EL PATIO DEL COLEGIO

 Pedro Baños, coronel en la reserva, jefe de contrainteligencia que fue ha escrito "Así se domina el mundo", muy bien hecho, porque no trata de hoy, mayo de 2021, sino que da las claves y estrategias que utilizan los poderosos,

tanto Estados como bimillonarios, para manipular a las ovejas luceras que somos la inmensa mayoría de la humanidad. 

De manera sibilina y subrepticia se convence a la gente de que lo mejor que nos puede pasar es ir a la guerra "por unos ideales" o suplicar a los gobernantes que impongan leyes liberticidas en pro de la seguridad.

No nos podemos fiar de los medios de comunicación, hay que investigar por cuenta propia, leer y buscar, ser  consciente de la manipulación. La mayoría nos limitamos a repetir lo que otros dicen y en el estado actual de la humanidad no es de recibo auto limitarse de esa forma.

Si se lograra una "masa crítica de ciudadanos críticos", qué distintas podrían ser nuestras existencias. Pero el pueblo rehuye el esfuerzo, la masa está dispuesta a las facilidades, las recetas hechas, y poco inclinada a hacerse preguntas, a nadie le gusta ser "el diferente".

Hay otro escrito por un canadiense, Peones en el tablero, que me parece igual de bueno o mejor.

Soros tiene tanto dinero como para obligar en 1992 al gobierno británico a devaluar la libra esterlina. Especializado en financiar propaganda, en 2014 lo hizo contra Rusia en el cambio de gobierno habido en Ucrania ese año. Artífice y promotor de casi todas las revoluciones y golpes de Estado en los últimos 25 años. No se me ocurre personaje más recomendable que recibir en Moncloa nada más asentarse en el sillón presidencial.

La descripción del "patio de recreo" inicial que Baños aplica a las relaciones internacionales, se puede aplicar a cualquier grupo humano más o menos estable en el que se jueguen relaciones de poder:

"en todos los colegios del mundo hay niños que controlan a su pequeño círculo de compañeros. Son los dominadores de una clase o de un curso, conocidos, respetados y temidos en todo el colegio. Este orden de poder escolar se percibe en los patios de los centros de enseñanza, durante los tiempos de asueto, cuando los alumnos se muestran tal como son, una vez relajados de la tensión de las aulas.

Allí puede observarse con nitidez a quienes tienen capacidad para influir sobre los demás, poder que puede provenir de una o varias circunstancias diversas: fortaleza física, facultad innata de liderazgo, habilidad para la práctica de deportes, pertenencia a una familia poderosa, elocuencia aguda y viperina, caer en gracia a los maestros...o mera maldad unida a astucia.

Estos niños con especial ascendiente sobre los demás pueden actuar de modo benefactor con el grupo, arrastrándolo a realizar actos nobles. Pero con frecuencia suelen ser los incitadores de gamberradas, los responsables de organizar actividades ignoradas por los profesores que vulneran las normas escolares, o, lo que es aún más perverso, de agredir psicológica e incluso físicamente a compañeros más vulnerables o bien menos dotados o agraciados.

Los niños que así se comportan acostumbran a rodearse de aquellos otros que buscan en su acercamiento protección y reconocimiento, una fortaleza de la cual carecen o no poseen en tan alto grado como los líderes a los que se subordinan. Son estos los que ríen las gracias de los poderosos, los que los jalean cuando actúan pérfidamente contra los endebles objetos de burlas y chanzas, los que aplauden sus muestras de potencia y habilidad física. En definitiva, pertenecen al club de los que prefieren perder parte de su personalidad a cambio de integrarse en una corte de aduladores que les otorga cierto estatus y consideración.

Para que el líder y su séquito puedan actuar como tales deben convivir con otros alumnos a los cuales consideran inferiores, de modo que no les van a faltar justificaciones. A unos simplemente los ignorarán por no pertenecer a su nivel social o simplemente por no jugar tan bien como ellos a los deportes más populares del centro educativo. Otros, lamentablemente, se convertirán en la diana a la que lanzarán los dardos de malicia que les permiten sentirse superiores. Si estos desgraciados son también estudiantes sobresalientes, la ira del grupo poderoso se cebará en ellos para evitar que puedan hacerles la competencia y cuestionar su superioridad. A algunas de estas víctimas, si carecen de suficiente fortaleza mental o apoyo familiar, pueden llegar a causarles un daño terrible, irreparable e indeleble. De entre ellas, puede haber personas que aspiren a integrarse en el grupo de los comparsas con la finalidad de dejar de ser el blanco cotidiano. Tristemente estos reconvertidos pueden transformarse en los más crueles con los ajenos.

Pero también se encontrará a otros que se resisten a ser influidos por el líder o por la presión de todo el grupo, con resultado más o menos solvente. Habrá quien, también dotado de cierto poder, simplemente no desee formar camarilla ni ejercer la menor influencia, contentándose con llevar su propia vida, ser respetado y mantenerse al margen de actuaciones quizás le interese la alianza temporal con el poderoso de turno, pero en general podrá gozar de independencia, Por último existirán los que decidan aislarse del conjunto de los alumnos y no participar en ninguna actividad, ni positiva ni negativa, manteniendo una actitud sólida o reaccionando con desmesura en la primera ocasión que alguien pretenda vilipendiarlos."