FILOSOFIA DEL TRABAJO

Me pregunto si hoy ha muerto un supernumerario. No estoy segura, pero dado que ese Banco cuenta en la estrategia global, sería lo lógico. ¿Habré enriquecido a Botín sin saberlo? ¿lo habré hecho en el pasado con mi trabajo esclavo, los dones a fondo perdido, y el sueldo entregado? sería una explicación plausible de tanto subir como la espuma a nivel global. En general las entidades financieras no cuentan con vivientes al modo de los religiosos dando, dando, dando sin pedir ni un simple recibí. 

Dejaré la literatura ficción.

 ¿Cuál es el parentesco de las O'Shea con él? esas sí pertenecen. Doy fe.

"Apreciada Ana, recientemente he perdido una plaza en un departamento de una universidad pública española. La plaza ha sido ganada por un integrante del Opus y sospecho que dos de los miembros del tribunal también pertenecen a dicha organización, pues han impartido cursos y conferencias en instituciones y fundaciones pertenecientes al Opus. La pregunta es ¿cómo puedo comprobar si realmente los miembros del tribunal son del Opus? Y, en caso de ser así, ¿cómo puedo demostrarlo?"


Llevamos mucho tiempo con esa conversación.
No hay listados de miembros del Opus Dei ni en el ministerio del interior ni en el Vaticano o en las diócesis. Los únicos que realmente saben quién pertenece son los directores de las delegaciones, (o gobiernos "regionales" del OD), y de las asesorías o comisiones (gobiernos nacionales del OD) y por supuesto en Roma, en la sede central de la prelatura. La pertenencia no es pública y notoria salvo si la persona lo reconoce públicamente como Rafael Larreina, el diputado de Amaiur, o el juez del Consejo General del poder judicial. Otra cosa sería que pudieras hacer una foto en el interior del centro donde vive si es numerario, o sucesivas fotos de que esa persona acude con regularidad a determinado piso del Opus Dei.

Por otra parte, sabemos por el derecho canónico que pertenecer sólo los curas pueden pertenecer a una prelatura personal. No se sabe por tanto muy bien si yo pertenecí al Opus Dei. No soy ni fui cura. Eso sí viví un "compromiso religioso" como si hubiera sido una monja de clausura. En los hechos, que no en el derecho. Es un lío y nadie se atreve a pedirles cuentas. No tenemos ni un sólo papel que demuestre nuestra pertenencia pasada.

¿Se podría con mandato judicial exigir al Opus Dei Región España que desvelara si esas personas "sospechosas" pertenecen? tío en Alcalá. lo sé. Pero hay que ir a visitar a los tíos que tenemos en Alcalá alguna vez, de lo improbable nunca se sabe lo que pueda salir. Sería interesante la respuesta.

La pertenencia al Opus Dei es secreta, puesto que nadie la conoce y puesto que el gobierno no exige que se manifieste. Y cuando gobierna el PP y ponen a un Opus de Fiscal General y a otro de ministro del Interior imagínate como se te queda la cara de "creyente en la democracia".

Yo lo dije en uno de mis altercados laborales, "tal persona que instruye es del Opus Dei". Lo sabía todo el mundo en Educación en Jaén, que esa persona es del Opus, de los casados, y que estaba "instruyendo" contra mí, la ex numeraria más famosa de la ciudad.
Lo expuse, y me contestaron que no tenía nada que ver. Era notorio que tenía mucho que ver.

Magì Ribas Alegret es un abogado que está empeñado en esta causa de exigir la revelación de la pertenencia.
Quizás puedes preguntarle a él.

Si en un comentario en el que pones "no publicar" me das los nombres sospechosos, podría a lo mejor darte razón o quitártela. Es una pena que no nos unamos los ex Opus para facilitar los conocimientos que serían útiles a la población como en este caso. Si tu campo es el derecho, es altamente probable que estés en lo cierto al sospechar. Si tu campo es la sanidad animal, la botánica o la mineralogía es menos probable. Pero no descartable. Hubo un ilustre edafólogo que fue de los "primeros".

GRACIAS A MAILER MATIÉ por recordarme las cuatro verdades sobre el trabajo que dijo Simone Weil.

Simone Weil con los anarquistas en la guerra civil española,
frente de Cataluña
Se suponía que "santificábamos" el trabajo. Que era nuestro "carisma" y que éramos expertas. Problema: la mayoría de las predicadoras no tenían trabajo propiamente dicho: sales de tu casa cada mañana, un horario, gente extraña no familia, un sueldo a final de mes, susceptible de bajar, subir o desaparecer, facturas que pagar con el sueldo, momentos malos por rutina, soportando jefes, soportando público, soportando compañeros....Esto no lo conocían la inmensa mayoría de las numerarias que predicaban sobre "santificación del trabajo". Así al sermonear sobre ello, se iba de las sublimidades de lo que dijeron papas o fundadores a las tiquismiqueces y banalidades de usar los papeles por todos los lados y tener ordenado el escritorio. Pero trabajo lo que se dice trabajo...quizás las administradores de los colegios mayores y residencias eran las que mejor situadas estaban para predicar.
A mí me enganchó mucho la temporada que pasé con 17 años en un lugar de esos, precisamente porque se trabajaba.

Simone Weil siendo una gran intelectual se fue a una fábrica de tranvías para ver como era aquello. No a la oficina sino a la cadena de montaje. No lo hizo Marx. Lo hizo Simone y comprobó la deshumanización que suponía esa actividad pesada, rutinaria y agotadora. De trabajo "formador" y fuente de satisfacción personal, no había rastro.

Ella y Karl Polany, otro filósofo, denuncian la ficción de que el salario paga el trabajo. El salario no paga el trabajo, paga su producto (zapatos, coches, galletas). El trabajo como actividad humana no tiene precio. Y de ahí vienen todas las insensateces,  trabajamos por incentivos materiales, más salario, más vacaciones, y los incentivos espirituales son olvidados. El trabajo es espiritual (satisfacción, realización personal, construcción de las relaciones humanas, colaboración), es fuente de mejora de la sociedad y de uno mismo en ella. Poniendo el dinero por delante como hacemos, cumplimos el famoso dicho del carro delante de los bueyes.

La separación entre los que mandan, trabajo intelectual, y los que ejecutan, trabajo manual es otra perversión económica. Vivimos pendientes del mercado, de las leyes del mercado, que aniquilan la condición humana. En especial ahora, que los españoles van desesperados a lo que "salga" y trabajan por muy poco dinero. Qué degeneración cultural y social estamos viviendo.

Resultado: somos desdichados trabajando y lo somos no trabajando. Trabajando no somos felices porque nuestros valores están cambiados. Se ignora la dimensión humana del trabajo, hay sufrimiento

Es sufrimiento no poder hacer nada por propia iniciativa.
No es humano cortar las alas, la libertad, un mínimo de independencia de las personas que están en un trabajo para tomar sus propias decisiones. Sé bien de lo que hablo. En los trabajos hace falta organización y coordinación. Pero es demencial intentar meter a todo el mundo por el mismo carril. Y es todavía más demencial que las personas se dejen meter o hagan "como que" por un falso "haya paz". Lo que resulta de ahí no es paz. Es falsedad. La falsedad continuada da dolor de cabeza.

No se está a gusto cuando absolutamente todo tiene que ser controlado a la minucia para caer bien al que manda. Porque además ese no es el objetivo de ningún trabajo, caer bien a quien dirige. A veces se cae bien, a veces se cae mal. La vida, las personas somos de muy diferentes formas y maneras, y el troquelado es imposible. Además de que trastorna a los trabajadores.
Simone Weil hablaba de lo frustrante que es no hacer nunca nada por propia iniciativa. Era el fallo que ella veía en el trabajo industrial.

Hay explotación, como la que Marx denuncia en el trabajo asalariado. Pero hay también OPRESION, es la palabra novedosa empleada por Simone Weil. OPRESION es sufrimiento del trabajador por degradación del ambiente humano en el ámbito laboral. El miedo y el despido, actuales látigos de los "negreros" de hoy. Miedo a no tener dinero, que sustituye como motivación a las recompensas morales mucho más importantes o tan importantes como poder ganarse el pan: el agradecimiento, el elogio, la satisfacción personal. Me repatean los elogios, me conformo con que me dejen en paz. La paz al trabajar, la serenidad y el orden de la mente son satisfacciones morales necesarias.

El trabajador al que no se deja iniciativa y sólo se incentiva por el dinero, se vuelve brutal, indiferente, como el propio sistema. Los trabajadores esclavos cuya mayor desgracia es no comprender que lo son. Sometido, pierde la capacidad de pensar y la dignidad. Hay sufrimientos del trabajo que no envilecen: el cansancio, la necesidad, el pensamiento, cierto grado de legítima subordinación. Pero en el trabajo industrial moderno, están menos presentes porque dominan los sufrimientos fruto de la opresión.

Devolver al trabajo su condición humana y dar una forma superior a la resistencia contra la opresión, todo un programa de Simone Weil que merece actualización.

Comentarios

Magí Ribas Alegret ha dicho que…
En Derecho Administrativo también existe la abstención y la recusación, artículos 28 y 29 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, institutos ambos destinados a proteger la imparcialidad de las autoridades y el personal al servicio de las Administraciones.
Acuda a un abogado y defienda sus derechos con la ley en la mano.

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