UNA VOCACIÓN

Me quedo con las hermanas Hospitalarias, en efecto, toda una vocación como siempre se entendió, dejas la vida corriente, casamiento, familias, hijos, profesión civil para dar testimonio de tu fe y caridad, de tu creencia en un servicio al prójimo necesitado, en este caso, enfermos mentales. Gracias por recordarnos "de qué va la vocación" auténtica. No solo un impulso perso e individual, intransferible, algo que te nace, te llama, al calor de tus inquietudes y disposiciones anímicas, también por tradiciones familiares. Ambiente social en el que uno se cría y del que surje la llamada. Además del tipico "me gusta hacer esto", no se puede olvidar la dimensión social, los otros, el otro, el prójimo. Se "cuelga" la vida por un servicio a los "hermanos", para un cristiano todos los hombres son hermanos. Lo que nos enseñaban de pequeños, luego la vida te enseña que "Mucho cuidado con los hermanos". 

Pero no importa, la vocación de la monja hospitalaria tal como aquí se da a entender es una dedicación de vida que tiene sentido y da sentido a una vida. Me ha recordado a mi tía monja misionera que hasta donde yo la conocí y supe, fue un ejemplo. Ni era una histérica, ni estaba amargada. Una mujer feliz, sin grandes estudios, en eso no hubiera podido imitarla, pero una mujer sencilla, que había entregado su vida a las obras de su congregación.
Fue misionera como tantas navarras y navarros de aquellos tiempos, en países antiguas colonias de Portugal: Timor, Macao, Angola. La iberofonía que dice Armesilla. Vivió la revolución china, tuvieron que huir de Formosa. Lamentablemente no pude entrevistarla como me hubiera gustado, ¡tantas cosas por preguntar! El testimonio.

Que por otra parte echo en falta en este paisano y colega ex. Con 19 años uno no se pira porque sí y con las mismas. "Me parece incongruente, me voy" y todos contentos. Eso no se da. Y es lo que echo en falta. Quizás no pudo ni pudieron armar jaleo como nos lo armaron a todos "vas y vienes al médico", "ahora hablas con este, ahora con el otro", por su condición de hijo de médico de la clínica. No tengo ni idea y solo especulo. Como no cuenta nada, tenemos derecho a pensar que hay gato encerrado. 
Y como los conocemos, sabemos que a menos que seas Covadonga O'Shea o semejante nivel alto burgués nadie escapa sin reata de culpabilidad y carga psicológica. Algo hablarían y algún trato se hizo. Me falta el testimonio, el uso espurio de la psiquiatría me lo sé de memoria.
Habria podido mencionar a sus profes de la uni en Pamplona, a Cervera p. e, del que debió ser alumno. Sin nombrarlo ni no quiere, pero dar su opinión o su testimonio sobre la "cuarta", si sabía que eso existía, si sabia quien solía acabar allí y en qué condiciones. Si era consciente o lo fue en algún momento de las medicaciones de caballo que no vienen a cuento.
Lo demás me sabe a poco. Aun alegrándome de que dé la cara y mencione a esas monjas. 
Que nos recuerdan que nosotros no servíamos sino a una mafia. La mafia de los santos.


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