En el día de los derechos humanos

Un par de detalles sin importancia:

-Gracias a mi compañero Martín Ruiz que me ha prestado el libro he descubierto que Esperanza Guisán, catedrática de Etica de Santiago de Compostela se despacha a gusto en el primer capítulo de su "Etica sin religión". Es un libro editado por Alianza que salió en 1993,  reaparecido en 2009. Lleva el subtítulo de "Para una educación cívica laica", con qué hacer temblar a integristas varios.

Y hacerles temblar más todavía con el título de ese primer capítulo: "Etica para católicos". En especial porque sus católicos de referencia no es la madre Teresa de Calcuta tan presentable ella en cualquier foro, sino el Opus Dei y el libro de máximas Camino.

Siendo la referencia el Opus Dei es fácil tirar a dar, porque realmente el catolicismo opusiano es una caricatura de otros catolicismos que a su vez también son caricatura de una verdadera espiritualidad. Y sobre todo me da la impresión de que Esperanza Guisán se toma al pie de la letra las leyes con las que el integrismo español machaca como la Biblia irrenunciable del buen católico. No se lo reprocho, me parece bien porque ¡vaya que nos hemos tragado y creído tonterías!. Copio un poco por mostrar el tono de la crítica:

"Las religiones reveladas como la católica hacen del hombre un eterno adolescente, un instrumento de adoración a Dios, un eterno adolescente en las manos del Padre, produciéndose claramente heteronomía moral. Los hombres reciben cuidados por parte de un Padre sabio, omnipotente y justo, lo cual crea lazos filiales de respeto, amor, sumisión y obediencia.
El Dios-Padre-Amor lleva a cabo de modo paternalista, supuestamente por el bien de la humanidad, una serie de prohibiciones que la mente humana -¿contaminada por el pecado de origen?- no comprende. El amor queda prohibido en su materialización sexual, fuera del matrimonio canónico. O se prohibe trabajar en domingo. O acaso es pecado comer carne determinados viernes. Supersticiones, caprichos, arbitrariedades..."

Como toda persona que no ha estado en el Opus Dei por dentro se imagina que los que mandan y predican esas leyes, serán los primeros en cumplirlas. ¡Qué no! que no funciona así la cosa, la gracia está en cargar las conciencias ajenas mientras tú te dedicas a pintarte las uñas.

Y un poco más adelante, tira de las enseñanzas opusinas para decir:
"El aspecto más inmoral de la doctrina católica, apostólica, romana ha sido su insistencia, afortunadamente cada vez más contestada en la obediencia al líder, al profeta intermediario, al pontífice infalible, al director espiritual...El mensajero católico actúa como un vigilante que cierra con siete candados las cárceles del alma y el cuerpo, incitando obscenamente a la mortificación y al cilicio".
Esto son palabras que toma de Camino y que efectivamente hemos predicado y lo que es peor creído y vivido. Por eso, por creerlo y vivirlo, no pasamos a formar parte de la élite dirigente. Que hubiera sido lo máximo y lo suyo.

Y el otro pequeño detalle es que en mis pesquisas filosóficas he recordado que en Etica en la universidad de Navarra nos pasamos un curso entero leyendo "Tras la virtud" de McIntyre, un filósofo aristotélico que se dedica en dicho libro a mostrar la inanidad de los derechos humanos por vaporosos, irreales y no estar arraigados en comunidad humana concreta.

Como hoy es el día de los derechos humanos, tan poco respetados por sectarios varios, no quería dejarlo pasar.