PROPIEDAD DE LOS COLES

Me desagradan los muñecos pero así centramos el tema comentado. Gran rollo para decir que son lo más listo que pisa la tierra: no aparece la institución como titular, no se le pueden pedir responsabilidades de ningún tipo sobre lo que en esos colegios pueda suceder, ocurrir, pasar. Derivas sectarias, abusos, robos, asesinatos, bullying o groming o mobbing,  intentos de suicidio, delincuencias del código penal. 

Ahora bien, mandan en todo, tal vez en Delegación o Asesoría, la nomenclatura de numes en la sombra conocida por las "miembros" no deciden la marca de los productos de limpieza utilizados para tener la escuela como los chorros del oro. Pero el resto sí lo deciden ellas, sin papeles comprometedores ni oficios como los que la Administración Pública de los centros educativos dirige con firma digital del funcionario a los equipos directivos. Luz y taquígrafos. 

Los profes y demás personal integrado en el entramado de la administración educativa nos pasamos la vida firmando con la tarjeta docente, la famosa DIPA, que te hace sentir "espía" con sus códigos, o con el certificado digital. Se genera un código único por cada firma, firmamos actas, papeles, certificados sin cuento como si no hubiera un mañana. Si formas parte de un tribunal de oposiciones, ya es el empacho firmante absoluto y total.

Estos no firman pero mandan mucho más que nosotros los firmantes. Mi pequeña experiencia al respecto es que si estuvieron a punto de contratarme como profe en el cole Miravalles, hoy en Cizur, ayer Huarte, fue por sugerencia de una de las directoras de la Delegación. Es decir, una burócrata desconocida con mando en plaza, que habría hecho sus juramentos de guardar secreto de las reuniones con las demás directoras de la dele. Prefecta de Estudios, me parece que era su cargo oficial, "la de Estudios", en lengua vulgar de las numes. 

En lo que yo ví, se pasaba el día en ese cole. Me reuní con ella y con alguna del equipo directivo, hablamos de que me pensaría si aceptaba realizar una sustitución, la profe titular "baja por depresión", sospecho, había sido nume conmigo, éramos coetáneas. Me dieron 24 horas, ambas estaban en la propuesta: la dire en la sombra, la dire oficial, la que daba la cara frente a la sociedad.

Rechacé la propuesta. Pero lo importante aquí es que somos miles quienes podemos dar testimonio de que sin firmar papeles ni poner nada por escrito, cada contrato de personal, cada matrícula no sé, y las directivas generales se llevan desde fuera del cole. Han creado entes como Fomento de centros de Enseñanza o Atendis, con sus equipos pedagógicos, sus formaciones...pero la supervisión de los de la sombra es total. 

Y para rizar el rizo, el founder aseguró a sus huestes en cierta época anterior a los años 50 que "no nos iba a pasar como a otros en la Iglesia que acabaron dedicados a poner colegios", pese a sus altos vuelos iniciales. No sé a quién se refería ¿a Jesuita que eran sus odiados imitados? congregaciones de monjas y frailes dedicadas a la enseñanza ha habido mil. Particularmente cuando los echaron de Francia en el XIX se refugiaron aquí. Y nosotros también hemos parido nuestros founders educadores como Escolapios.

Hay muchos opus. El más conocido del vulgo en España es el de los coles, "aquello que no iban a hacer". Diferente del opus genuino, el de las altas esferas. Y se añade la paradoja del desprecio a la función docente, poco para ellos y su estilismo. Aunque no ganen un duro, te desprecian e insultan como "maestra de pueblo". 

 Lo santificable es ser "abogado en la Castellana" o "banquero en la City". Lamentablemente lo comprendí muy tarde y ya fuera.

Estamos en la misma onda, con los atentado de falsa bandera llevados a cabo por las sectas masónicas adoradoras de un dios sin cabeza y dispuestas a todo por tal de reinar, también a sacrificar a sus propios ciudadanos si es preciso. 

Viendo el tema de las falsas banderas que me envías, vuelvo a mis consideraciones sobre el atentado 11 M: nadie en España contribuyó seriamente a que se hiciera la luz. La limpieza de escenario del crimen realizada el primer día habría bastado para darse cuenta: no es posible que te lleves la chatarra fruto de la explosión. 

Si hubiera habido un solo periodista o un solo ciudadano español consciente de las falsas banderas, ese hecho habría sido suficiente para darse cuenta de que estábamos ante una falsa bandera. Pero se decía con la boca pequeña y se pasaba a hablar de hechos, detalles, nombres, idas y venidas de gente cuya única función era complicar  multiplicando los escenarios que poco tenían que ver contribuyendo a que nadie se aclarara. 

Habría que haber sacado los paralelismos, los mismos usos que en otros macroatentados mal atribuidos, porque sembraron pruebas parecidas. Absurdas, de risa. 

Puestas en escena, muestras de solidaridad, lágrimas en los funerales, Pilar en su función de Mater Dolorosa,  y el macrojuicio que daba a entender que los moros estaban implicados y eran todos una panda de delincuentes.

 Somos un pueblo especialmente atontado, qué poco chiste tiene  engañarnos.