TAMBIÉN EN CROACIA
LA MAQUINA DE
GUERRA CROATA
OD y JPII compartían en aquellos años 90 una
formidable devoción mariana. La prelatura hizo prácticamente suyo el lema
“Totus tuus” del escudo papal, “todo tuyo” en referencia a María, virgen y
madre. Los miembros OD eran distinguibles en las grandes manifas pro JPII por
las pancartas con el lema, alguna que otra se pintó en el club Isaba,
de cara
al viaje papal de 1982. Según las doctrinas clericales María es corredentora,
cooperó diciendo sí a la propuesta divina de ser madre de Dios. Pagana
propuesta, hoy lo sé, el Dios de la
Biblia no tiene madre por definición, pero nos machacaban con
esta predicación porque viene bien para enlazar con la divina llamada que nos
era dirigida a cada uno de los miembros fieles OD.
El papa polaco estaba convencido del importante papel de
María de cara a la preparación del tercer milenio. Las apariciones de María
significaban aquí y allí, ayer y hoy, estaciones en la peregrinación hacia la
segunda venida de Cristo, el fin del mundo. Pero antes de la Parusía, sigue vigente la
orden de Cristo de evangelizar a todas las naciones, “luego vendrá el final”
(Mat 24, 3 y 24, 14)
También María era una figura especial para los rebeldes
Hutus de Rwanda, muchos de ellos eran musulmanes recién convertidos. Hasta la
guerra civil, Rwanda aparecía como uno de los países africanos más y mejor
cristianizados (Hospital navarro de Rwanda). Sólo el 10% de la población era
musulmán. Los Hutus representaban más del 80% de los ruandeses pero
paradójicamente casi la mitad del clero católico era Tutsi.
“Era una situación insoportable para los extremistas hutus”
explicó el padre Octavio Ugiras, cura tutsi director del Christus Centre en
Kigali. Durante los disturbios que hicieron famoso el país, los militares hutus
mataron a 17 curas y monjas acusándoles de haber apoyado al Frente patriótico
ruandés dirigido por los tutsis que más tarde ganaría la guerra civil. “Los
militares nos dijeron que no teníamos nada que ver con Dios, que la Virgen María era una mujer
tutsi y que no la matarían”
Cosieron a balazos una estatua de la virgen. Mientras el
sínodo africano se celebraba en Roma, en esas mismas cuatro semanas, murieron
más de 200.000 ruandeses, entre ellos el arzobispo de Kigali, dos obispos, 103
curas y 65 monjas, todos fueron asesinados por los extremistas.
30 años antes de esta masacre, la virgen María se había
aparecido en el pueblo bosnio croata de Medjugorje pidiendo paz y
reconciliación. Viendo los trágicos sucesos que siguieron en la zona, podemos
asegurar que nadie se enteró del mensaje celeste, y a pesar de todo Medjugorje
se convirtió en el cuarto destino más visitado por los peregrinos cristianos de
todas las confesiones, llevando a los Balcanes antes del estallido de la guerra
cientos de miles de personas al año.
En 1986 el Vaticano empezó a interesarse por las
apariciones, la
Congregación para la Doctrina de la Fe inició una investigación sobre la
“autenticidad” de las mismas. Se corrió el rumor de que el Papa mismo había
acudido secretamente al lugar. Cuando en enero de 1987 un obispo italiano le
preguntó cómo reaccionar ante los sucesos de Medjugorje el Papa respondió: “¿No
es Vd consciente de los maravillosos frutos que produce?”
Pocos días más tarde la virgen habló a través de uno de sus
“médiums” en el lugar de las apariciones sobre su tristeza por lo que estaba
sucediendo en el mundo, “habéis dejado que Satanás domine” habría dicho María. Cuatro
años más tarde la región se inflamaba en un agudo conflicto interreligioso. Los
serbios dominaban el campo de batalla dada su aplastante superioridad armamentística:
llevaban a cabo una guerra al estilo medieval que amenazaba con arrasar
Sarajevo hasta los cimientos y que encendió la mecha de una décima cruzada. Un
tercio de los croatas y casi tres cuartos de la población bosnia sucumbió ante
la agresión serbia.
Los serbios temían al
“lobby croata" de Roma más que al ejército croata. Los medios de
comunicación serbio etiquetaron la política vaticana con los adjetivos
deshonesta y nada de fiar. En Belgrado estaban convencidos de que el trabajo
obstinado e inteligente de la Santa Sede
guiada por el OD y el recientemente nombrado nuncio en Zagreb, el arzobispo
Giulio Enaudi, harían lo posible por dotar al ejército croata de un arsenal
impresionante y moderno. De hecho, fuentes serbias informaron de que el padre
Stanislav Crnica, el vicario regional OD en Zagreb tenía acceso directo al
presidente Franjo Tudjman.
El arzobispo Einaudi tomó posesión 6 semanas después de que
el Vaticano se convirtiera el 13.01,1992 en el primer “poder” extranjero en
reconocer la independencia de Croacia. Anteriormente había sido nuncio en Chile
donde cedió a los encantos el ex vicario
regional OD , Adolfo Rodríguez Vidal que a la sazón había sido nombrado obispo
de Los Angeles de Chile. Durante el período de Einaudi en la nunciatura hubo
hasta 4 obispos OD en Chile. Einaudi no sólo era amigo y cooperador, sino que
tenía exactamente los mismos pensamientos que el Vicario Regional croata Crnica
en todos los temas importantes.
Las sospechas de colusión Vaticana expresadas por Belgrado
recibieron confirmación cuando los servicios secretos serbios sustrajeron del
ministerio de finanzas croata el borrador de un acuerdo de préstamo de 2.000
millones de $ que el Vaticano había acordado supuestamente mediante intervención
de la Soberana Orden
de Malta. El préstamo era por 10 años sin intereses. Aunque el documento de 12
pág no llevaba fecha ni firma, la correspondencia adjunta entre el gobierno
croata y monseñor Roberto Coppola, que se autodenominaba ministro
plenipotenciario de la (extraña) Orden
de Malta y embajador extraordinario, llevaba fecha de octubre de 1990, 8 meses
antes de que Croacia declarara su independencia.
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