¿gracias por ser esclava? no, gracias

Zapeando por los canales de la televisión digital he caído en un canal de economía. Había un tipo "encorbatado" hablando de los nuevos mercados financieros, que si el asiático, que si la Europa del Este... tenía una pinta de numerario completa. Podría ser que a ese hombre lo viéramos con la sotana dentro de poco. Yo no lo veré, jamás me llevará nadie a pisar un centro ni arrastras. Pero es que el maridaje que hay en el opus de los sacramentos con las finanzas es algo más que de conveniencia. Eso sí que es un matrimonio sagrado. "Uno con una para siempre", así se enseñaba en las clases de derecho canónico dentro, eso era el matrimonio católico. La fórmula agobia un poco pero si en vez de hombre y mujer pensamos en dinero y "opus dei" eso sí es una unión indisoluble.

¿Qué quedaría del opus dei si se les quitara el dinero? hay gente muy convencida de que el "carisma" se ha estropeado, ¿qué carisma si puede saberse? la historia del opus dei, de lo que el opus dei dice de sí mismo, va dando bandazos, como tan estupendamente refleja el libro de Estruch "Santos y pillos". Al principio no había mujeres, luego fueron necesarias para las tareas "de la casa". Pero en vez de reconocer que ese era el problema, el Escrivá se inventa una visión en una misa celebrada en un 14 de febrero, y entonces se pone a "engañar" mujeres como ya había engañado hombres.

Ese fue el papel inicial de las mujeres en el opus dei, es decir, cuando en los países civilizados el feminismo hacía ya veinte años que había dado sus primeros pasos, Escrivá inventa para ellas la innovación de las innovaciones: "os necesitamos para limpiar y cocinar". Pero qué cosas, este Escrivá no contrata una empresa de limpieza o una cocinera, quedaría frío y no dependiente de su persona. De manera que se inventa otro par de "vocaciones", la de numeraria y la de "sirvienta". El servicio no podía ser de cualquier manera como en los conventos hacían los hermanos legos, ¡qué poca distinción!. Dicen que se quedó prendado de los usos y costumbres de la burguesía bilbaína. Eso fue lo que hizo, imitar uniformes de las doncellas, vajillas, modos y mobiliario de una tal MacMahon, ¿marquesa o condesa? habitante supongo del estiloso barrio de Neguri o de las Arenas?.

En mis tiempos jóvenes en San Sebastián oí hablar con devoción de Carito Mac Mahón, supernumeraria de Bilbao. ¡Qué distinción el apellido irlandés! y yo sin sospechar que ella había sido una de las inspiradoras del "tono humano", ambiente rancio, burgués, cursi, estirado y anticuado que hay en los centros.

Veo en opuslibros que algunos agradecen el invento de la esclavitud opusina. No me parece que tenga mucho sentido. Escrivá copió modos en franca decadencia. No es normal ni corriente, ni de la calle como pretenden vivir en tu casa como si estuvieras en un hotel. La gente corriente hace las tareas del hogar, hoy en día todo el mundo participa. No hay lugar para la esclavitud y si se necesita a alguien se le paga un dinero e incluso se paga una seguridad social, se reconocen unos derechos laborales.

Tengo distintos recuerdos de las llamadas numerarias auxiliares. Por ejemplo en París en un centro de hombres el contraste entre el amplio hall, el cuarto de estar-salón, las alfombras, mobiliario, ambiente acomodado a más no poder de la casa de numerarios, y las escaleras que llevaban a la zona de la administración, un piso oscuro y un pasillo estrecho. Cuando sonaba el timbre en la casa de los numerarios la numeraria auxiliar atravesaba el pasillo y abría la puerta de la casa. Todo muy natural, normal, de la calle, como los demás en suma. Los numerarios, que además de no coger el teléfono ni abrir la puerta de su propia casa, tampoco sabían hacerse la cama, se la hacían las numerarias auxiliares.

¿Esto es un carisma renovador de la iglesia?

Ana Azanza