RESIDENCIA INFERNAL
La universidad de Navarra forma las élites de la sociedad española...pero la "obra de Dios" no se olvida del mundo de los negocios: una de las supuestas best escuela es suya IESE, en Barcelona ha otorgado más de 23 millones de títulos desde su creación en 1958, y según su propaganda están presentes en 85 países.
Algunos que son numes y supernumes dirigen empresas: master en economía y dirección de empresas, doctorado en ciencias de la dirección y de negocios...
IESE trabaja en colaboración con Harvard y forma a futuros dirigentes. También funda otras escuelas de negocios en unos 12 países, en Sudamérica en especial. Su Master Business Award entre los 3 primeros de Europa en 2003.
El objetivo de este trabajo en el ambiente universitario está claramente enunciado en la revista Crónica: "Las residencias universitarias, las universidades, las editoriales...¿son fines en sí? no. Nuestro objetivo es promover en el mundo el mayor número posible de almas dedicadas a Dios a través de od".
La estrategia de conquista se articula pues alrededor de la enseñanza superior. Según Alvaro Portillo en 1979 los miembros od estaban en 419 universidades y escuelas universitarias en los 5 continentes.
Muchas instituciones educativas "made in Opus Dei" están en Sudamérica, como la universidad de Piura en Perú, la de los Andes en Chile o la de Sabana en Colombia. Esta parte del mundo es pues la segunda plaza fuerte del od tras España.
Cuando no poseen una facultad adoptan una estrategia diferente y eficaz: avanzar enmascarados mediante residencias universitarias.
UNA RESIDENCIA "INFIERNO"
En 1995 la universidad católica de Lovaina UCL en Bélgica tuvo su lote opus. En la época, el padre Gabriel Ringlet era vicerrector de estudiantes. Hoy sigue siendo miembro del consejo de administración y de la oficina ejecutivo UCL, se lo piensa mucho por teléfono antes de aceptar una entrevista:
"Si supieran todos los problemas que he tenido por intervenir en este asunto" nos dice.
Nuestros argumentos terminan por convencerle y nos vamos en tren a Bruselas.
Louvain la Neuve está a 50 km de Bruselas. Es una ciudad sin coches, todos los vehículos están aparcados en subterráneos.
Lovaina la Nueva
El padre Ringlet nos recibe en las oficinas administrativas de la facultad. Nos llama la atención la inteligencia y malicia de su mirada que contrasta con su aspecto elegante y riguroso. Un hombre visiblemente abierto y a la vez que se retiene, quizás por timidez o más ciertamente por benevolencia frente a los demás.
Nos invita a su despacho sobrio, funcional y sin alma. Su relato corrobora lo que ya sabíamos sobre los métodos de od:
"En el campus de la universidad católica de Louvain había 2 residencias universitarias de od y nos encontramos en varias ocasiones frente a hechos concretos de ambigüedad, de identidad...Por ejemplo, anuncios que invitaban a los estudiantes de medicina a ir a un país del tercer mundo con solo un número de teléfono, ese número era el de los jefes del od".
Para el Padre Ringlet la estrategia estaba clara:
"El od pretendían infiltrarse en ciertas facultades para saber quiénes eran los estudiantes con mejores resultados y poderlos contactar directamente. Es un método más que discutible. La búsqueda de la perfección tiene algo de malsano".
Por ello la UCL decidió no renovar el contrato con las 2 residencias opusdei que estaban en el campus de la universidad.
Cuando hablamos con el padre Ringlet de los problemas que le acarreó esta decisión se le ve molesto: "son asuntos del pasado" nos dice.
Un pasado que sigue siendo actual. Como ejemplo tenemos el caso de Laura, estudiante de 23 años que fue con Erasmus a estudiar a España. Alojada en un colegio mayor de od, no estuvo más que 15 días, al cabo sus padres fueron a buscarla con urgencia. Su testimonio escrito es impresionante, algunos extractos:
"Había seleccionado una ciudad en España en la lista de universidades que nos dieron. Mi abuela sabía que buscaba una residencia en esa ciudad y unas amigas le aconsejaron un colegio mayor od. El criterio para entrar era ser "buen cristiano". Me admitieron puesto que tenía una buena formación cristiana, y empecé un período de prueba de 1 semana".
La pensión era de 600 euros mensuales. Una cantidad elevada para Laura, le proponen que pague 300 y trabaje en la parte reservada a las empleadas. Los 300 euros los pagará trabajando. Enseguida Laura descubre el ritmo de vida acelerado que le espera en esa semana de prueba.
"El primer día la directora me dió el horario y mi uniforme de trabajo. Las empleadas me acogieron calurosamente y me llevaron a conocer la ciudad. Cuando volvimos a las 19.15 me dijeron que me pusiera el uniforme y ya me tocó fregar los platos. Era un trabajo agotador, había que correr para recogerlos, porque la cadencia de trabajo no podía bajar, había que lavarlos y ponerlos a escurrir. A las 20.30 teníamos que comer en 15 minutos, y vuelta a trabajar, había 50 comensales y cada uno con 3 platos. Así hasta las 22.20, después había que recoger la cocina. Luego me dijeron que en 2 minutos me tenía que cambiar para llegar corriendo a la tertulia "tonta la última" , reunión obligatoria, que duraba hasta las 23.15.
Después me llevaron a la capilla y me dijeron que tenía que hacer un examen de conciencia antes de ir a dormir, en ese momento no pensaba más que en una cosa, acostarme en mi cama".
Laura descubre que los horarios reales no corresponden con lo que le dijeron. En vez de 9 h, el día empieza a 7h 15 para limpiar el vestíbulo del colegio mayor y termina a las 23.30, no a las 23 h, tras el comentario del evangelio en la capilla y las últimas indicaciones dadas para el día siguiente por la directora.
"Enseguida una chica se me "pegó". Intentaba sacarme información, me preguntaba sobre mi familia, sobre lo que hacía, lo que me gustaría hacer...etc. Me sentía dividida entre las ganas de contarles mis cosas, así me quitaba tiempo de limpieza, o no decirle nada, y entonces tenía que limpiar más. Opté por contarle tonterías que no le revelaban mucho sobre mi persona...
El quinto día la directora me llamó y me dijo que tenía que hablar con un cura (continuará.....)
Bénédicte y Patrick des Mazéry
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