Los clérigos que le apoyaron

Cuanto payaso y cuanto cobarde.


No todo era paz en el nacionalcatolicismo entre la iglesia y el gobierno. Al cardenal Gomá le censuraron. El servicio nacional de prensa le tachó un texto por hablar de las lacras de la guerra. No se podía decir que la guerra santa, la cruzada tenía lacras.

No recuerdo si un tal Permartín sale en las listas de opusinos iniciales. De cualquier forma este autor escribía la quintaesencia de lo que había: "no se puede ser nacionalista español si no se es católico del siglo XVI porque allí se concreta la esencia de nuestra nacionalidad."

La incorporación de la iglesia al estado tiene sus servidumbres. El poder no consiente tener al lado una "conciencia" que le recuerde sus fallos. La iglesia se sometió a la política, lo que es "un error un inmenso error", como dijo un futuro ministro de Adolfo Suárez sobre Adolfo Suárez antes de ser ministro.

Se llegó a la anomalía de resucitar el derecho de presentación de obispos. Franco podía vetar nombres de futuros obispos. La sombra del pasado es alargada. Sólo un obispo protestó. Esta medida duraría hasta la monarquía, cuando un rey Juan Carlos recién estrenado y ya sabemos que él de iglesia no es mucho, no entendía bien según dicen la pertinencia de renunciar a la presentación de obispos.
Los obispos se sentaban en Cortes, formaban parte del Consejo del Reino, estaban en todas las instituciones culturales. Ya dije que Escrivá y algunos de los suyos también tenía un cargo en el organismo consultor del Reino sobre enseñanza.

Pero de todos esos clérigos nacionalcatólicos encantados de serlo, me he encontrado con los nombres de los que apoyaron al falso iluminado. El primero Fray Justo Pérez de Urbel, todavía siguen editando sus libros y recomendándolos de lectura espiritual. Este era procurador en las Cortes franquistas, el pobre no tenía el espíritu de que un cura no debe meterse en política, en "banderías humanas". Pero fue él quien hizo de profesor improvisado de los primeros miembros Opus que se hicieron sacerdotes por indicación de Escrivá. ¿Cómo sería ese curso acelerado de seminario para tres ingenieros de caminos que improvisó Escrivá?  Los ingenieros convertidos en curas. Pero que conste que "el Opus Dei no saca a nadie de su sitio."

De Fray Justo se sabe que identificaba a la república con el mal, tiempo en que se oía blasfemar por todas partes, palabras obscenas, canciones escandalosas, conversaciones inmundas, gestos y acciones depravadas.

¿Cómo era aquello de la cruzada de virilidad y pureza que era obra nuestra? parecidas palabras tenía el obispo de Valencia en una carta pastoral de mayo de 1939. Y el de Córdoba pedía "una cruzada femenina de modestia y austeridad para poner dique al desbordamiento de la frivolidad de la mujer, eufemismo del que tanto se está abusando para no decir que se vive en increíble ambiente de paganismo e inmoralidad."

Siempre las mismas obsesiones. Mientras el hambre consecuencia en gran parte del enriquecimiento ilícito de los listos que nunca faltan, no era inmoral. Tampoco la limpia ideológica daba lugar a mártires. Los detenidos para ser fusilados muchas veces en presencia de su mujer e hijos pequeños eran escoria y punto. Puro evangelio.

Otro clérigo decisivo fue el obispo de Madrid, Eijo y Garay. Entiendo que nada existe en la iglesia hasta que no lo aprueba el obispo diocesano. Fue en 1941 cuando dicho obispo de Madrid aprobó el Opus Dei como Pía Unión. Por eso lo que había antes no se sabe muy bien que era. Es significativo el empeño que le ponen a remontarse a 1928, alejado de todo este nacionalcatolicismo con el que a partir de una fecha momento es muy duro que le identifiquen al que va de moderno y precursor. ¿13 años en el limbo no son muchos años para alguien tan puntilloso en materia de cánones y reconocimientos eclesiásticos?



Dicho obispo apoyó el expansionismo de España en Marruecos que tantos desastres traería, desde la Academia de ciencias morales  y políticas se opuso a la república y saludó a Franco como el salvador de España. De los más afectos al régimen.

Pedro Cantero Cuadrado, obispo de Zaragoza más tarde, escribió sobre la legislación católica del franquismo: "Aparte de haberse anulado todas las disposiciones sectarias en orden a la familia y al matrimonio, a las congregaciones religiosas, y a los cementerios, a todo cuanto hería la conciencia católica del país, basta indicar la legislación cristiana y cristianizadora en materia de enseñanza y educación. Se ha suprimido la coeducación en los institutos y escuelas normales, se ha ordenado la reaparición del crucfijo, la depuración de bibliotecas públicas...Estas y otras disposiciones demuestran que el Ministerio más defendido y mimado por la Institución libre de Enseñanza ha dejado de ser reducto del laicismo para servir a la España católica."

El nombre de Pedro Cantero llegó a mis oídos y manos en forma de testimonial en el proceso de beatificación. Antes de 1992, Mundo Cristiano publicó los folletos correspondientes con los testimonios de destacados clérigos españoles en favor del futuro santo.

Todos estos curas estaban convencidos de que sin el poder político no se podía hacer triunfar el evangelio. Sólo la frase "repugna" a la razón, que diría un medieval. Y el futuro santo era uno de ellos. Vaya mancha en el santoral. No podemos saber si Fernando III el de la reconquista se mereció la canonización. Pero sobre este podemos dar testimonio. Si un hombre que inventa un sistema de semiesclavitud en particular para las numerarias auxiliares es santo, cualquiera es santo. Metedura de pata colosal en la era de la información.

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