AGRES

La historia de Francisco, de cuando fue a Chile defendiendo a quien creía inocente y hubo de cambiar la versión y la cambió. Sus predecesores no tocaban tierra, jamás se les vió rectificar. Aunque no haya sido perfecto ni le haya dado el topetazo merecido a nuestros amigos, hay diferencias notables de actitud y en un señor clérigo tan mayor al menos yo lo valoro.

Vaya novela con Ureña y el cura lazarillo de Tormes. Muchas gracias por la investigación. Nos había pasado desapercibido este cooperador de la prela y favorecido. En efecto, te hacen favores, pero estás vendido y el día de la patada es fatal. En diversas parroquias y catedrales de pueblos y ciudades españoles han logrado colocar a su falso santo. En la de aquí, está. Hace años lo ví en La Solana, pueblo de la Mancha, en la Almudena, como no...etc. En el Pilar ya es raro si no lo han conseguido, al ser aragonés el personaje y haberse formado en ese seminario y celebrado su primera misa en la capilla de la Virgen....más motivos que en La Solana o aquí, donde nunca pisó. Y si le hablaron, despreció.

Me dejé de comentar a propósito de las agregadas de las que me ocupé en mi otra vida. Eran unas 30, mujeres solteras que vivían con sus familias, tan explotadas como las auxiliares, esas no se andaban con apuntes contables, vendiendo deudas con descuento. Auténticas hormigas obreras.

No sacaron este aspecto económico en los coloquios. Qué explotación. 

Yo era una ingenua imbuida de "mi" vocación y me dieron ese encargo de "cajera" de las agregadas. Formaba parte del consejo local, las 3 numerarias que supervisaban y dirigían "espiritualmente" a las agres. En realidad  lo de siempre: yo trabajaba en negro como contable, abría la caja los lunes. Si era principio de mes, las agres llegaban con el sobrecito con el dinero íntegro de su sueldo. Sueldines de auxiliares de clínica, administradoras de los numerosos centros para curas y seminaristas que implementaron en Barañain. Alguna enfermera. Alguna bibliotecaria de la uni. Secretarias de la clínica y la uni. Maestras jubiladas. Planchadoras, lavanderas del Belagua, colegio mayor masculino de postín.

Firmaban un talón de ingreso, sacaban la pensión aprobada por la dele para sus gastos de la casa (hipoteca o alquiler, agua, luz, comida), todo había sido pesado y medido según el número de habitantes de la casa, nivel económico y etc. procurando arramblar lo más posible. Alguna pedía para gasolina, si sus padres vivían en Tolosa tenía derecho a visitarlos, o si su casa estaba lejos del trabajo tenía derecho a coche. Lo del coche también había sido pesado, medido, decidido en las altas instancias. Todo tenía que ver con la "vida espiritual". En realidad todo tenía que ver con que aquello era un robo a mano armada organizado a espaldas de la Iglesia pero con su aval. 

A parte gastos ordinarios, las agres tenían derecho a fumar, a comprarse el dentífrico, ir en bus y un paquete de kleenex. Cualquier otro gasto, ropa, zapatos, peluquería, un regalo a  un sobrino...todo debía de ser consultado al consejo local que debía aprobar.

Había guerras de Troya, por ejemplo, una lavandera que veía llegar la jubilación y tenía el capricho de jubilarse en Azuqueca, su pueblo, ya habrá muerto la mujer..., y había metido por medio a un sobrino para que le apañase la compra de un piso en la localidad. Qué peloteras, la dele no quería aprobar, la dire tampoco lo veía....qué gente, negándole a una obrera jubilada irse a su pueblo y comprarse su piso, después de una vida de "entrega". 

Otra guerra era con una autónoma que se dedicaba a alquilar pisos a estudiantes y hacía de su capa un sayo. Como el propio Opus. Era una fresca. Como el propio Opus. Una empresaria. Como el propio Opus. Que daba el dinero que le daba la gana de ciento a viento. No como el Opus que nunca da siempre recoge. 

Esta tenía muy mala fama en el consejo local, contaban churreteos, chismes de ella que no venían a cuento. Hoy estimo que había tomado la medida de lo que era aquello y no se dejaba robar tan fácil. El nombre lo he olvidado, pero las discusiones a cuenta de que no vivía la "pobreza"  y a cuenta de "cómo hacerle entrar por el aro", tampoco.

Una en concreto, el sueldo más bajo de todos: "érase una mujer a una lonchadora pegada". Trabajaba en gestoría, la central de compras de comida y productos para el hogar que teníamos debajo del centro. Organizada para comprar al por mayor y servir a los cien centros de Pamplona y su comarca: SanSe, Logroño, Bilbao, Vitoria y cada 15 días Zaragoza.

Esta chica loncheaba el día entero jamones, chorizos, mortadela. Piénsese en la cantidad de lonchas con todos los colegios mayores de Pamplona...y todos los centros, mejor no pensarlo. 

La propia directora del consejo local sugirió que había que decirle a la jefa, la directora del centro de numes, que le subieran el sueldín.

Había que pasar entradas y salidas al libro de contabilidad, sumar, restar, multiplicar. Que coincidiera la caja con el libro. Y el sobrante, sobrecito amarillo y miles de pesetas  que se iban para la dele fruto del trabajo y sudores de estas mujeres. Qué dolor me entra y qué terrible me parece. No me daba cuenta, yo trabajaba por Dios, sin formación para ello, sin cobrar, sin que fuera experiencia laboral. Todo era en negro. Todos éramos negros. Economía sumergida.

El colofón: las agres por obreras y trabajadoras, no señoritas de salita y tacón que ni el polvo de su casa quitan, se veían despreciadas por las numes, nacidas de la mente escrivariana para el mando, lucimiento y decisiones sobre cuerpos y almas de todas las demás de la nomenclatura.

Muchas de esas numes, ancianas, enfermas, no ganaban el pan ni lo habían ganado en su....vida, Siempre de directorcitas en salitas recibiendo charlas y dando círculos. Eran la élite. Y alguna había que le sentaba mal si por azar una agre "subía" al piso donde estaban las habitaciones de las numes, el comedor, el cuarto de estar y la zona de office, cocina, planchero. Alguna vez subían las agres a lavar copas de champán después de una celebración, allí estaba la nume de turno, de vigilanta en la escalera haciendo ver que las obreras "traspasaban el umbral" prohibido. 

Las propias agres tenían interiorizado que mejor no subir....Y yo en medio que lo veía y pensaba que eran cosas de la edad y la enfermedad de la anciana numeraria, pero no, era más profunda la secesión numes/agres.

La explotación del trabajador en todas sus facetas y vertientes.

No me extraña que pusieran todo el interés del mundo en que jamás leyéramos a Marx y sus explicaciones sobre la plusvalía y las alienaciones: éramos practicantes de las 5 sin dejarnos ni una. En vivo y en directo. Sorbiendo la vida al obrero y dejándole lo justo para sobrevivir.

¿Qué habrá sido de todas aquellas mujeres?