Píldoras I
Mateo 23, 24 ¡Guías ciegos que coláis el mosquito y os
tragáis el camello!
En referencia a
No a la reificación. Jesús no dijo nada sobre control
artificial de la natalidad. Sin embargo nos han llegado sus palabras sobre la
justicia, la misericordia con los más débiles, el obstáculo que supone el
dinero para entrar en el reino de los cielos. También sabemos que fustigó la
hipocresía religiosa. No porque las prácticas religiosas “estén mal”, sino
porque un ser humano de fe no puede conformarse con cumplir mientras su corazón
está lejos de ser misericordioso.
Es un peligro que acecha a toda persona que se considera
religiosa, y desgraciadamente lo podemos comprobar con facilidad. En el Opus
Dei directoras y directores causantes de inmensos sufrimientos en los demás con
sus exigencias, no dejaran un solo día de su vida de asistir a la misa en
latín, comulgar de rodillas y en la mano, rezar su rosario y confesar cada
semana. Todas estas prácticas y miles más habituales, obligatorias, “camino al
cielo” en el Opus según el fundador, son
llevadas con rigor por seres humanos a los que no les tiembla la mano a la hora
de hacer sufrir a sus subordinados con pesadas cargas, culpabilidades,
enfermedades psíquicas, exigencias contradictorias que rompen el alma,
obstáculos para desarrollar los talentos innatos mientras se obliga a otras
tareas por las que no se siente inclinación. El afán de fastidiar elevado a
ley, y además a método de santificación de los demás por medio de normas que
uno mismo se guarda bien de cumplir.
Se puede estar ciego mucho tiempo, no entender que hay
sufrimiento alrededor, que hay exigencias a uno mismo y a otro que son injustas, que no vienen ni
del cielo ni de la iglesia ni de una mente sana. Se puede ser objeto y causa de
injusticia en otros por ignorancia, pero a todos los que fuimos numerarios nos
llega la hora de la verdad: la hora del sí o del no. A todos. La hora en que
hay que escoger y decidir en el interior de la conciencia, “complicidad o
alejamiento”. Todos pasamos por ahí. También los “perpetradores” del volumen
jurídico escrito al dictado de las autoridades del Opus. No se sabe cuándo ni
somos quien para juzgar el interior de los demás, sólo podemos inducir con base
en las acciones que vemos. Aquí nadie condena pero queremos las cartas encima
de la mesa.
Hace falta
sacacorchos para enterarse del cómo y el porqué de lo que pasa en el Opus con
la defensa a ultranza de unas doctrinas y el silenciamiento de otras. Todo
porque no se cuenta la verdad sin tapujos ni componendas. Así nos tienen a
ciegas. Gracias Haenobarbo por iluminar con tu testimonio la verdadera historia
de ese importante libro. http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=19623
El tema de los medios para limitar nacimientos. Nada ha quedado recogido en el evangelio sobre esta cuestión, el que quiera sacar leyes morales inamovibles de los cuatro evangelistas lo va a tener muy crudo. Hay una pila de asuntos que hoy se nos presentan como “inamovible tradición católica” y “pilares fundamentales de la fe” de los que sencillamente Jesús no habló, no parece que lo más interesante para ir al cielo fuera casarse o no hacerlo, tener relaciones sexuales o ser célibe, ya fuera por voto o por ley eclesiástica, tener muchos hijos o tener pocos, ser cura o ser monja o no ser nada, rezar rosarios o ir a misa cada día….Insistió en la misericordia y ayudar a quien te pide hasta quedarse sin nada, visitar a los presos en la cárcel, dar de lo que se necesita, hacer como el samaritano, acompañar dos kilómetros a quien te pide un kilómetro (Mt 5, 41), dar al que pide y no dar la espalda al que pide prestado… , acoger a los niños y ser como ellos frente al padre celestial. No dijo que había que ser como niños frente a los demás seres humanos y que todo el mundo se aproveche, esta parte del “ser como niños” ha sido convenientemente distorsionada en beneficio de las guarderías de adultos: “Tú sé como un niño que ya me encargo yo de pensar y dirigirte por donde me conviene.”
Curiosamente el Opus Dei insiste bastante a las mujeres en
edad fértil sobre la cuestión de los embarazos y el modo moral de proceder.
Pero Jesús no habló de esta cuestión, nada nos ha llegado, ni sobre abortos, ni
sobre píldoras ni del día de antes ni del después.
Pongo por delante que me solivianta mucho este tema porque
no puedo menos que juzgar como hipócrita la defensa de “la vida desde el
momento de la concepción” al tiempo que no se tiene ninguna misericordia ni
escucha para seres humanos que lo han dado todo por la iglesia y en virtud de
su fe y se encuentran al cabo del tiempos SIN NADA, vejados, en la calle,
abandonados cuando no perseguidos, personas hechas y derechas creyentes como el
que más -un budista o un ateo no se mete en esto- que son tratadas, somos
tratados como apestados sociales.
Y a todos los que tanto defienden embriones humanos les
importa un pito los sufrimientos en virtud de nuestra
fe. 1 Juan 4:20, Si alguno dice Yo amo a Dios y aborrece a su hermano es un
mentiroso, porque el que no ama a su hermano, a quien no ha visto, no puede
amar a Dios a quien no ve.
Los embriones humanos tampoco se ven ni se sienten. Un
hermano, una hermana, una hija o un hijo enfermos psiquica y vitalmente por el Opus Dei sí se
ven, son cuerpos que llegan destrozados después de haber entregado la parte más
bonita de la vida en el altar del Opus Dei. Pero a favor de estas personas no
hay “defensa de su vida” ni de sus derechos, no somos considerados como sujetos
de derechos ni que se nos deba nada, ni moralmente ni económicamente. Como
mucho lástima y “Ahí te quedas. No me importa tu sufrimiento”. Eso es lo que
nos hemos encontrado en los demás católicos los que hemos salido de estas
guarderías de adultos. Salvo excepciones. Sinceramente, con esta experiencia me
cuesta bastante ver el espíritu de misericordia, acogida que Jesús tuvo siempre
para los más desfavorecidos y despreciados de la sociedad. No lo veo por ningún
lado en muchos que se dicen creyentes y no faltan a una misa ni por enfermedad
grave.
Y al mismo tiempo que nos encontramos a la intemperie,
¡vaya!, resulta que hay otras cuestiones como la moral de
limitación de los nacimientos en las que hay una interesante historia de
comisiones creadas para el estudio, tiras y aflojas, un gran devanarse los
sesos. Sigo sin comprender porqué tanto
esfuerzo cuando el evangelio habla esencialmente de misericordia. (Continuará)
Comentarios
Bienaventurados los pobres de espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos. (Versículo 3)
Bienaventurados los mansos: porque ellos poseerán la tierra. (Versículo 4)
Bienaventurados los que lloran: porque ellos serán consolados. (Versículo 5)
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán saciados (Versículo 6)
Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos obtendrán misericordia. (Versículo 7)
Bienaventurados los limpios de corazón: porque ellos verán a Dios. (Versículo 8)
Bienaventurados los pacíficos: porque ellos serán llamados hijos de Dios. (Versículo 9)
Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. (Versículo 10)