TO BE OR NOT TO BE
Me alegro si es cierto que el asunto de los Royuela va para adelante, con este nuevo juez de nombre tan sonoro, ojalá lleguen otros magistrados, nuevos aires, y vayamos saliendo de todo corrupción y solo corrupción a todos los niveles y con todas las excusas, por nuestra falta de firmeza y nuestra cobardía congénita.
Se te queda el cuerpo cortado oyendo lo de Galicia, si es verdad lo que dicen estos dos, hay que manifestar el desacuerdo de algún modo, https://odysee.com/@catarsisman:6/P62-%E2%80%93-Programa-diario-01_02_2021---Scabelum-TV---Por-un-mundo-de-libertad-y-justicia_Trim:1
En los 70 od se sentía acosado en España, todos los publicistas católicos se preguntaban ¿ es o no es instituto secular? Su participación en política indignaba por lo que suponía de apoyo a la dictadura. Signo, semanario de la Juventud Católica publicó en agosto de 1964 una entrevista:
"El interés que despiertan los temas relativos a od nos ha hecho intentar conseguir para nuestros lectores una adecuada información. Para tal fin, pensamos que la mejor manera de conseguir nuestro propósito sería acudir con un cuestionario de preguntas a aglún miembro destacado del od. Signo presentó este cuestionario a Jerónimo Padilla, director del centro Tajamar, perteneciente a dicha institución. Y por tratarse de un tema delicado, hemos decidido publicarlas íntegramente, así evitamos el riesgo de posibles falsas interpretaciones ni de que se nos pueda atribuir, resalta o eliminar algún aspecto determinado."
Jerónimo Padilla, supongo nume, decía textualmente: "el od no es un instituto secular", sino "una asociación de fieles católicos que por vocación específica se dedican a buscar la perfección cristiana y a ejercer el apostolado dentro de su estado y cada uno en el ejercicio de su propia profesión u oficio en el mundo. Al od pertenecen sacerdotes seculares y laicos. Los sacerdotes se sienten y viven como sa diocessanos en todas las diócesis. Los laicos son ciudadanos corrientes que trabajan en cualquier actividad temporal, con absoluta libertad y responsabilidad personal."
A la sugerencia "el od no es bien conocido", Jerónimo respondía "me sorprende la pregunta. Es cierto que hay Institutos Seculares secretos, como existen congregaciones religiosas secretas y asociaciones secretas de fieles, algunas dirigidas por alguna orden religiosa, también en España: pero no sabría decirle más de esas cosas porque no me interesan los secretos ni ese es el caso del od". Luego explicaba que se regía por el documento pontificio "Provida Mater Ecclesia, promulgada en 1947 por Pío XII" -el de las calles y plazas de España- Atención, ojo que llegan curvas:
" es cosa pública que ese documento pontificio no ha sido aplicado en toda su integridad más que al opus dei: las instituciones que han dio erigidas después como institutos seculares, o no han conservado el carácter secular que está en la base de esa Const. Apostólica, más aun, han procurado o admitido de buen grado que se les aplicara gran parte del derecho de los religiosos, o son institutos seculares. Todos saben, por tanto, que estas instituciones se diferencian radicalmente de nuestra obra: entre otras razones porque el od no es secreto y porque sus miembros no pueden en modo alguno ser asimilados o equiparados a los religiosos. De ahí que sea también cosa sabida por todos que el od de hecho no es un Instituto Secular ni nada tiene que ver con los Institutos Seculares."
La publicación de esta entrevista en un semanario católico de la máxima tirada provocó revuelo también en las altas esferas directoriles... Y se animó el debate en el que participaron varios lectores, gente con fundamento.
José M González Ruiz, canónigo de Málaga:
En primer lugar, creo desorbitada la atención especial que de un tiempo acá se está dando a lo que no es más que una de tantas instituciones de nuestra iglesia católica. El sr. Padilla, miembro del opus dei, entrevistado en el citado art., lleva mucha razón al ampliar la base de acusación a otras instituciones religiosas y eclesiásticas sobre todo dentro de nuestro país. Esta especie de confabulación de los más diversos sectores católicos contra el único blanco del od puede degenerar en un gran gesto hipócrita, que pretenda ocultar las propias manchas llamando excesivamente la atención hacia una única víctima expiatoria. Quiero decir que el od ha nacido dentro de la Iglesia católica, en el marco del catolicismo español de una época determinada y en unos ambientes sociales definidos (...) Desgraciadamente los fallos que con tanta insistencia se achacan al od constituyen un viejo patrimonio doméstico de una gran mayoría de instituciones de la Iglesia católica en general y de nuestro catolicismo español en particular.
En segundo lugar creo que el od al intentar una apología total y radical de su postura, sigue la vieja línea de pernicioso triunfalismo que con tanta energía se ha denunciado por primera vez en las sesiones del Concilio Vaticano II ¿Es posible que en el seno del od no haya tensión? ¿Que no haya espíritus generosos y abiertos que intenten una revisión interna, un cambio de estructuras? ¿Se puede concebir que una gran institución compuesta de hombres personalizados (como se sabe en la o se dice que todos los miembros son libres en cuanto a sus posiciones y opiniones), sea como un gigantesco magnetófono que repita inalterablemente el mismo esquema apologético?"
Manuel Rodríguez Lorenzo, residente en Vigo señalaba: "es la primera vez que oigo que el od no es un Instituto Secular. A otros miembros de la o les oído decir que sí ¿en qué quedamos? y si no es IS ¿qué es? Si es una simple Asociación Apostólica ¿por qué tanto interés en que los miembros de la Acción Católica, por ejemplo, se hagan de la O, si ya pertenecen a otra Asociación similar? He intentado muchas veces enterarme personalmente y la única solución que me han dado ha sido la asistencia a un cursillo interno de 3 días en una de sus casas (...) Me pregunto si su organización es tan complicada que necesita 3 días de internado para conocerla, o es que para conocerla es necesario pertenecer a ella."
Ni siquiera perteneciendo te enteras.
El jesuita José María Llanos afirmaba refiriéndose a los od: "Dios les perdone. Los difícil es comprenderlos". Otro jesuita de Bilbao se extrañaba "de que el o pueda afirmar que no es un IS cuando figuraba como tal en el Anuario Pontificio de 1964, en la obra de Salvador Canals, de Jean Beyer, Gerardo Escudero...etc y mientras no disponga de otra cosa la Santa Sede o no se retracte el od, estamos obligados los católicos a incluir esta organización en los institutos seculares".
La polémica no siguió, la censura cortó por lo sano.
El público joven católico se extrañó porque no se publicaron dos cartas que llevaban la aprobación eclesiástica correspondiente, una del sacerdote Juan Arias y otra de José Luis López Aranguren.
Aranguren escribía: "en nuestro país solo se puede hablar del od en tono ditirámbico. Véase la muestra: bano el títutlo La espiritualidad del od, una controversia, yo había escrito un artículo en el que se daba cuenda de las opiniones del gran teólogo conciliar Von Balthasar, y que debía publicarse en la Revista de Occidente artículo que fue rechazado en su totalidad por la censura". Y Aranguren terminaba la carta acusando al od de entregarse a autoelogios mitomaníacos.
La primera reacción por parte del od fue una llamada telefónica del ministro Laureano a monseñor Guerra Campos para que impidiese personalmente la publicación de las 2 cartas. Era agosto, Guerra Campos estaba ausente y fue el director general de Prensa, Jiménez Quiles quien se encargó de finiquitar la polémica.
Algunos jóvenes católicos se preguntaban ¿la censura estatal es menos tolerante que la censura de la Iglesia cuando se trata de criticar al opus dei? También les parecía extraño que el Estado se mezclara en una polémica entre miembros de la Iglesia. Lo que sin duda los jóvenes ignoraban era que el opus dei tenía entonces una influencia política ma´s eficaz en el Esatdo que en la Iglesia; aunque pudieron arreglar esta insuficiencia desde que tuvo lugar la polémica y posteriormente sacerdotes numes como José María Casciaro, en Madrid, o Martínez Doral (recientemente RIP), en Pamplona se encargaron de conceder el nihil obstat, es decir, la censura eclesiástica para las publicaciones de la Iglesia.
La extrañeza de las juventedes llegó al extremo cuando en Mundo Cristiano de septiembre aparecía un artículo que atacaba a los firmantes de las cartas que habían salido en Signo y a la propia revista: era métodos "más propios de un libelo que de una revista católica". Para terminar de arreglar el desaguisado aclaraba: "el opus dei es un instituo secular de derecho pero no de hecho" añadiendo ""¿qué importa que el opus dei sea jurídicamente una cosa u otra? ¿No se da cuenta Signo de que una familia puede estar abonada al gas y posteriormente haber decidido usar la electricidad aunque siga abonada al gas?".
Con el abono del gas se refería el articulista a la condición de IS que od tenía desde 1947 refrendada en 1950, aunque luego se viesen obligados a usar la etiqueta genérica de Asociación de Fieles, el servicio de electricidad. Pero el equívodo residía en que se basaban en su campaña de captación en que seguían abonados al gas.
Tras la obtención del estatudo de IS, od comenzó a usar arbritrariamente esta categoría jurídica para el conjunto de la ob cuando tan solo la rama sacerdotal era un IS de derecho, pero od con mujeres, varones, sacerdotes, todo junto, de hecho no lo era. Los Anuarios pontificios eran explícitos, solo figuraba como IS la sociedad sacerdotal.
Así que hubo equívoco jurídico hábilmente explotado hasta que llegó JP II y firmó la "prela" que se celebró con champán y por todo lo más alto de lo alto. Entraron ríos de gentes en aquel período 60, 70, 80, incluso 90.
Las ramas masculina y femenina tenían un estatuto jurídico diferente a los sacerdotes, que eran los Instituto Secular. El proselitismo se centró en esto último para conseguir clientela que birlaba a otras organizaciones de la Iglesia, sobre todo a Acción Católica, Y muchos militantes llegaron a usar la palabra "la Obra" o "el instituto" de modo indistinto.
A mediados de los 60 con los vientos liberalizadores del concilio Vaticano II la situación jurídica empezó a tambalearse, hacía falta un nuevo estatuto y a ellos se pusieron con ahínco. Mientras los curas siguieron siendo IS hasta 1982, cuando el polaco les dió "el oro y el moro", cortados que estaban por el mismo patrón.
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