La cueva de Montesinos

Me recomendaban el leer el Quijote. Esta es la cueva de Montesinos, "que está en el corazón de la Mancha", donde don Quijote baja en el capítulo 22 de la segunda parte. Es uno de los recorridos que más satisfacciones me ha dado, viajar con mi Quijote identificando los lugares que inspiraron la novela. ¡Hay que leer las aventuras que le pasaron al caballero andante en esa cueva!

Con respecto a lo que me dice Iñigo sobre la situación de la iglesia católica supongo que algo podemos hacer para que las cosas cambien, den un giro. Al menos pienso que denunciar claramente los manejos opus es un grano de arena.

Los obispos, no sólo los españoles, deben comprender que el opus no beneficia a la iglesia católica, que sólo buscan su propio beneficio, que son apariencias lo que gastan, con el papa, con los cardenales, con los obispos. Es preciso que se tome conciencia de ello. Lo único que prospera por su acción son sus negocios, sus bancos, sus fundaciones. La iglesia católica debería de seguir el ejemplo de madre Teresa de Calcuta que rechazaba el dinero que sobraba, el dinero que le enviaban de más para sus obras. Si no se puede invertir en hospitales, escuelas, promoción de los derechos humanos, la iglesia católica no debería de tener dinero para invertir en Gescartera o similares. Es una vergüenza que se hagan esas cosas, hace falta un espíritu nuevo.

Los obispos no pueden seguir mirando para otro lado ante la espinosa cuestión de las finanzas de la iglesia. No es posible que cualquiera pueda leer los libros escritos sobre cómo el opus saneó las arcas del vaticano tras la crisis del banco Ambrosiano y el episcopado católico esté a su bola en este y otros escandalosos temas. Mientras no se aclare todo esto el mensaje del evangelio está en entredicho cuando ellos lo proclaman, porque es difícil de creer a personas que hablan de Jesucristo y no siguen su ejemplo, ejemplo de vivir del propio trabajo y sobre todo de no acumular, y de no fiarse tanto de los poderes de este mundo. Que es el defecto que el opus comparte con una gran parte de la jerarquía. Dicen que la iglesia no es de este mundo, yo los veo más del mundo que nadie, en concreto al opus, yo he sufrido "el no estar en este mundo" por creerme sus mentiras, mientras ellos tan espabilados sacaban abundante tajada de mi credulidad.

Por eso se puede decir que el opus dei viola los derechos humanos, no por el celibato en sí, ni por la pobreza en sí, ni por la obediencia en sí. Sino porque presentando esa tradicional imagen cuando les conviene, ante los cardenales como el de Viena,, en la realidad obligan engañando, a una pobreza que no es la del evangelio, a obedecer no a la iglesia ni a unas normas decentes y escritas, sino a los caprichos inconfesables de los directores que ellos tienen la desfachatez de llamar "voluntad de Dios".

El opus no ofrece a sus ex miembros la posibilidad de dirigirse a las instancias eclesiásticas competentes sencillamente porque no las hay. Porque nadie fuera sabe lo que realmente pasa en el interior de esta organización. El cardenal de Viena reprocha que los ex miembros denunciamos nuestras experiencias en la "publicidad secular" y echa una regañina que suena a opus: "que los trapos sucios se laven en casa". Eso decía el fundador Escrivá, él no quería que salieran a la luz ninguna de sus fechorías.

Pero la publicidad no puede ser más que secular, y el vaticano II reconoció la "legítima independencia de las realidades seculares", cosa que ahora está en entredicho. Si la iglesia no mueve ficha alguien tendrá que hacerlo, si la iglesia no saca la escoba para barrer su propia porquería habrá que sacar otras escobas de otros lugares, porque lo que no puede ser és que las situaciones de injusticia se prolonguen indefinidamente.

Ana
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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
El opus dei es como un molde que busca adeptos para su causa, y cuando no le conviene, hace a un lado a cualquiera de sus miembros y lo convierte en un ex miembro.

El opus dei se mueve perfectamente en la obscuridad, pero gracias al internet los ex miembros nos damos cuenta de que lo propio lo padecieron muchos.
Anónimo ha dicho que…
Ana, te veo francamente mal y me das pena. Yo también he sido del opus Dei pero gracias a Dios no padezco estas fobias. Te diré que también me marché enfadado con gente y cosas concretas pero no obsesionado como tu. Hay gente maravillosa y coss muy buenas, otra cosa es la mala suerte que hayas podido tener pero en tu caso yo no descarto que haya algunas cosas de cabeza que te impiden inferir la realidad como es sin polemizar más allá de lo que es correcto. En serio, a lo que no hay derecho es a que te sigas maltratando de esta forma, no le des más vueltas, vive la vida, no te enredes tano, no e des vueltas, déjalo porque es que se te ve fatal. Yo te recomeido que aunque no te guste vayas al médico sin miedo, sin complejos, para ver de qué forma pueden ayudarte con esta obsesión tan dura. Me ha dado mucha pena ver el grado de obsesión y fobia que tienes y creo que deberías cuidarte un pco más. Eso es todo, perdona mi sinceridad, sé que no te va a gustar. pero me he sentido moralmente obligado a decirte lo que se ve tan claramente. Y por supuesto, rechza a los que te animan porque tienen ss intereses. Y lo hacen a costa de tu salud. Descansa, en serio, la vida es bella.
Ana A ha dicho que…
El primer comentario, muy bien hecho, aplaudo la conclusión. Es un molde al que hay que saber hacerse.

Al segundo comentario, lo pongo como botón de muestra: pura mentira. Estoy más feliz y más tranquila que nunca, tengo la satisfacción de haber salido de muy graves embrollos. Sigo con fuerza mirando hacia adelante, y preocupándome sobre todo de mi trabajo, de mis alumnos, de mis clases, de mis lecturas, de ¡una vida que por fin llegó!

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