OD EN ARGENTINA Y DESDE ARGENTINA

Me envían este link de un tal Jean Ortiz que escribe en "L'Huma" sobre temas españoles e hispanos. Se hace eco de la ignominia que fue tener a un pseudo psiquiatra militar de caballería por lo menos en la época de la guerra y post, dictaminando lo del gen marxista y la degradación natural de las mujeres de izquierdas. Todo ello justificante suficiente para quitarles los bebés y entregárselos a famlias "bien". Apunta a la subsiguiente ignominia que aquí no se suele apuntar
y es que ningún gobierno de la democracia, desde Suárez al actual de Rajoy, ¡ocurrencias!, se ha preocupado por sacar a la luz el tema y perseguir en justicia tan horrendos y vergonzosos crímenes cometidos contra decenas de miles de españoles. En los años 40 se quitaron bebés a sus legítimos padres por motivos ideológicos, en los 80 y 90 por simple motivos pecuniarios.

Desconocía el dato de que la República francesa colaboró con Franco devolviendo niños españoles, de los 17.500 evacuados por la república española más de 12.000 desaparecieron "raptados" por las autoridades españolas con la complicidad de las francesas. Yo no sé que más crímenes horrendos nos quedan por descubrir contra nosotros mismos. Encubierto indecentemente el pasado, charlamos y buscamos detalles del atentado en Londres, que nos toca menos que nuestros propios malos pasos sobre los que no se quiere hablar. Una muestra más de que este régimen es continuación del anterior por otros medios, aunque no por otras personas, pues se repiten los apellidos en el candelero.

La nieta del pseudo psiquiatra caballar es hoy escritora reconocida del régimen actual y entiende de ciertas apariciones marianas en la provincia de Madrid, así como el padre de esta escritora fue psiquiatra famoso en la transición.  Parientes todos del cardenal jubilado de Sevilla monsenor Amigo. Hay que ver...España, pañuelo de oligarquía situada en todos los estamentos.

OPUS DEI EN ARGENTINA



En los últimos años del franquismo el gobierno estaba en manos de los tecnócratas opusinos y Madrid se convirtió en centro y punto de encuentro de todos los que tenían intereses inversores y políticos en América latina. Animaban el hecho tanto el Vaticano como los numerosos demócrata cristianos italianos y los escasos españoles.
Esta mirada occidental hacia América en particular hacia Argentina reflejaba los esfuerzos del lobby anticomunista ya fuera eclesiástico o laico por frenar la expansión del marxismo y la subversión. Para fortalecerse dicho lobby se mezcló con la masonería en la que entraron algunos católicos conservadores. El principal estratega en este desarrollo de las cosas fue Giulio Andreotti y el ministro de Exteriores, López Bravo, el del monte Oiz. Los apoyaba Umberto Ortolani y Licio Gelli, el jefe de la famosa logia P2, también estaba en el ajo Pío Cabanillas, uno de los fundadores de Alianza Popular.

Andreotti fue el más visible de los 5, el más cercano a las estructuras de poder vaticanas y a los sistemas politicos del “mundo libre”. Era un laico cercano a Pablo VI además de contar con admiradores incondicionales en cada una de las capitales occidentales. En las reuniones europeas se encontró con López Bravo con quien se dijo compartía los mismos valores religiosos. Al punto de que en apostolado de amistad y confidencia LB habría llevado a Andreotti a un curso de retiro en Castell de Urio a orillas del lago de Como, opusina mansión campestre en el norte de Italia, además Andreotti fue recibido por “monse” en su residencia romana.

Ortolani era un abogado romano, chambelán secreto de la casa del Papa (lo que eso quiera decir) y miembro de los que tanto han dado que hablar últimamente Caballeros de Malta, con sus sellos, sus monedas, sus embajadas por el mundo. Era el mayor de los 5 y se decía que hijo secreto del cardenal Giacomo Lercaro. Andreotti y Gelli habían nacido en 1919 y López Bravo era el más joven, nacido en 1925.

Las fuerzas subversivas argentinas se habían dado cuenta de que había que cortar con las inversiones que llegaban de Europa. De ahí que provocaran una serie de atentados contra intereses europeos. Dos de sus golpes más sonados fueron el asesinato en pleno día del financiero Francisco Soldatti, decano da comunidad suiza y patriarca de una de las más ricas familias argentinas, y el asesinato de Giuseppe Valori, otro financiero a través del cual llegaba mucho dinero de Italia.
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Perón e Isabelita

En aquellos días muchos latinoamericanos buscaban y encontraban asilo político en Madrid. Entre ellos Juan Domingo Perón que había invertido 250.000 $ robados del tesoro argentino en una lujosa villa sita en Puerta de Hierro ¿o llamó a la propia villa Puerta de Hierro? Una gran parte de su fortuna estaba colocada bajo la tutela del gobierno español, condición para que se le concediera asilo político. Aunque no había aparecido un pillo mayor que él en la escena política desde su exilio a mediados de los 50, el encanto personal de Perón provocó paradójicamente cierta nostalgia de los “buenos viejos tiempos” cuando la carne y los cereales argentinos se vendían bien en el mercado mundial y el país disfrutaba de cierta estabilidad.

Las fuerzas de la Cruzada vieron en el envejecido caudillo de los sin camisa, los obreros argentinos, la clave para derrotar a los guerrilleros de izquierdas y restaurar el equilibrio político en el país que se encaminaba a una guerra civil.

OD estaba activo en Argentina en aquellos agitados años. Sus primeros apóstoles habían llegado en 1950 (Uno se volvió intempestivamente a Pamplona para “fundar”, Ismael Sánchez Bella, al que conocí). A mediados de los 60 ya había como unos 1000 escrivarianos argentinos. Entre ellos destacaba el general Juan Carlos Onganía. En julio de 1966 dio un golpe que fue bien recibido por los empresarios clase media, por Perón y por los sindicatos. Perón declaró a los periodistas que le visitaron en su residencia madrileña: “Miro con simpatía este suceso….Onganía ha terminado con una etapa de corrupción completa.. Si el nuevo gobierno actúa bien tendrá éxito. Es la última oportunidad para que Argentina evite la única salida que se le ofrece, la guerra civil.”
(Declaraciones a Primera Plana, Buenos Aires 1966)
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General Ongania

El régimen de Ongania duró 4 años y la escritora Penny Lernoux lo definió como un aperitivo de lo que serían las implacables dictaduras militares de los años 70. Onganía se sintió personalmente llamado a conformar el destino del país con ocasión del retiro que hizo en un centro opusino poco antes del golpe de estado de 1966. Muchos generales e industriales que nombró en su gobierno compartían su creencia de que “la virtudes cristianas y militares del caballero español –una mezcla de autoritarismo clerical y dictadura ilustrada- restaurarían la disciplina mental, cultural, social y política en Argentina.”

La creencia de Onganía en un cuerpo de élite formado por laicos, profesionales y militares, llamados por Dios para servir a la nación era puro dogma opusino. Eliminó los partidos políticos, purgó las universidades. El descontento popular con sus ideales conservadores empezó a mostrarse hacia el final de 1969 en una ola de ataques guerrilleros a las comisarías de policía, cuarteles militares y bancos. La incapacidad de Onganía para hacer frente a la situación marcaron el primer fracaso del autoritarismo clerical en Argentina.

En junio de 1970 el general Alejandro Lanusse se hizo con el poder e inició negociaciones con el primer ministro de Perón, José López Rega, más conocido como el Rasputín de la Pampa o El brujo, López Rega pertenecía a una pequeña secta cristiana de extrema derecha de la que se sabe poco. Había hecho fortuna vendiendo la fórmula de un tónico rejuvenecedor en Brasil, se había unido a Perón en 1966 al que logró “embrujar” lo mismo que a su esposa Isabelita. Isabelita y López Rega iniciaron la propaganda a favor del único salvador posible de Argentina, Perón.(Continuará)









Comentarios

Anónimo ha dicho que…
El brujo López Rega estaba con López Rodó en presidencia del gobierno cuando asesinaron a Carrero Blanco, que había echado a López Rodó del centro del poder.

El Opus ya estaba en Argentina antes del Opus. Lo estaba con el financiero y político Cambó, que corrompía gobiernos argentinos (Veánse los estudios de Borja de Riquer) La única hija de Cambó se casó en Buenos Aires en 1951 con el numerario Ramón Guardans, que pasó a super. Sus hijos son los opusinos Guardans Cambó.

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