Estudiar en Viernes Santo

Cristo de la Buena Muerte, Jaén

Aunque estamos de vacaciones, me preguntan sobre si la estrechez de pensamiento del Opus Dei que he comentado en el blog es extensible a la enseñanza en España en general. Esta persona ha observado a algunos opusinos en la tele explicarse a propósito del tema y no sabían argumentar. Sólo repetían frases hechas.  Me sugieren que si los libros de secundaria son como cápsulas que los alumnos tienen que tragar . Esa persona lo ha observado que los alumnos de los institutos memorizan sin saber argumentar. Le parece que da igual que el gobierno sea izquierda o derecha, no se hace nada por que los escolares españoles PIENSEN.

Mi opinión que me viene atropellada a la cabeza, porque me preocupa sobremanera esta cuestión:

Antiguamente estudiábamos y sabíamos, hoy los textos de secundaria de lengua o de sociales son como panfletos que se echan en el buzón. Se lo he dicho a los alumnos de la ESO, les llevaría gustosa mi libro de sociales de 8º, lo que ahora es segundo de ESO, aquello era estudiar en serio. Y se trabajaba la cabeza, hoy el nivel es muy deficiente, no viene en el manual de instrucciones del profesor que hay que hacer estudiar, aunque sea evidente porque así es la vida real y la economía real. Pero en los centros de enseñanza a veces la vida no es real. 

Voy a dejar aparte el tema político, de lucha por el poder y el reconocimiento entre los profesores. A mí no me han dejado trabajar en paz.  Es un síntoma de estrechez de miras, de mezquindad y de no estar muy apasionado con lo que uno hace. La pasión por el propio trabajo evitaría muchos disgustos.

La estrechez de pensamiento es un mal endémico español, hemos sido criados en él. Yo al menos fui educada para no criticar ni una tilde de la ley. En los institutos, se repite lo mismo. 

Para tener capacidad de crítica y de reflexión además de haber vivido hay que tener algo dentro de la cabeza, y para eso hay que estudiar,  no me bajara nadie de ese burro de que hay que hacer estudiar los libros a los alumnos. Luego se olvida lo que se aprendió de memoria, pero no es igual no saber por haber olvidado que nunca haber sabido, hay una diferencia considerable. Y en España no hay tradición cultural de pensamiento, cuando empezaba a haberla vino una guerra y vino el fascismo que nos ha dejado el intelecto hecho unos zorros.

A mí me admiran los países que aunque también han tenido guerras han disfrutado en tiempo de paz LIBERTAD DE PENSAMIENTO y en España ya tenemos ejemplos recientes de que todavía es algo no diré desconocido, casi. Cuando parecía que había llegado la democracia siguen las inquisiciones e inquisicioncitas funcionando. Así no se puede, muchos intelectuales españoles del siglo XX han gastado gran parte de sus energías y de su patrimonio en eludir la persecución. Le pasó a Unamuno con Primo de Rivera, dejemos la larga lista de exiliados españoles del 36-39:(Zambrano, Ayala, Juan Ramón, Bergamín, Aub, Gallego Rocafull....etc, etc, etc) se nos fue toda la masa gris y creadora del país. Demencial. No sólo fueron expulsados sino que fueron convenientemente denigrados por los "sustitutos" .

Para poder pensar algo con sentido hay que tener un mínimo de sosiego y tiempo sin persecución que en esta España no se ha disfrutado. Cuando no te ataca el gobierno te ataca el colega envidioso de turno. Esta mezquindad española que he vivido y padecido en tantos ámbitos de mi vida es una "condición de posibilidad cultural" al revés, en particular para la filosofía.

El Opus Dei, un caso que invita a la reflexión a historiadores en general, teólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos, escritores, antropólogos, directores de cine es una buena muestra de ello, de que puedes meterte con Franco que ya está muerto y enterrado, pero hacer crítica del presente que es lo interesante, ¡ojito!. Me llama poderosamente la atención que no haya investigaciones serias de académicos en cualquier dominio de las humanidades sobre cualquiera de las manifestaciones del Opus Dei y su peso en nuestra sociedad, los Opus forman parte de nuestro paisaje como el toro de Osborne. Pero nadie se molesta en reflexionar y preguntarse sobre él, sus prácticas, sus hechos, sus escándalos... para el mundo de la cultura española el Opus Dei es "lo que no puede ser nombrado". Sacaremos de ese grupo a Javier Fesser, que además de OSAR "mencionar el tema" se llevó los Goya, y a Estruch que escribió una gran investigación sociológica bien útil.

Somos un rebaño o varios rebaños bien pastoreados por unos políticos que hacen lo que les da la gana con nosotros. Ese es nuestro clima, entre los intelectuales inciensos vienen inciensos van y no sólo delante de los pasos de Semana Santa, sin "incidir" en la realidad. 

¿Cómo no se va a reflejar el talante inquisitorial y pelotero del poder que nos caracteriza en la enseñanza escolar?

No se puede enseñar a ser libre ni en el pensamiento ni en nada si uno mismo no lo es.

Y libertad de pensamiento no significa despreciar la memoria. Otro gran equívoco nacional, o multinacional porque somos varias nacionalidades dicen. Sin embargo en esto no hay diferencias nacionales. Hay gente en la península ibérica que se piensa que la memoria es de derechas, pues no. La memoria es nuestra identidad como personas y una capacidad que hay entrenar y usar desde pequeños. Es la base.

Yo les hago aprender a los niños cosas de memoria, incluidos los de ciudadanía de 3º de la ESO. Una clase de 30  quinceañeros puede llegar a ser una auténtica tortura si deciden portarse mal. No es la universidad, son adolescentes y hay que simplificar, no se pueden hacer grandes razonamientos ni exposiciones de nada. Hay que atenerse a lo que viene en el libro para facilitar la objetividad a la hora de calificar. Yo simplifico enormemente porque quiero que aprendan, al principio tiene que ser así, y en la enseñanza supercomprensiva que tenemos más todavía. Hay que enseñar a escribir, a no hacer faltas, vocabulario, educación. Y sin vergüenza que sepan que es una monarquía, que es una constitución, cuáles son las características de los derechos humanos, cuáles son los tres poderes...etc. Hay que ser muy concreto, no se puede uno ir por las ramas ni hacerse ilusiones sobre los niños. Hay que repetir las cosas, y echarle la gracia que cada uno tenga. 

Aún simplificando muchísimo la materia y haciéndolo lo más fácil posible tenemos un gran problema: se ha puesto de moda no estudiar. No se utiliza el verbo estudiar. Ya viene la parte que no está en la mano del profesor y muchas veces tampoco de los padres que pueden facilitarles las cosas a sus hijos pero no pueden meterse en su cabeza para que atiendan a lo que no quieren atender. 

Si además te encuentras con chiquillos que les gustan los rollos filosóficos o políticos, miel sobre hojuelas. Pero esa es la parte que no siempre se da.

Personalmente me esfuerzo por enseñar a leer, es decir, a fijarse en las palabras y enterarse, a reinterpretar ¿te has enterado de lo que acabas de leer?  Leer es la salvación de un país, pero leer enterándose de lo que se lee, trabajando la atención. Es lo que hay que conseguir. En bachiller hay más posibilidades reales de hacer pensar en clase, argumentar, organizar zapatiestas a cuento del tema. Pero para llegar ahí es necesario trabajar la mente con el estudio y las horas dedicadas a los libros. Es verdad que se nos olvidan muchas cosas que aprendemos para los exámenes, ¿y qué? no es lo mismo nunca haber sabido que el Duero tenía afluentes por la derecha y por la izquierda aunque no te acuerdes de ellos que saber que una vez lo supiste y se te olvidó. Hay donde rascar, y da igual, si te pica mucho la curiosidad ya irás a mirarlo al Atlas. Yo les estoy muy agradecida a todos mis profesores que desde muy pequeña me hicieron trabajar y aprender montones de cosas que no recuerdo concretamente, pero fue un tiempo de formación y crecimiento no desperdiciado.

 Me admiran los franceses que enseñan a sus adolescentes a hacer unas disertaciones en las asignaturas de letras que por lo menos les hacen pensar un poco, aquí no tenemos esa tradición.

Cada profesor tiene su estilo y sus ganas de trabajar. Yo tengo muchas ganas de enseñar y me encanta cuando los propios chiquillos se acuerdan de algo que dije otro día o preguntan a su manera lo que a ellos les preocupa o sugiere el tema, tengo anécdotas muy bonitas a este respecto. Se nota cuando una pregunta es por lucimiento y cuando una pregunta sale espontáneamente del alumno... En general mis alumnos preguntan porque se les ocurre y lo que se les ocurre.

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