SIN SALVADORES

Cantar desde el alma para el alma, no hace falta entender la letra, la propia imagen y la música te pone delante el tema. Sobrecogedor y tenebroso, pero bellísimo.

En cuanto al testimonio de la ex agregada, le falta firmar. Cometemos el error de pensar que "otros" lo van a solucionar, pero nadie lo va a solucionar. El poder en la Iglesia es como cualquier otro poder, busca durar como sea. Aunque con este Papa nos estemos llevando sorpresas, salidas del guión bastante tenues. Ha dado tímidos pasos que los predecesores ni en sueños, como mandar una comisión a Perú a investigar Sodalicio. Luego lo estropea recibiendo a los sodalovers...

Los políticos, las instituciones tienden a perseverar en el poder, afianzarse en él. Y desde arriba se reacciona si los que estamos abajo les movemos el piso, no hay otra.

Con este asunto se lo hemos movido muy poco. Me hace gracia las palabras de indignación y acompañamiento ante el testimonio como si fuera nuevo cuando llevamos 25 años leyendo testimonios similares, se acumulan y son montaña. ya ha pasado medio siglo desde que escribieron y publicaron "los primeros": Maria Angustias y Alberto. Estamos muy hartos de la casa del terror. Lo que hace falta es ponerle cara.

 ¡Sería todo tan distinto! si ciudadanos situados en puestos como el que parece que tiene esta ex agregada, con un reconocimiento social y profesional, salieran claramente del armario.

 Si narras penas pero no das tu nombre convences a los convencidos, a los que ya hemos asimilado que no hay por donde agarrar esto, que el  carisma es inexistente, que solo hay crímenes encadenados.  Nos lamemos las heridas en público ante quienes nos comprenden, está bien, pero no basta. 

 Cadena de crímenes rociados con agua bendita y rosarios, un magnífico escaparate atrapa incautos, y en el fondo una obsesión por el poder que lleva a triturar a la persona todo lo que la persona se deje triturar. Te destrozan. Es un ejemplo excelente de cómo los proyectos basados en la búsqueda ciega y obsesa del poder acaban en un callejón sin salida porque la vida no está hecha para mangonear al otro como objetivo, es una perversión. 

Perversión que lamentablemente les ha conducido a los altares. En parte porque nosotros no alzamos la voz cómo y cuánto deberíamos. También es cierto que mucha gente al salir con tal de sobrevivir tiene suficiente. Pero no todos, ahí está Manglano de nuestros amores con salida bien montada. Si quiere cantar que cante, pero antes está el prójimo, apoyo a quienes no tuvieron "su potra". Ya sé que es soñar despierta, pues este cura está en otra onda.

Cuando lo dejé y escribí mi testimonio tenía esa infantil idea de que obispos y Papas se escandalizarían y "harían algo": han pasado 20 años. Bien poco se mueve. No hay salvadores del mundo y menos la gente encumbrada, nos salvamos cada uno, salvamos nuestra vida de la mentira en la que no se puede vivir honrada y tranquilamente, no hay serenidad en la mentira, es la única salvación que vale. La pelea contra el engaño no tiene fin, desgraciadamente. Se está viendo en este caso. Al menos no nos engañemos a nosotros mismos. Ya será un gran paso.

Cada uno tenemos nuestra chinita que poner para que se forme el mosaico entero. Demasiados miedos y demasiados intereses hacen que sigan sino viento en popa, al menos que sigan. 

La ciudadanía no asocia que un dirigente político treinteañero le diga a toda una profesional de casi 70 "no sabes obedecer" con el "Opus Dei",  esa frase ha salido de la escrivanía y de ningún otro lugar. Y como este mil ejemplos de que siguen ocupando el escenario "disfrazados de jamón serrano", con su inocencia aparente.

Desgraciadamente nadie te saca del atolladero, almas piadosas que se apiadan te echan una mano, pero sobran cuatro dedos de la ídem para contarlas, alguna ayuda se necesita, pero lo esencial del salvamento es "perso". En mi caso puedo decir que todo el que me rodeaba si acaso ayudó a quien llevaba las de ganar. 

La Iglesia como institución tiene sus propios problemas y dinámicas, este es uno bien gordo, pero tampoco ocupa el lugar que le correspondería como asunto que o lo solucionan o acaba con el catolicismo como lo hemos conocido, por su carácter de contratestimonio y contraevangelio. 

Están bien situados en los engrajanes y no los echan sino que los confirman en los cargos.