la charlotada de la marcha sobre Roma, para darse cuenta que ahí operaban fuerzas poderosas, que hicieron que triunfara esa charlotada, que nos ocultan.

Las teorías de la supremacía racial son también inglesas, con autores como Chamberlain y otros. Y de ahí entronca el nazismo.

Como siempre, el poder económico inventándose “ideologías”, controlándolas, enfrentándolas, para manejar a los pueblos.

“Fascista” la han convertido en una palabra policía, una porra más con la que apalear a la gente para no dejarla pensar.

Seguramente la más interesante relación del Opus con el fascismo es con el francés. Con grupos filoterroristas, financiados por los dueños de Renault y L'Oreal, en los que estaba Mitterrand -cuyo hermano es el primer patrón del Opus en Francia-. Después de la guerra algunos de esos filoterroristas franceses tuvieron cobijo en España, como empleados de L'Oreal, que entonces era una empresa pequeña aquí, con la protección primero de falangistas y luego de opusinos. Ahí hay mucho que investigar y muy importante.

En los años setenta son intensas las relaciones de las cloacas opusinas con cloacas fascistas italianas, controladas por sus servicios secretos, logia P-2, con Licio Gelli. Un enorme batiburrillo de porquería, del que parece sólo ha sobrevivido la cloaca opusina.

Anónimo ha dicho que…

Recruited by MI5: the name's Mussolini. Benito Mussolini
Documents reveal Italian dictator got start in politics in 1917 with help of £100 weekly wage from MI5

Mussolini's payments were authorised by Sir Samuel Hoare, an MP and MI5's man in Rome, who ran a staff of 100 British intelligence officers in Italy at the time.

http://www.theguardian.com/world/2009/oct/13/benito-mussolini-recruited-mi5-italy

El Samuel Hoare que controlaba a Mussolini fue el influyente embajador inglés en España después de la guerra civil. Da la impresión que había dos grupos ingleses enfrentados, unos contra Franco y otros apoyándolo. Hoare parece que contra Franco.

Hoare es el de la famosa anécdota con Serrano Suñer: no quiero que me mande más policía a proteger la embajada de las manifestaciones falangistas, lo que quiero es que no me mande los falangistas. Debió de añadir: que el fascismo me lo he inventado yo. Posiblemente Serrano Suñer lo supiera, y pensaría: por eso te los mando.
Ana A ha dicho que…
A esto hay que añadir que Cambó es autor de "Entorn del feixisme italià. Meditacions y comentaris sobre problemes de politica contermporània" Barcelona 1924
Sería interesante saber qué dice

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