EPÍLOGO
"Brillar como una estrella...¿quieres subir y brillar en el cielo? mejor vivir escondido, quemar como una antorcha y comunicar tu fuego a todo lo que tocas". De su libro más conocido punto 835.
Muchos en el mundo se queman con el fuego del opus, están en su derecho si han escogido od y aceptan su intransigencia. "Muchos son felices ahí, dice Felzmann. Personas que necesitan que se les diga qué tienen que hacer en cada momento, que necesitan un plan de vida y no necesitan pensar, esos son felices".
No conocen la duda porque se queman como una antorcha, siguiendo la máxima del founder.
¿Pero se debe aceptar por ello que por querer comunicar su fuego a todo lo que tocan, sus miembros practiquen un apostolado discreto, según la expresión del founder, a menudo tan discreto que no se sepa que se trata de alguien del od?
Es comprensible que quieran transmitir su fe...Lo que no es tan comprensible es que avancen escondidos, como cuando seducen a menores y los separan de sus familias. Pues hoy, aunque la incorporación no se pueda hacer antes de los 18 cumplidos, "quien piensa que está llamado a od puede ser aspirante" desde los 14 años y medio, y puede ir profundizando en su espíritu durante 2 años antes de pedir la admisión en la prelatura". (D. Le Tourneau, El opus dei, p. 93)
La admisión no se hace efectiva entonces más que cuando el aspirante es mayor, pero ¿qué pensar de semejante aspiración cuando se tienen 14 años y medio y cuándo se sabe de los métodos empleados por este movimiento?
Desde la canonización del founder se podría pensar que la prelatura ha cambiado pero nuestra investigación nos ha demostrado que no es así.
Lo que ha cambiado es la imagen que dan de sí mismos: una cara amable. Gracias a ese barniz de respetabilidad, od refuerza sus posiciones en el Vaticano y en Francia. Peor aún, confrontada a la crisis de vocaciones, la Iglesia parece acomodarse a estos nuevos cruzados que quieren reconquistar las almas, incluso si para eso es necesario reavivar un catolicismo cuando menos intransigente. ¿Es una solución para el futuro? pensamos que no.
Bénédicte y Patrick des Mazery
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