Opus Dei & American Politics

Se ponen los subtítulos y se ven los nombres de los norteamericanos "llamados a la santidad" presentes en  grandes empresas globales,  billones de dólares de beneficio, departamentos de gobierno, fabricantes, comerciantes, participantes en el grandísimo business de las guerras imperiales e imperialistas, así como en el Tribunal Supremo de la nación. Más de la mitad de esos jueces son católicos fervientes, lo cual no es un crimen en sí mismo considerado, pero para los que llevamos años en esto, sí un disfraz conveniente que acostumbra a servir malas intenciones. 

Malas significa servir propósitos que no son el bien común de los ciudadanos, sino bien privado de algunos ciudadanos que no son la inmensa mayoría sino reducida minoría.

Le ponen empeño al derecho, es una rama profesional que les gusta en el mundo entero, muy necesaria para que la sociedad funcione, a la vez relacionada de cerca con la política y el dinero.


Hay que insistir en que el 28 es una "sacada de manga" más, papeles no iluminaciones, un reconocimiento oficial de la autoridad competente no consta hasta el "tercer año triunfal" que diría Franco y sus seguidores, es decir, todos los españoles vivos y habitantes de España en 1941. Es importante la fecha, cualquiera que se interesa por la historia de nuestro país sabe que fue el período más duro de la dictadura, en todos los sentidos, de falta de libertad política y de miseria de la inmensa mayoría. 1941 es la fecha de triunfo del fascismo y el nazismo en la guerra mundial, viento en popa, aunque no estuviéramos "dentro", estuvimos cerca de esos gobiernos hasta que la evolución del conflicto hizo que Franco se apartara discretamente de sus amigos italiano y alemán que tanto le ayudaron a llegar al poder.

Todo esto para ilustrar el tipo de organización que puede salir de semejante ambiente político español y general, no va a ser un canto a la libertad como pretenden. 

Más bien al autoritarismo y despotismo. Era la moda y en tantas cosas, aunque de otro modo más sutil, sigue siéndolo. Revive, es una tentación humana que nunca se denunciara lo suficiente: la tendencia a oprimir a los semejantes y explotarlos. Hoy tenemos el famoso neoliberalismo, palabro que suena bien, pero que examinado de cerca, no tiene gracia ninguna en lo que respecta a la inmensa mayoría de la población.

Entonces se abusaba de los demás de aquellas sucias y feas maneras que hemos identificado con el mal absoluto, hoy de otras maneras más higiénicas y disimuladas, pero sigue habiendo explotación, engaño  y opresión. Avanza. Y mientras en otros países hermanos y primos  (el neoliberalismo destruye la democracia, exclama Barbara Steigler) ya se han dado cuenta, en España los debates públicos oficiales son para echarse a llorar.

No es menor el asunto que aquí nos ocupa en la historia de la opresión del semejante, y tampoco lo es el hecho de que buscar un periodista español o un medio de comunicación que se atreva a  enfrentarse a esta cuestión sin masajear, es como buscar aguja en pajar.

Sigue dando calambre.

Estoy de acuerdo con esta argumentación en contra del apócope de santo: no  nos corresponde utilizarlo, que lo hagan sus beneficiados followers si quieren, no nosotros. La canonización fue una operación/maniobra de poder, pueden, tienen los contactos y los dólares. Dispusieron de la fuerza para apartar testigos molestos, calumniar y difamar por escrito les salió gratis.

Santificada labor de propaganda, solo que las víctimas de su actuación siguen vivas, no se compadece el desaguisado en nuestras familias con aceptar esa denominación. No será el primero que tiene misa y día de fiesta católica sin merecerlo. A diferencia de otros, en este caso hay testimonios, aburren los testimonios contrarios.

Levanto la mano, no estuve pensando en irme desde el primer año. Todo lo encajé, las mentiras institucionales una tras otra y durante casi dos décadas así fue, convencimiento pleno, con sufrimientos imbéciles, porque sufrir por las inútiles correcciones o tantas reglas y criterios que se sacaban de la manga por fastidiar, eran sufrimientos imbéciles. Pero aceptando todo como si fuera mi parte de la cruz, no podía imaginar que la cúpula del invento no se sacrifica, solo disfruta. Si me lo cuentan no lo hubiera creído. Y entenderlo me llevó tanto tiempo como tener el cerebro lavado al punto que a ellos les convenía. 

No veía el mal, de los robos no sabía, de las enfermas por el sistema tampoco, aunque conviviera con ellas. También mi madre estaba enferma sin ser numeraria. No me chocaba eso. Y además en mi ciudad natal, las "piedras" hacen mucho. El opus es "tangible" por las aceras y en la estructura de poder. Con frecuencia protagonistas aventajados de la prensa local y gozando de todos los parabienes de las fuerzas vivas y autoridades. Se respira "opus dei".

En otros lugares no se respira, pero cuando sale a escena la palabra y es cuestión de enfrentamiento con esta organización, todo español bien pensante sabe cuál es lugar prudente de la trinchera en el que situarse. Nos basta con los problemas corrientes y ordinarios, no añadamos guerras de las que nada en claro se saca y sí trasquilamiento, en todo caso.

EN LOGROÑO tuvo su primera experiencia mística. Un día de diciembre, cuando caminaba por la calle Ancha, vio sobre la nieve las huellas de un fraile. Advirtió que se trataba de una señal celestial. Ese día supo, antes que nadie, que iba para santo: Dios lo había escogido a él, precisamente a él para una misión. "El Señor quería algo de mí, algo que no sabía lo que era. Se valía de sucesos y detalles ordinarios, aparentemente inocentes, para meter en mi alma esa inquietud divina..."

Los signos divinos y los presagios continuaron a lo largo de toda su vida. Los de esa época lo llevaron al seminario de Zaragoza, donde entró el 28 de septiembre de 1920. Con la maleta hecha, un nuevo suceso confirmó su hilo directo con Dios: su madre quedó embarazada. Era cosa suya, que había pedido con fuerza al Señor un hermano varón que ocupara su lugar en la familia.

Por esa época, en la que Jose María ya empezaba a imponerse lo que sus biógrafos llaman "penitencias generosas", empieza su doble vida. Sobre su peripecia vital hay dos versiones diferentes. Una, la que está a punto de llevarlos a los altares: la escriben sus hijos, miembros y simpatizantes del od, que suelen tener como fuente principal su propia versión de los hechos. Otra, la de aquellos que consideran "escandalosa" su beatificación. La suelen propiciar los hermanos separados del opus, aún admitiendo que era un buen hombre, dudan de que fuera santo.

Los biógrafos afines lo describen como un estudiante excepcional, de gran talento. Los otros aseguran que era del montón, tirando a mediocre. Muy limpio, eso sí, que en eso coinciden todos. Su preocupación por el aseo y la apariencia personal contrastaba con el descuido de otros seminaristas, de peor presencia y torpe aliño indumentario. 

"Rosa mística" lo apodaron los rudos compañeros a causa de sus gustos y actitudes. Cuenta Carandell que en sus paseos por Zaragoza, fino y pulido como un pincel, causaba impresión a las chicas, que le decían de todo. Hasta que el acosado, fuera de sí, respondía:

-¡Unas sinvergüenzas, eso es lo que sois, unas sinvergüenzas!














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