INDULGENCIA

 

Esto es hablar por propia experiencia y haberlo conocido: sobre todo el Fundador, que era un mandón empedernido. No sabía hablar sin mandar algo.

Lucien Cerise se explica como antiguo adepto del Transhumanismo,  una ideología que pretende "aumentar" al ser humano, pero que esconde un proyecto tecnófilo distópico y tiránico para la gran mayoría. Estamos en los prolegómenos transhumanistas, no paran de cantar las alabanzas de lo que se podrá hacer (Neuralink, Brain neuroelectronics...Elon Musk...)

Si Francisco estuviera suficientemente informado  del propósito esterilizador que los chalados del transhumanismo pretenden, no cantaría las glorias de los remedios. No se ha enterado, al Vaticano no llegan los buenos canales informativos, parecen adeptos al globalismo. No se han dado cuenta de que transhumanismo encierra inhumanidad,

es lo que a las ovejitas nos venden como salud, cuando en realidad destrozan nuestras vidas cotidianas, nuestras costumbres, fiestas y tradiciones. 

Son las manifestaciones culturales que nos dan nuestra identidad de pueblo español.

 Es el aspecto que más ha sufrido con la excusa de....  la izquierda teledirigida tiene fobia a lo español,  desde que entre la CIA y el SPD alemán refundaron el PSOE, echando a los verdaderos socialistas  republicanos, viejos pero auténticos. El de Suresnes un hold up bien calculado...

Si el Papa actual fuera consciente de que pretenden extinguir la reproducción sexual para hacerse cargo de modo centralizado de la generación de "Nuevos humanos" barriendo las generaciones que no están dispuestas a esta locura,  no les haría tanta propaganda.

De paso hay que decir que hay novelistas informados  por adelantado. En esta novela concretamente que data de 2015 por lo demás muy entretenida, podréis encontrar frases que se dirían sacadas de cualquier medio desinformativo entre 2020 y 2022. Los personajes se tenían que pasear por la ciudad enmaskarados por un vr killer de la gripe que atacó primero a animales, ponían plexiglás en ciertos lugares, incluso separando parejas convivientes y otras medidas de aislamiento y separación habituales del período, pero 7 años antes...No está mal. Medidas liberticidas y deshumanizadoras. 

Como es un thriller policíaco el patógeno lo había expandido un criminal....las referencias al apocalipsis no faltan y el pánico en las calles tampoco. Además de los políticos que no saben qué hacer. Lo único distinto a 2022 es que los personajes están de verdad enfermos, ahora  encierran a individuos bien portants. Mientras descuidan a los necesitados. 

 

La iglesia no siempre fue tan indulgente con los sacerdotes criminales como lo fue con muchos abusadores después de 1945. Ulrich Lehner,  teólogo e historiador de la iglesia que enseña en los Estados Unidos, lo aclara en esta entrevista. Habla también de una "moral sexual laxa" y de las declaraciones de Benedicto XVI sobre el abuso. Además, el docente universitario de origen bávaro acusa a la iglesia en Alemania de fallos en el procesamiento y prevención de abusos. 

Pregunta: Profesor Lehner, el escándalo de los abusos vuelve a preocupar a los católicos alemanes. Usted es alemán pero enseña historia de la iglesia en los Estados Unidos. El abuso ha ocupado la iglesia norteamericana desde la década de 1980. ¿Dónde están las diferencias?

Lehner: En los EE. UU. la reforma de la formación sacerdotal con una amplia y exhaustiva selección de candidatos comenzó hace 20 años. Cuando regresé a Munich de un viaje de estudios y se lo conté al director del seminario, se rió en mi cara: "Exageraciones así solo existen en los Estados Unidos". Me resulta incomprensible que las reformas y la protección de la infancia no comenzaran poco después de 2001 en Alemania. Se quedaron dormidos diez años por arrogancia. Y una cosa más: en los EE. UU., la crisis de los abusos no se ha utilizado para echar por la borda la eclesiología y la moral sexual. La catequesis mejorada y la renovación de la fe desde 2001, no ha llevado a las oleadas de abandonos de la Iglesia como en Alemania.

Pregunta: Menciona el "sueño" y la "arrogancia". ¿En qué se basa?

Lehner: Permítanme contarles un ejemplo de una diócesis austríaca: un laico que ya había reincidido y fue condenado en la diócesis de Ratisbona se había instalado allí después de su segunda estancia en prisión. Cuando me enteré, informé al Vicario General, porque el abuso había ocurrido en mi parroquia. El Vicario General intervino en 2020. Pero ni la parroquia ni la diócesis habían preguntado previamente a la diócesis de origen o verificado su "historia vocacional". Un asistente pastoral local incluso me respondió enfadado por carta: el hombre se había "convertido" después de todo, por lo que no tenía nada de malo si trabajaba en la parroquia o en el grupo de teatro. Algo así no existe en los EE. UU porque desde 2001 es obligatorio presentar un certificado de autorización policial para acceder a cualquier puesto.

Pregunta: Actualmente Benedicto XVI se ve expuesto a serias acusaciones, especialmente en el área de habla alemana. En una ocasión  culpó a la "revolución sexual" por el manejo negligente de los abusos, ahora se disculpa y se refiere al "espíritu de la época" en sus declaraciones...

Lehner: Las declaraciones de Benedicto me sorprendieron, ya que Joseph Ratzinger debe saber cuán laxo era su vicario general en Munich a propósito de las violaciones del sexto mandamiento, especialmente en las relaciones heterosexuales. También sabía que había sido una práctica común durante mucho tiempo. El alcance fue probablemente aún mayor después de 1968. Como persona dedicada al estudio, parece haber confiado a su vicario general esas asuntos administrativos que no eran lo suyo, y donde uno se ve obligado a mirar hacia el abismo insondable del pecado. Pero una vez que fue nombrado prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cambió. Desde Roma se opuso a quienes querían que los obispos locales ya no pudieran encubrir o actuar a su libre arbitrio.

Pregunta: Los expertos que han hecho el informe de Munich notaron que hubo una interrupción en el tratamiento de casos de abuso en el período de posguerra.

Lehner: Es asombroso que se diga que el cardenal von Faulhaber en particular tomó medidas más estrictas contra los abusos que sus sucesores. Es un signo de la insuficiencia de lo que hicieron los vicarios generales y los obispos sucesivos.  Faulhaber prestó atención a la protección de las víctimas enviando a los perpetradores al monasterio. Pero también él cometió graves errores, aunque actuó más conforme al derecho canónico que sus sucesores. Si bien el miedo a los escándalos puede haber sido el principio rector durante su mandato, la indulgencia mal entendida parece haber sido la tónica desde alrededor de 1945 en adelante. Me parece que una moral sexual laxa ya había llegado al corazón de la iglesia, incluso antes de que se volviera "socialmente aceptable" después de 1968: las transgresiones de los sacerdotes contra el sexto mandamiento se minimizaban. Fue una traición al pueblo de Dios en tres aspectos: traición de las víctimas, traición de las enseñanzas de la Iglesia y traición de los laicos, que no gozaban del "privilegio clerical" y eran amonestados por el magisterio por usar anticonceptivos.


Der Theologe Ulrich Lehner. 

Ulric Lehner, prof Univ Notre Dame, Indiana

 

Pregunta: ¿Por qué apenas se aplicó el derecho canónico entre 1960 y 2000?

Lehner: Presumo que se hizo referencia a la discreción del obispo y a una aplicación más libre del derecho canónico. Los perpetradores también solían ser muy "creativos" con "explicaciones" elaboradas que ocultaban lo que habían hecho. Así fue en el caso de mi parroquia: el perpetrador no pudo ocultar que estaba en prisión y luego inventó la historia de un delito de drogas, logró que su campaña publicitaria convenciera en numerosas parroquias. No debió de ser distinto en el caso de los clérigos. Sin embargo, los superiores  no solían intervenir si los sacerdotes criminales tenían conocimiento de algún caso con el que chantajear a sus superiores o si tenían buenas conexiones políticas.

Pregunta: ¿Qué conclusiones deben sacar los jerarcas responsables?

Lehner: La reevaluación es una oportunidad. Pero hay que confesarse. Los protagonistas de entonces, que perdonaron a los perpetradores por indulgencia mal entendida o por falta de coraje, tienen que irse. En Munich, por ejemplo, esta medida se aplicaría a Lorenz Wolf, pero también me parece que el ex Vicario General Peter Beer no es muy creíble como representante de la protección de las víctimas. Sin embargo, las dimisiones de obispos serían una salida demasiado fácil: soportar la presión social por omisiones o acciones culpables también puede tener un lado saludable. Asumir la responsabilidad no significa jubilarse anticipadamente disfrutando de una generosa pensión.

Pregunta: ¿Qué significa esto para futuros nombramientos de obispos?

Lehner: Será más difícil porque hay que asegurarse de que ninguno de los candidatos esté involucrado en un encubrimiento. Y, lamentablemente, en Alemania aún no se ha aprendido la lección de que la reforma de la iglesia debe comenzar y terminar con una reforma interna y, por lo tanto, debe ir de la mano de una iniciativa de fe.

Pregunta: Otra pregunta para el historiador: ¿Fue la iglesia siempre tan laxa en el trato con las transgresiones de su clero?

Lahner: ¡No! He examinado sentencias contra personas religiosas en el período de 1600 a 1800 y con el libro "Im Klosterkerker, en las mazmorras del monasterio" he desarrollado principalmente el capítulo oscuro del abuso violento de poder por parte de superiores religiosos hasta el asesinato negligente y su encubrimiento. Según mi investigación en los registros judiciales de 1600-1800, entre el 2y 3% del clero cometió delitos graves, como robo, falsificación, tocamientos indecentes, violación. Sin embargo, el abuso de niños era poco frecuente: la mayoría de las víctimas de violencia sexual eran mujeres adultas jóvenes. Un clérigo convicto era encarcelado en un monasterio o en la mazmorra de un obispo y, a menudo, también enfrentaba severos castigos corporales. Sin embargo, hallar las fuentes es complicado ya que los archivos se destruían periódicamente. El objetivo era evitar que los secretos se hicieran públicos y causaran un escándalo. Hasta ahora nadie ha investigado la cultura del castigo. Pero está claro que la Iglesia derramó la sangre de su clero, no a través de la pena de muerte, sino a través de la tortura.

Pregunta: ¿Cambiaron las cosas a partir de 1800?

Lehner: Sí, porque tan pronto como las mazmorras del obispo fueron prohibidas por el Estado en el siglo XVIII, hubo un problema. ¿Qué hacer con los sacerdotes criminales? Al principio había "instituciones correccionales" donde estaban bajo estricta supervisión hasta el siglo XIX, pero luego comenzaron a encubrir los delitos simplemente transfiriendo sacerdotes. Más tarde, los nazis saquearon deliberadamente los archivos de la iglesia en busca de esos documentos para desacreditar públicamente a la iglesia con los "juicios morales". En 1937, el cardenal secretario de Estado Eugenio Pacelli recomendó al obispo de Berlín, cardenal Konrad von Preysing, destruir las actas. La trituración de documentos era algo habitual. Sólo cuando el Estado tomó posesión de los expedientes se entregaron los archivos. En el monasterio franciscano de Viena, por ejemplo, hay constancia sobre las mazmorras del obispo en unos documentos de los que solo han quedado las tapas...

Simon Kajan (KNA)

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