El programa

Hablando con unos alumnos me han dicho que soy famosa: "Obama y doña Ana". Así que pongo esta foto del presidente USA.

(Podría explicar lo que pasó con esa forma de llamarme que tienen los alumnos "doña Ana" que ya no tiene remedio, y no me gusta mucho. )

Canarias casi aciertas en el tipo de programa al que me invitaron, efectivamente se trataba de poner en mi boca lo que ellos se estaban hartando de decir a los cuatro vientos: que soy una enferma. La periodista que me llamó daba por hecho que yo estaba depresiva o quemada. No sé quien le dijo eso, pero el caso es que era un programa de "salud". Se trataba no tanto de hablar del mobbing como de que fuera yo misma la que reconociera mi enfermedad. Jugada magistral: ir a un programa como "enferma". Hubiera sido mi punto y final.

Así son, procuran que sean los mismos sujetos que ellos calumnian los que suelten por su boca la calumnia, es decir, no les basta con llamarte depresiva hasta la saciedad: tienes que acabar diciéndolo tú misma.

Por otra parte sigo pensando que habría sido muy útil una entrevista sobre ese tema, cómo luché, me sobrepuse, y cómo lo sobrellevé. El plan sería otro al que me proponía Telemadrid: "yo sobreviví al mobbing sin pisar la consulta del psicólogo y sin tomar ni media pastilla para la ansiedad."

Me acuerdo de maravilla lo muda que se quedó la mujer al teléfono cuando le dije: "pero yo no estoy enferma". Fin de la conversación. Ni siquiera me dió una oportunidad en otro programa, no interesaba. El objetivo era el que era y sin "enferma" no había entrevista. Más claro agua.

En el país de los envidiosos que es España hay mucho codazo en todos los trabajos. Y los codazos se los suele llevar la gente que vale, no los trabajadores inútiles. Si encima de competente eres mujer, ya ni te cuento la que se te viene encima. Y si a eso le añadimos que acabas de salir del Opus, entonces te cae el firmamento con sus estrellas...

La casuística del mobbing está muy estudiada, hay libros de abogados y psicólogos que se han dedicado a la cuestión como Piñuel o Marie France Hirigoyen. Y una página en internet mobbing.nu. Cuando me puse a leer toda esa literatura me quedé helada: Todo cuadraba, como si estos autores estuvieran describiendo lo que estaba pasando conmigo en el humilde IES de Mancha Real.

Pero a día de hoy no interesa, es decir, hay mucha gente a la que no le interesa que yo salga dando público testimonio de que de depresiva y de loca nada de nada. Ninguna de esas descripciones me cuadra.

Está por supuesto el opus, se encargaron de parar muchas de mis gestiones periodísticas y otra gente que no es opus pero también me odia lo suficiente como para no dejarme en paz.

Otro tema: tengo todo el derecho a sospechar de que el Opus tiene poder y situaciones como para necesitar quitarse a la gente de en medio. Es evidente que en la historia del Opus, la verdadera que vamos conociendo con cuentagotas, hay muchas personas que saben cosas comprometedoras, y no siempre se pueden callar todas las bocas. De manera que es harto probable que haya que recurrir a lo que sea, y lo que sea es lo que sea.

Para que todas las fechorías Opus se tapen y todo vaya como una seda, hay que engrasar la maquinaria, el opus dei funciona "en perfecto orden de batalla". En un sitio donde hay miles de personas esa uniformidad, ese silencio, homogeneidad y unanimidad no es normal. Hay que usar la fuerza.

Fui una ingenua todo el tiempo que estuve allí. No me percataba de ninguna de las pequeñas o grandes fechorías que ocurrían a mi alrededor. Me tomaron el pelo de lo lindo, me lo tragaba todo como llegado de la boca de Dios Nuestro Señor. En conclusión, no podía contar ningún secreto ni cosa oculta, ni líos de dinero como han contado otros ex, ni la doble moral de supernumerarios y muchos numerarios. De toda esa basura me he desayunado más tarde.

En esas condiciones no soy de las ex que pueden contar cosas más gordas ni de lejos. Cualquiera ha tocado más altas instancias de poder dentro. La propia Aquilina, Isabel ya que te refieres a ella, fue directora en la región de Italia. Tocó, vivió y protagonizó mucho más que una servidora. Y sin embargo soy perfectamente consciente que con la mitad de lo que me ha pasado más de una se habría muerto.

¿Qué quiero decir con esto? que cualquier fechoría de esta gente me la creo, que si algún día os dicen que he fallecido en accidente de tráfico o de cualquier otro tipo de accidente no os lo creáis. Que no os traguéis si os dicen que la palmé en una excursión a la montaña: mentira gorda. Voy siempre por los caminos marcados, buscando las señales y no me meto en sitios donde no sé.

Estaban esperando que me diera un patatús de no poder aguantar tanto. Pero ni me lo ha dado ni ya me lo va a dar, porque más putadas que las que me han hecho no se le pueden hacer a una persona en este país.

Por todo ello tengo la certeza de que más de una vez han necesitado recurrir a la "solución final" de alguien. ¿Acaso hay alguien o algo que les pare los pies? ¿Se detienen por escrúpulo moral o por temor a la ley? ¿Quién se encarga de que los opus cumplan las leyes como todos los demás ciudadanos? pregunto. Ellos están en el parlamento (Martínez Pujalte, Trillo, que sepamos), en la judicatura, situados en los puestos clave, en las academias de ciencias morales y políticas. Y todo el mundo riéndoles las gracias y haciéndoles la pelota. Como mucho se les hace tontas críticas por detrás que no sirven para nada.

¿Qué más pueden pedir? como dicen los alumnos "son los amos".

Y eso es lo que hay mientras no nos decidamos a contar nuestra verdad, la verdad de lo que nos ha pasado, sin mediastintas ni cobardías seguiremos igual.