DISTOPÍA

Se trata de echarle la culpa al virus del robo que nos van a seguir perpetrando. Nada nuevo en un país donde el anterior jefe del Estado aparece hoy según las últimas noticias como legítima estirpe de los 40 amigos de Alí Baba. No tiene sentido enjaular a la población de esta forma, con el ejército en la calle,
las multas amenazantes para el que salga sin tener perro o sin justificar que va a por el pan.

 Ni que tuviéramos la peste bubónica de la edad media, entonces sí que había un peligro y ni tiempo les daba a enterrar cadáveres.

Hoy la población de riesgo se sabe cual es, los fallecidos presentan lista de patologías anteriores. No es motivo para cerrar todos los negocios y dejar a la gente en la miseria como la van a dejar.

A ver de donde se pagan sueldos de los empleados en los pequeños negocios si te obligan  modo golpe de Estado, a echar el cierre.

No sabían como seguir disimulando lo indisimulable, que los bancos europeos no se han recuperado del batacazo de hace 10 años, que no tienen fondos propios y el virus ha sido su salvación y no la nuestra. La perfecta excusa.
Los banqueros están convencidos de que pueden hacer lo que quieran porque los bancos centrales aseguran que siempre van a ganar. Si hacen tonterías pagamos todos. Pero la broma dura lo que dura.

Recesión brutal: con los países parados, como nunca se había hecho, por orden del gobierno. Estamos locos. Como siempre la pregunta ¿a quién beneficia?
A más a más el conflicto del petróleo entre Rusia y Arabia, que nada tiene que ver con el virus.
Demasiado dinero en el mercado, tentación para traspasar los límites de lo prudente,
hoy nadie sabe si sus posiciones son arriesgadas.
Crisis de liquidez, nadie se presta dinero.
Todos van a limpiar los balances aprovechando el parón.
Como los gobiernos reaccionen como hace 10 años, engordarán la burbuja.



Las empresas se han endeudado con el interés a cero, y ahora no van a poder devolver porque no tienen liquidez. Las aseguradoras de créditos no van a poder responder, quiebra.
Fondos de pensiones, temblad.

"Si el interés baja, habrá crédito". No es verdad se pide crédito cuando se necesita porque hay demanda y clientes, cuando hay actividad, no porqué el interés esté bajo.

Siguen repitiendo la receta: obliguemos a la gente a endeudarse, cuando el problema es precisamente la deuda.
¿Quién será el primero en mostrar que su aparente salud económica era pura fachada y venirse abajo? a la espera quedamos.


Estamos en golpe de estado encubierto. Con alcaldes presumiendo de vigilar y dar órdenes a la población a través de drones.

Situación distópica.  Recuerda Farenheit 451, 1984, Un mundo feliz. Les ha salido la vena autócrata a nuestros oligarcas de cabecera.

La guinda del pastel: creemos que les importamos algo a los de arriba, tragamos las mentiras y maquillajes de los "comunicadores oficiales", que ponen cara grave como si estuviéramos hablando de la lepra o la peste bubónica.

Mucho cuidado, a lo mejor tengo a la poli en la puerta por intentar un pensamiento divergente sobre esta situación que nos han encasquetado. No es para tanto y no hace falta ser Aristóteles para verlo.

Por favor, salvemos nuestra dignidad, parecemos lelos con los aplausos a los "héroes" en la ventana. Héroes los médicos sin fronteras en Siria bajo el fuego de las balas. Aquí, en esta provincia no hay desbordamiento ninguno de los servicios de salud. Menos lobos.

Se creen que somos tontos no es correcto. Lo somos.

A río revuelto ganancia de pescadores.

Comentarios

Ricardo Pérez ha dicho que…
El problema es que no dependende nosotros. Los ciudadanos no somos conscientes de que con nuestras actitudes podemos contribuir a cambiar un poco el sistema. Pero cuando haya pasado toda esta vorágine del coronavirus, todos se lanzaran desde sus casas a un consumo masivo y desaforado. Si el consumo se moderara proporcionalmente en lo social, a los poderes públicos no les quedaría más remedio que habilitar medidas más sensatas, de producción de y de consumo. Pero como lo que impera es la ley del más fuerte. Pues ocurre que las dinámicas consumistas no tienen freno. En cuanto al poder el poder siempre va a lo suyo. Estos días estoy leyendo el regocijo que tiene en si misma Pilar Urbano, no cabe de contento. Con la medida del Rey Felipe VI de renunciar a la herencia de su padre, además de quitarle la asignación oficial como Rey emérito. Ellos el poder siempre ganan. Cuando reinaba el emérito controlaban el poder, mediante la secretaria de la Reina. Ahora que ya no reina el emérito, se suman al carro del poder alabando las medidas del nuevo Rey. Supongo que tendrán sus peones bien posicionados en algún lugar de la nueva corta del Rey Felipe VI. Nunca han podido ver al emérito, no era de los de ellos. La virtud que pregonaba el emérito no la creían, porque ellos tampoco la practican en la intimidad. Si el emérito se hubiera acercado a ellos, lo hubieran despachado con cajas destempladas. Solo ellos pueden permitirse el lujo de no creer en la virtud y no practicarla, que para eso son santos y creen en Dios y en su Unigénito. Hablo de este incisivo del emérito, no por aprobar sus fechorías que no las apruebo. Sino para desenmascarar la hipocresía de estas gentes que predican la santidad y la virtud, con ese desparpajo que les caracteriza. Además de ser unos hipócritas hasta decir basta, n o tienen piedad, es un concepto la piedad, que desconocen, por mucho que recen y digan misa. Disfrutan más bien con el sometimiento y el ensañamiento sobre la víctima. Cuando reinaba el emérito, no lo criticaban de esa forma tan abierta e incluso diría yo que abyecta. Son gentes que desconocen la piedad, en ocasiones me pregunto si son conscientes de su vileza, saben o desconocen que el concepto de piedad está ausente de sus vidas. Respuesta creo que lo saben.
CONRAD ha dicho que…
Ana, acabo de leer esta entrada y me parecen muy acertadas tus consideraciones, aunque no sean políticamente correctas. El coronavirus pasará, vendrá un desastre económico que ya veremos cómo se supera, pero se superará. Pero lo que más me preocupa es comprobar la facilidad para someter a la gente, restringir las libertades y derechos y acallar su capacidad de crítica, la misma que te hace escribir tu opinión respecto a este asunto y respecto a otros más recurrentes en tu blog. A las obras literarias que has citado acertadamente añadiría la película "La ola", también basada en un libro. En fin, no sé si resultará útiles esta reflexión de confinado aburrido. En todo caso, no quería dejar de hacerla. Un saludo Ana.

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