LOS 3 VOTOS

Qué pena no saber su nombre, pero mi historia es su historia. Desde los diez años metida en una especie de ejército: y la primera orden fue obedecer a la vocación de numeraria, dada por el Eterno a través de voces ajenas. No había elección. Es de juicio y cárcel. Sumisión hasta hoy en su caso que no en el mío. Sigue temiendo represalias y su entorno "no entiende". ¿Y qué más da? con que lo entiendas tú basta y sobra. 
En general, los adultos no entendemos lo que no queremos entender o no nos interesa entender.

No me había planteado la "no eticidad" de los famosos así llamados "consejos evangélicos". Me parece algo natural puesto que lo hemos vivido desde la más tierna infancia. Pero son otra construcción a posteriori, puesto que la vida monjil, retirada y de renuncia a las pompas y fastos tras las tapias de un monasterio o convento no se cuenta en ninguno de los sinópticos ni tampoco en el de Juan.
Aunque desde muy temprano hubo quien se retiró al desierto como el Bautista y san Antonio. 

Pero va Hegel en sus Lecciones sobre la filosofía de la historia universal (1837) y dice:

"El primer principio de la eticidad es la eticidad natural o del matrimonio, que se basa en el amor y la sensación. En la Edad Media este principio que no aparece tan perfecto en la forma abstracta de la devoción, es interiorizado mediante el calor de la sensación por medio del amor. Por el hecho de que un sexo no se ve realizado sino en el otro, conviértese este principio natural en un principio espiritual y religioso; y así ha sido desde luego considerado por la Iglesia e incluso reconocido por ella como un sacramento. Es ético vivir en el matrimonio. Pero no vivir en el matrimonio no es tampoco contrario a lo ético: porque el matrimonio es al mismo tiempo un principio natural. Por eso la Iglesia proclamó el celibato superior y más santo y lo magnificó. El matrimonio fue, pues, degradado, cuando en realidad es lo más excelente, lo propiamente ético y, por tanto, más religioso que el celibato. No puede decirse que el celibato sea contrario a la naturaleza; pero si contrario a la eticidad."

Conveniencias ideológicas y de sistema de unos y otros. La vida son etapas y circunstancias muy variadas y diversas. Por sistema  "esto es superior a aquello", no lo creo. En un estado y en otro y en el de en medio, el valor de la persona no depende de su estado civil, si a eso vamos, a valorarnos como dignos ejemplares de nuestra especie. 

"El segundo principio ético es eso que podríamos denominar probidad: que el hombre como tal tenga un derecho, que el hombre por sí mismo obtenga su sustento por su particular intelecto y su propio trabajo. En esta actividad, en el trabajo del hombre para su subsistencia, reside su honor, que consiste en que, por lo que se refiere a sus necesidades, dependa solo de su diligencia, de su conducta, de su intelecto y goce de lo que gane. Es ético el goce de las ganancias; pues en cuanto que el hombre goza de ellas, obtienen su subsistencia otros que así son activos. Al principio de la actividad, industria, ciudadanía, opónese empero el principio de la Iglesia, en donde se consideraba como meritorio el elegir la pobreza y no gozar cada cual de lo suyo, sino donarlo a los pobres. Así, pues, el hecho de anteponer la indolencia e inacción a la probidad cristiana consagró lo no ético como santo."

Donar a los pobres o a quienes tienen el don de hacerse "los pobres".

"El tercer principio de la eticidad es la libertad del individuo, la cual consiste en que la obediencia se aplique a lo ético y racional, como obediencia a las leyes que conozco como leyes rectas, no como obediencia ciega e incondicional, que no sabe lo que hace y que, sin conciencia ni conocimiento, tropieza de continuo con sus acciones. Pero esta obediencia ciega era precisamente lo que la Iglesia exigí, considerándola como la más grata a Dios, por cuya razón, por tanto, la obediencia sin libertad (que impone el arbitrio de la Iglesia) fue antepuesta a la verdadera obediencia de la libertad.

Así pues los tres votos de castidad, pobreza y obediencia fueron precisamente lo contrario de lo que debían ser, en ellos quedó degradada la eticidad."


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