Un par de avisos

Gracias por el aviso, creo que ya he apañado lo del software malicioso que decía Google Chrome.

Para la persona que me envía su mail en un correo de no publicar, tú verás, pero algo no funciona en la dirección que me has enviado porque la copio tal cual en el campo correspondiente y me dice que no se reconoce dicha dirección como correcta.

No puedo escribir mucho hoy. Sólo quiero decir que el sectarismo, el silenciamiento de los mejores reclutas, la invención de leyendas negras que perduran durante años sobre militantes que sufrieron las cárceles franquistas, el mandar mucho y no hacer nada, y encima estorbar a los que están a pie de obra haciendo, son características que pertenecieron a los dirigentes del PC español. Terrible historia de héroes anónimos que dieron la vida y sufrieron torturas por la policía franquista, y encima, los "dirigentes" tan ricamente exiliados en URSS hablaran mal de ellos y tejieran una sarta de mentiras que ha perdurado durante años. Los retratos de Pasionaria y de Carrillo que hace Gregorio Morán se resumen cada uno en un par de líneas. Los pondré cuando tenga el libro a mano.

Qué país donde solo los mediocres llegan a algo y son santificados.

Y por otra parte una época que no me hubiera gustado vivir, años 30, años 40. El mundo en general es de locos. Ya lo dijo Gracián. Pero en aquella tesitura me parece que la humanidad se superó a sí misma en cuanto a chifladuras y crímenes atroces justificados en nombre de los más "altos ideales". Qué horror de tiempo. El único destino de la gente normal era el campo de concentración o el exilio en lo alto de una montaña donde no te viera nadie. Triunfaron la mentira, la tortura, el crimen de Estado y todas las abyecciones. Epoca que inspiró a grandes filósofos y escritores como Arendt, y que a otros se llevó por delante, como W. Benjamin.

Todo el mundo debería leer estas historias para enterarse de lo fácil que es irse por la pendiente resbaladiza de los crímenes.
Y nuestro OD debe ser de lo poco parido entonces que queda en pie. Y no digo más.

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