MISERICORDIA

 Fácil de decir que los supers tienen  la doble vida al alcance.  Aunque  menos crudo que una numeraria, tiene un precio y no lo recomendaría. En la actual situación de descomposición según cuentan los que tienen contactos, cuando ves que el opus que conocimos, predicamos y vivimos desaparece, que poco sentido tiene esa vida, por no decir ninguno. 

 Si quieren seguir abarrotando consultas de psicólogos y psiquiatras además de enriquecer Big Pharma, la industria farmacéutica, adelante con la doble vida, que mi mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. 

Me encantan los elencos de curas exitosos una vez que se van,  con la anuencia de los respectivos obispos  y cientos de almas detrás. Mejor para ellos. 

Ahora bien, la solidaridad que esos curas sexis como los llama el amigo colombiano están demostrando con los que lo tuvimos y lo tienen difícil, áspero, duro e imposible es nula.  Podían hacer algo más que arrastrar jóvenes artistas en su estela. Contamos cero coma cero. 

Vienen a nuestra consideración los casos de los curas desahuciados, perseguidos, aniquilados, terminados, fallecidos todos ellos que en estos 20 años han ido desfilando: Petit, Pérez Amez, el precipitado de una ventana en Alicante, Ruiz Retegui, el del cielo en una jaula, aunque este se busco la vida y pasó de dar las gracias...Danilo... y muchos más. Nada que ver, no hermandad sacerdotal ni siquiera. Fue su problema si acabaron hechos papilla bajo un tren o en el asfalto de una ciudad. Ni eco. No les incumbe a los cantantes artistas estrellas de la radio y la televisión. 

Conservan el espíritu.

Viva la concreción del mensaje cristiano y evangélico en este caso: subir a los escenarios, grabar discos y llenar estadios. El éxito y el brillo social artístico, en la línea de su ex padre  y ex founder con menos rigores, pero el fondo el mismo rumbo inalterado, idéntica disposición frente a la vida: "Esto va de arrastrar multitudes".

Entre tanta voz discordante de los que no piensan aplicar el decreto papal para no dar lugar a equívocos, como si fuera obligatorio que ellos que no quieren mancillar la divina ley tuvieran que aplicarlo, hoy se hacen eco del obispo italiano que preside en ese país: 

En un discurso sensacional, planteó la crisis de la Iglesia y apoyó claramente al Papa Francisco. El cardenal italiano Matteo Zuppi defendió enérgicamente el mensaje del Papa Francisco y dijo el lunes que los obispos italianos asumirán el documento "Fiducia supplicans" con espíritu de misericordia.

En el texto sobre la posible bendición de las parejas del mismo sexo se manifiesta "la mirada amorosa de la Iglesia hacia todos los hijos de Dios", sin abolir las enseñanzas vinculantes de la Iglesia. Dios quiere que todos se salven. Por tanto, corresponde a la Iglesia trabajar por todos. “No podemos olvidar que todos los bautizados tienen la plena dignidad de hijos de Dios y como tales son nuestros hermanos y hermanas”.

Se detuvo en la crisis actual de la Iglesia católica. Como gran parte de la sociedad, la Iglesia parece desorientada desde el fin de la pandemia. Hay un sentimiento de decadencia, que va unido a indicadores como la disminución de las vocaciones sacerdotales  así como la reducción del peso social de la Iglesia. Ante esta situación, llamó a la Iglesia a tomar nuevamente conciencia de su misión: la Iglesia hoy está llamada a ser “ella misma, con una mente abierta, un corazón valiente y un espíritu lúcido”. No es tiempo de decadencia, sino un tiempo de vocación a ser Iglesia de Dios. “No nos dejemos intimidar por una cultura en la que la fe está en declive”, subrayó Zuppi.

 

Recordó que la Iglesia ha superado muchas crisis en los últimos 50 años "porque sus pastores no tuvieron miedo de predicar el Evangelio y fueron conscientes de tener una misión". También en aquella época se escribió que el cristianismo estaba condenado. "¡No nos asustemos por la fragilidad y la pequeñez! Estos no son sólo indicadores de un problema, sino la realidad cotidiana en la que la Iglesia ha vivido siempre", subrayó el cardenal. Zuppi   ante el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Italiana.