VÍCTIMAS QUE LUCHAN




 Aunque no dirijo el ejército de Africa, con sus moros y legionarios sanguinarios contra el pueblo, ni tengo medios para ir haciendo desaparecer discretamente uno a uno a mis posibles opositores dentro del mismo ejército,
y aunque no me apoyan ni banqueros que me prestan, ni dictadores que me facilitan armas, barcos, aviones y aunque ni tengo a la iglesia y a la oligarquía terrateniente conmigo, me acusan de ser basura y de estar encendiendo la mecha de una nueva guerra civil. Nada menos, puesto que hay quien le encanta dar pábulo a la "guerra civil inevitable" en España. En efecto, cuando no mandan los de siempre, se hace uso de los métodos expeditivos y  a echarle  toda la culpa, al otro. Todo por hacerme eco de las verdades ocultas y deformadas de nuestra historia patria. Pero bien, seguimos adelante mandando a paseo a los provocadores


 Me ha parecido interesante y sincera la lucha y actitud de este señor, víctima de abuso clerical. Al que la televisión ha dedicado amplio programa recientemente. Todo sea por ver cuáles son las actitudes ante la plaga de la pederastia, la preocupación por la infancia por parte de los clérigos, la reacción del pueblo católico alemán, el dar la cara de estas víctimas que no se esconden y como siempre digo lo sorprendente que es el "No caso español". No sabemos si hay caso o no hay caso, pero es extrañísimo que en todos los países católicos salen víctimas de abusos como champiñones menos aquí. Será que las víctimas del "opus" ocupamos toda la primera plana de los abusos en la iglesia española. Y no hay sitio para más. También resalto que el gobierno alemán lo tiene como asesor en consejo creado al efecto de los abusos.

¿Qué tenemos en común todos los abusados de niños por instituciones eclesiales? está bien claro: un problema con el poder salido de madre. Ya dijo Montesquieu que había que trocear el poder...para que no abusara.


El estudio presentado por la Conferencia Episcopal alemana sobre los abusos sexuales del clero ha demostrado que se produjeron centenares de ellos. El  cardinal Reinhard Marx, portavoz de la conferencia episcopal, se mostró “profundamente avergonzado y  conmocionado por la realidad de los abusos.” Sin embargo esta realidad se conocía desde hace varios años. ¿Cree Vd en el arrepentimiento episcopal?  
 
No pongo en duda su consternación. Lo que me maravilla es que le maraville a él. Los números no son ninguna sorpresa. Además la dimensión de hecho de los abusos  es todavía mayor de lo que en ese estudio  figura.

¿Tiene Vd una cifra todavía más alta?

Bastante más alta.

Oficialmente los obispos documentan 3677 casos .

Sí claro oficialmente. Pero un estudio no publicado de la universidad de  Ulm calcula que hay 100.000 víctimas.

¿Piensa Vd que la dimensión es tan dramática como se ha demostrado en Estados Unidos? Allí un jurado independiente estableció que sólo en el estado de Pennsylvania hubo alrededor de 1000 menores abusados al menos por  300   curas. La indignación desatada ha sido enorme. 


Claramente sí, en el estudio alemán no se han tenido cuenta muchas partes de la Iglesia, por ejemplo las órdenes religiosas, como el Colegio Canisius de Berlín en el que yo sufrí abusos. Tampoco se habla de orfanatos ni de las congregaciones femeninas. La institución  iglesia católica no tiene ningún interés en que salgan a la luz todas las víctimas.

¿Por qué no?
 
Muy fácil, no toman en serio el crimen del abuso de niños, sino que les importa más que esas personas no han cumplido con la obligación clerical del celibato. En el derecho eclesiástico así son las cosas hasta hoy.

La conferencia episcopal ha prometido medidas a raíz del estudio. Usted como portavoz de los afectados „Eckiger Tisch“ dijo que esas medidas le dejan desconcertado. ¿Qué teme?
 
La conferencia episcopal no propone pasos concretos. Quieren reflexionar sobre diversos temas. Claramente prefieren dejar que pase el tiempo, es muy poco para la consternación que mostraron con anterioridad.

¿Qué es lo que Vds exigen concretamente?
Primero que los obispos trabajen juntos, en Pennsylvania, en USA , en Australia ya ha sido así. Y tienen que hablar de las indemnizaciones. Las víctimas deben ser indemnizadas por el fallo de la Iglesia católica. El estudio lo arregla con la excusa de que se trata de una desafortunada multiplicidad de casos individuales. En realidad se trata de una cultura del abuso y el encubrimiento.

La iglesia católica indemniza hasta ahora a las víctimas en reconocimiento del sufrimiento pero no de la culpa ¿es muy grave la diferencia?

Hasta hoy la iglesia ni siquiera indemniza. Sólo realiza  un reconocimiento simbólico. La diferencia es  enorme. De esta forma la culpa recae solo en el autor del delito pero se deja de lado la responsabilidad de la institución en el hecho y en la forma de tratarlo. Las víctimas lo viven como un segundo crimen. los dos culpables en el colegio  Canisius actuaron durante décadas. Yo no hubiera sido víctima si las autoridades eclesiásticas se hubieran ocupado antes de ellos. Y todavía detrás de mí hubo otros niños a los que se les hubiera podido ahorrar mucho dolor.
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Matthias Katsch, portavoz de la asociación de afectados "Eckiger Tisch". Katsch fue alumno de los Jesuitas en Berlín

La Iglesia indemniza a cada afectado con 5000 euros ¿le parece adecuada la cantidad?
 
La cantidad sólo puede representar un reconocimiento simbólico, como tal es una afrenta. Pero si de verdad se quiere indemnizar es absolutamente ridícula.
 

El dolor del alma no se puede reducir a cifras. Dicho esto ¿qué cantidad le parece a Vd conveniente?

El abuso tiene una influencia en la vida laboral, influye en las relaciones con las demás personas y parejas, a menudo afecta a la vida sexual. Muchas víctimas tienen problemas psíquicos  otros han desarrollado adicciones. Muchos hoy son pobres. Hay que tener todo eso presente. Por ello no hay suma que me parezca adecuada.

En una parroquia de Berlín en septiembre un sexagenario habló del abuso que sufrió hace 50 años. Se animó al ver el estudio de la conferencia episcopal. Quizás hay muchos más abusados que se atrevan a dar la cara. ¿El documento episcopal encendió la mecha ?


Pienso que lo que encendió la mecha fueron los hechos de  2010, cuando se conocieron los casos en  el colegio Canisio. Hoy han hablado de los abusos sufridos y desde hace algunas semanas lo hacen cientos de hombres y mujeres esparcidos por toda Alemania.  Desde entonces no ha cesado la historia del sufrimiento. Cada vez que hay debates públicos, como ahora por el documento presentado por los obispos, surgen personas que cuentan su historia. Muchos afectados, yo incluido, sienten que es muy liberador poder hablar de sus vivencias. 

Muchas víctimas que se dirigieron a la Iglesia se quejaron de que no se les tomó en serio, se sintieron rechazados o apenas se les hizo caso, ¿La Iglesia todavía no ha entendido? 
 
La reacción ante las víctimas es una mezcla de condescendencia porque la Iglesia tiene todavía una posición de poder, y una mala conciencia. Cuando se leen las cartas a los afectados llama la atención la falta de empatía. Y sobre todo la preocupación por la reputación de la institución.

¿De qué se quejan las víctimas que escriben a  „Eckigen Tisch“?

 
Muchos se indignan de que nadie se dirigió a la justicia. Los afectados saben que muchos delitos han prescrito y que por eso los delincuentes no podrán ser castigados. Pero se quedan sin palabras cuando ven que la institución eclesiástica que protegió a los criminales no asume ninguna responsabilidad. Por eso se dirigen a la sociedad, es preciso aumentar la presión sobre la iglesia para que cambia su conducta. En su estudio los expertos dicen claramente que el sistema que hizo posible los abusos sigue en pie y que hay jóvenes y niños todavía bajo amenaza de sufrir abusos.

La iglesia es un sistema extremadamente jerárquico, de hombres con una tensa relación con la sexualidad. ¿Tiene que cambiar la Iglesia este sistema? 

Entiende usted que el poder sexual en la Iglesia no es algo marginal, al contrario está en el centro de la institución y estropea la imagen de la Iglesia. Es precisa una reforma en algunos puntos esenciales: el papel del cura, el papel de las mujeres.

Hay cinco veces más curas que diáconos casados entre los delincuentes, ¿es una señal de que el celibato está obsoleto ?

El celibato es solo una parte del problema. El problema es la relación con el poder, la forma atrasada de entender la sexualidad y la conducta neurótica con respecto a la homosexualidad. Hay que arremeter con el papel del cura y la forma clerical de vida, incluso si no hay una relación directa del celibato con el abuso. La lucha contra los abusos no tendrá éxito mientras no se hable del deber de celibato y sus efectos secundarios. 

¿Se pueden aplicar sus palabras a la reacción del Vaticano al jesuita  Ansgar Wucherpfennig, un experto del nuevo testamento y rector de la Escuela superior teológica-filosófica? Wucherpfennig había considerado que la condena bíblica de la homosexualidad de algunos pasajes  en parte están redactados de manera engañosa. La Congregación romana de Enseñanza le negó la declaración de objeción y le exigió una rectificación pública. 

Sí claro, un estudioso al que se exige una rectificación pública en 2018 en Alemania, alguien que solo intentaba desarrollar prudentemente la enseñanza católica y acercarla más a la realidad, nos enseña sobre el  abuso de poder, la falta de transparencia y la confusa relación con la sexualidad y la homosexualidad. No es solo un mal paso que esconde lo que hay que entender por “consternación”. Es también una estupidez, porque en la Iglesia parece que hay otra forma de pensar animada por Francisco.

¿Hay clérigos que le han dicho que ya no se puede seguir así con este sistema eclesiástico ?

Tengo y tuve contacto con curas que piensan así y cada vez lo dicen de forma más pública y notoria. El decano de la ciudad de Frankfurt dijo hace poco en la televisión que  la obligación del celibato tenía que ser superada.

Desde 2010 la Conferencia Episcopal estableció que cuando haya sospecha de abusos se recurrirá a la vía penal ¿Le parece suficiente?


Hasta ahora existe una limitación esencial. La Fiscalía debe ser prevenida sólo si la víctima está de acuerdo. Pero la Iglesia como empleador tiene que dejar claro que si hay una sospecha informará al Fiscal. Por lo demás dudo de que la iglesia en general esté dispuesta a trabajar conjuntamente y sin reservas con las autoridades. La Iglesia tiene que mostrarse mucho más dispuesta que hasta ahora a colaborar y apelar a las autoridades, “por favor, procedan”. En el informe no se habla de los hechos que ya han prescrito.

El arzobispo de Colonia ha pedido que se establezca una comisión independiente. ¿Le parece un paso en la buena dirección?


Depende de las sutilezas del procedimiento, pero sí, me parece un buen paso. Es llamativo que esa exigencia se presentara en la Conferencia Episcopal y ¿qué pasó luego? Pocos días después sus colegas obispos no recogieron la sugerencia y no la explicitaron en una aclaración conjunta.

El Padre Klaus Mertes, que fue director del Colegio Canisius ha dicho: “Los católicos sienten vergüenza ajena por sus obispos, el alma del pueblo está a cien” Pero no vemos nada de eso, ¿le parece que Mertes exagera? 

Me sorprende cómo pueden quedar laicos en la iglesia después de los resultados del estudio. En otros lugares del mundo las cosas han sido diferentes en parte cuando se han conocido  las cifras de casos. Estaba en Chile cuando los manifestantes furiosos recibieron al Papa en Chile. Me hubiera gustado que también los laicos católicos se hubiesen manfistado ante la Conferencia Episcopal. Si esta calma es expresión de vergüenza ajena, bienvenida sea, pero me hubiera gustado un compromiso más batallador.

¿Por qué hubo protestas en Chile y en Irlanda y no en Alemania?

Las décadas que llevamos de represión a la oposición dentro de la Iglesia tienen seguro un papel en ese silencio. Cada vez que alguien se desviaba un centímetro de la ortodoxia, Roma castigaba. Este fatalismo lo conocimos en los últimos tiempos del bloque del Este. Los disidentes eran expulsados, la mayoría se resignaba o recurrían al exilio interior. Muchos laicos en la Iglesia se concentran en su  trabajo en las parroquias. Pero espero que pronto se enteren de que tienen que salvar a esta Iglesia, porque los obispos la están llevando al precipicio.

Muchos tienen puestas sus esperanzas en el Papa Francisco, pero al mismo tiempo se le reprocha haber encubierto a pederastas cuando era obispo en Argentina. ¿Usted lo considera portador de esperanza?
 
 Es una cita de Francisco, “no me puedo imaginar vivir en una cultura del abuso y el encubrimiento”, tampoco que un obispo quede impune. No me extrañan esos reproches. En cambio si me llama la atención que a la pregunta sobre si se sienten personalmente responsables de ese sistema de encubrimiento los alemanes obispos digan simplemente que no. Y lo que me parece más importante es que Francisco ha empezado a dar muestras de querer superar ese sistema.

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