Sobre estudios internos

Otra cuestión que se plantea últimamente, los estudios de filosofía y teología que se hacen "ad intra" en el opus. Mucha tela que cortar. Primero de todo: se apañan para que esas asignaturas no tengan valor ninguno fuera del opus, ni siquiera en la propia facultad de teología de la universidad de Navarra, interno y bien interno. De manera que si por ejemplo alguien pretende sacar un provecho a sus "estudios internos" siendo profesor de religión en un colegio, nadie lo librará de matricularse en las facultades habilitadas por la conferencia episcopal para tal menester.

Del tema puedo hablar como alumna y como profesora, porque fui las dos cosas. Y en mi autobiografía ya he dejado bastante recogido aquí y allá sobre la cuestión.

Como alumna así como muchos dicen que se aburrieron y no estudiaron, desgraciadamente no me aburrí demasiado, salvo alguna que otra asignatura. Por ejemplo metafísica que nos lo dió alguien que no tenía ni pajolera idea de metafísica. Pero el resto me tenía tan tragado que éramos el faro de Alejandria de la iglesia, que como suelo, me lo tomé completamente en serio. Hice mis exámenes sin copiar, estudiando previamente a fondo cada tema. Conservaba todos los apuntes de todas las asignaturas como un tesoro durante años. Hasta los apuntes de mi primer curso anual de adscrita con 16 años.

No tenía donde agarrarme para juzgar de lo estrecho de los planteamientos intelectuales opusianos. Eran la perfección para mí, como una continuación de lo que se me había enseñado en mi casa de pequeña, teología que profundiza en el "viejo catecismo". Reconozco que la ilustración como liberación de la minoría de edad no había llegado a mi familia. Pero no había ninguna maldad en ello, cosa que sí hay en el opus, que mantiene a la gente en la ignorancia para sacarle el jugo.

Hice hasta la asignatura de hebreo, en tres fines de semana fuimos capaces de leer unas primeras líneas del génesis, como lo estoy contando. Pero en aquellos momentos, noviembre de 2001, yo ya estaba "sufriendo" bastantes presiones por parte de las directoras y por desgracia no guardo un gran recuerdo de algo que me parece en principio bien curioso de aprender, el hebreo con su "alifato" en vez de alfabeto.

En mi curriculum interno me faltaron las asignaturas de sagrada escritura, me pregunto si en general al opus no le gusta enseñar "literatura" que se presta más a los vuelos del espíritu. Porque sí que cursé las tres o cuatro asignaturas de derecho canónico, que además eran bien largas, yo creo que una de ellas nos estuvimos al menos cuatro meses todos los fines de semana yendo a clase. Quizás estimaban que necesitaba leyes, moldes, raíles para no salirme demasiado del guión. Tienen una gran debilidad por la ley escrita en el opus dei, les entusiasma... todo un síntoma de su modo de ser.

Ana Azanza