Aunque a los "filósofos" nos siente mal, muchas veces una foto dice más que mil palabras. La imagen corresponde a la visita del entonces cardenal Secretario de Estado Tarsicio Bertone a Patagonia con motivo de una beatificación
Dice Choza que hay una continuidad entre el actual pontífice y los dos anteriores, tengo que leer el artículo despacio, a mí me parece que esta foto indica que al menos a grandes rasgos hay dos formas bien distintas de enfocar el catolicismo, y que los dos Papas anteriores a éste estaban más en la línea del trono que de la silla de plástico. La cara del entonces arzobispo de Buenos Aires es un poema en sí misma....
Habrá más pero por simplificar, y por supuesto Francisco con todos los defectos que se le quieran achacar, que no paran de criticarlo al norte de los Pirineos, en mi opinión sale ganando en muchos ítems de la checklist. Por ejemplo el apartado ropajes, tronos, signos de majestad, uso de puntillas, dorados, rojos y hasta unas gafas de aviador. Nosotros éramos mucho de todas estas apariencias con aquella excusa del cura maño de que para Dios lo mejor, y de que los enamorados no se regalan ladrillos sino piedras preciosas. Así que toda magnificencia es poca en liturgia y ornamentos.
Traducción de los dos primeros párrafos de la noticia de donde saqué la imagen:
El sillón de madera de Bertone se asienta sobre un estrado que lo coloca unos quince centímetros más alto que Bergoglio, el arzobispo de Buenos Aires, que se sienta incómodo en su asiento de metal y plástico, y el hombre conocido por muchos como el “vicepapa” ocupa su trono virtual con complacencia real, vestido con metros de fino encaje italiano filetto debajo de su casulla dorada, con un par de gafas de sol deportivas de aviador para complementar su mitra bordada en oro (¿es un Rolex lo que lleva en la muñeca?). Junto a él, con el negro jesuita debajo de una sencilla túnica blanca, el cardenal Bergoglio, con su cruz de hierro y sus gafas de montura de concha, mira boquiabierto el espectáculo radiante, y su rostro, famoso por su movilidad, proporciona el título perfecto para la imagen. Seis años después, Bergoglio se convirtió en el papa Francisco, y las cosas no han sido las mismas desde entonces.
El 19 de mayo, el periódico alemán Bild Zeitung, amigo de la moda y de los chismes, publicó un artículo que inmediatamente fue noticia en Italia: los fiscales del Vaticano habían comenzado a investigar las acusaciones de que el cardenal Bertone, como número dos de la Santa Sede entre 2006 y 2013, había malversado 15 millones de euros (20 millones de dólares) de las cuentas del Vaticano, aparentemente para beneficiar a un productor de televisión italiano, un ex director de la emisora estatal RAI llamado Ettore Bernabei, con profundas conexiones con el establishment conservador de Italia y una antigua membresía en la poderosa organización católica Opus Dei . La transferencia de estos fondos supuestamente ocurrió en diciembre de 2012. La sala de prensa del Vaticano negó rápidamente que se estuviera llevando a cabo una "investigación criminal", y el propio Bertone insistió en que el acuerdo había seguido "todas las reglas".
Recién me doy cuenta de que od sale en el cuerpo de la noticia. No era mi intención, sólo hacerle publicidad al libro de Frédéric Martel,
Sodoma, que no es mero cotilleo, ni obra de un solo hombre, hay mucho trabajo de campo, viajes a 30 países, ha entrevistado a 40 cardenales y obispos, ha contado sobre el terreno con 80 colaboradores que le han ayudado a abrirse camino y "meterse" en los ambientes, fue capaz de alojarse intra muros en el Vaticano y algunas otras residencias clericales romanas....además de la cultura literaria que posee. Especial referencia al planeta homosex que me ha llamado la atención por la capacidad para acuñar nuevos vocablos específicos de las relaciones entre hombres, y los escritores y filósofos como Oscar Wilde, Julien Green, André Gide, Maritain, Mauriac....que por diversas razones algo sabían del tema y salpican muy oportunamente esta sesuda y a la vez amena investigación.
Sale un retrato del mundo eclesiástico de los últimos 20, 30 años que no tiene nada que ver con las simplificaciones opusinas con las que nos alimentábamos. Una de mis conclusiones es que todo cambia, la sociedad ha cambiado muchísimo solo desde nuestra adolescencia, cuanto más desde la época en la que se formaron los hombres que dirigen la Iglesia y hoy tienen 80 años. Hace falta cintura para adaptarse sin perder la identidad, interpretar los signos de los tiempos y discernir. No es nada fácil ni sencillo.
Lo fácil es captar gente joven, encerrarla en guarderías de adultos, formatearla a tu guisa y hacer ver que tu capacidad reclutadora es inmensa porque te "anima" la fe, mientras las órdenes tradicionales decaen. 40 años después de los triunfalismos wojtylianos, opusinos, sodálits y toda la patulea de organizaciones cortadas por el mismo patrón, recogemos los frutos. Los patrimonios de esas organizaciones tan a cubierto como deshechas las vidas de tantos que caimos en la red.
Particularmente me ha dado lástima el cardenal Ratzinger que, ascendido al "trono de Pedro", el pobre lo hizo todo al revés, con la mejor de las voluntades: condenaba teólogos y perdonaba a Maciel, porque le dejó disfrutar del patrimonio acumulado en sus últimos años, al mayor delincuente de la historia de la Iglesia. Se equivocó, estaba metido en su burbuja. No estaba en el mundo en qué vivía, no era político y le faltaba "mundo". En el libro Sodoma se ve cómo le van creciendo los enanos, no estaba hecho para los trotes y quebraderos de cabeza que puede llegar a dar el clero católico. Explotó, reventó, no pudo más cuando a pesar de todos sus esfuerzos la realidad no acababa de coincidir con su teología y pensamientos de otra época.
Me ha gustado también del libro
Sodoma la aplicación de la imagen del rizoma tomada del filósofo Deleuze a la realidad homosex en el Vaticano. El rizoma es una raíz que crece y se desarrolla vertical y horizontalmente, no se sabe si es tallo o raíz. No es que haya un "lobby gay" como se llegó a decir, hay homofilia, homofobia, dispersión y enfrentamientos entre ellos. Resume diciendo que en el Vaticano hay una mayoría de personas homosex con poder.
Y curiosamente en el caso de los teólogos condenados, Sobrino, Boff, Gustavo Gutiérrez eran hetero mientras que los perseguidores más bien homofilia e incluso homosex practicante. Mucho chisme, envidia y comadreo entre los muros de san Pedro, defectos que el de Buenos Aires no se ha cansado de criticar en sus homilías.
Es un experto en el tema, su última obra analiza ¿cómo hemos pasado de la criminalización de la homosexualidad a la penalización de la homobia?
De las pocas veces que me leo un libro en pantalla y no me arrepiento ni me resulta insufrible.
Comentarios
Me suena haber leído cosas, muchas cosas muy terribles de Bertone.
No me había dado cuenta de que el de blanco es Bergoglio, está tan delgadito... No cuidan la salud de los Papas en el Vaticano. Los ceban como a gorrinos.