PIDEN CAMBIOS DRÁSTICOS

 El cardenal Woelki de Colonia lleva unos cuantos meses en el ojo el huracán, lo acusan de "lavarse las manos" en el tema abusos.

 Alto dignatario eclesiástico alemán, protector o protegido de los escrivarianos, les celebra misas del 26J y pequeños detalles sin importancia. Desconozco la medida de su cercanía, si es simplemente que hoy en la Iglesia y tal y como están las cosas es o fue requisito indispensable para llegar "arriba" hacerles carantoñas o si es algo más profundo.

Matthias Katsch, cofundador de la organización de afectados Eckiger Tisch se expresa a propósito de la violencia sexual en la Iglesia católica y el papel del cardenal Woelki.

El 8 de abril de 2021, el presidente federal Frank-Walter Steinmeier (SPD) otorgó a dos hombres la Cruz al Mérito Federal: Matthias Katsch y Klaus Mertes. Katsch se graduó en el Jesuit Canisius College de Berlín, y al  jesuita Mertes que fue rector del colegio. Katsch  fue víctima de violencia sexual en la Iglesia Católica y cofundador de la organización Eckiger Tisch.


El Canisius-Kolleg de Berlín fue fundado en 1923 como una escuela primaria católica por la orden de los jesuitas que hoy está reconocida por el estado en Berlín como establecimiento privado. En 1940 fue cerrado por los nazis y reabierto como escuela de niños el 1 de junio de 1945. Es uno de los tres colegios jesuitas de Alemania, hay otro en la Selva Negra y un tercero en Bonn.

Los tres eran antes escuelas masculinas, hoy acogen niñas y niños. En la Selva Negra hay un internado, los tres colegios están involucrados en el escándalo de violencia sexual en la Iglesia Católica, al igual que la antigua escuela Sankt Ansgar en Hamburgo.
Matthias Katsch — internationales literaturfestival berlin
En 2010, Matthias Katsch (1958), ex alumno de un internado y persona afectada, se dirigió al entonces rector Klaus Mertes. Quería ponerse en contacto con exalumnos de su escuela a propósito de los delitos de abuso. Mertes escribió una carta a más de 600 ex graduados, pidiéndoles que lo contactaran si eran afectados.

Cientos de estudiantes afectados de los 3 colegios y de muchas otras instituciones educativas católicas salieron a la luz . Así empezó lo que hoy se conoce como el "escándalo de abusos" dentro de la Iglesia católica, aunque ni Matthias Katsch ni Klaus Mertes fueron los primeros en hablar de ello públicamente.

En febrero de 2010, la abogada Ursula Raue, "representante de abusos sexuales" de la Orden de los Jesuitas, declaró que hubo 115 personas afectadas en pocos días. Además, en el Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) expresó su asombro por el manejo interno de estos incidentes: Aunque la "atención a los hermanos en religión" es reconocible en los archivos de la orden, no hay "preocupación por la situación mental de los niños y jóvenes confiados a ellos ".

En mayo de 2010, la abogada dió cuenta de 205 casos que le fueron denunciados, la mayoría de los cuales ocurrieron en las décadas de 1970 y 1980. En su informe publicó en el  diario Welt lo siguiente:

    "Durante décadas, los jesuitas encubrieron sistemáticamente la violencia física y sexual contra los niños en las escuelas de la orden. En varios casos, los perpetradores fueron cubiertos por sus superiores y trasladados a otros lugares, en su informe final sobre el escándalo. "Se aseguraron de esconderlos".

El cardenal Alfred Bengsch fue arzobispo de Berlín de 1961 a 1979, el cardenal Joachim Meisner de 1980 a 1988 y el cardenal Rainer Maria Woelki de 2011 a 2014. Meisner era entonces y Woelki es ahora arzobispo de Colonia. Este último se ve a sí mismo como un educador, Matthias Katsch tiene sus dudas al respecto y exige su dimisión.


Opinión experta: faltaba un nombre

Rainer Maria Woelki | InfoVaticana
El cardenal Woelki (1956) dió a conocer recientemente la investigación independiente sobre la gestión de la violencia sexual en la Archidiócesis de Colonia realizada por un bufete de abogados. ¿Cuál es el resultado de este informe?


Matthias Katsch: En el informe, como declaró el abogado Raue en 2010 para la orden jesuita, se describe un sistema en el que los "hermanos" acusados ​​recibieron más atención que el "estado emocional de las víctimas". El informe cubre el período de 1975 a 2018; se examinaron 236 procesos de expediente con el objetivo de identificar posibles déficits existentes y violaciones legales, así como a los responsables en la Archidiócesis de Colonia de la manera más específica posible. Se encontraron indicios de 314 víctimas y 202 sospechosos. En el tratamiento de estos incidentes, los expertos encontraron graves deficiencias y nombraron a algunos de los responsables en este contexto, pero no a uno: el del cardenal Rainer Maria Woelki.


¿A pesar de que estuvo firmemente involucrado en las estructuras criticadas durante décadas?

 
Matthias Katsch: Se anunció un informe "independiente". En mi opinión, sin embargo, sirve principalmente para exonerar a Woelki. No se debe culpar al bufete de abogados por esto, actuó en interés de su cliente, que  formalmente es la Archidiócesis de Colonia, pero   Woelki en persona está directamente involucrado en  este "sistema de silencio, secreto y descontrol", como él mismo lo ha llamado, él lo hizo posible.  Woelki ocupó importantes cargos en la iglesia durante décadas y trabajó en estrecha colaboración con las personas nombradas en el informe como responsables.


Básicamente, critico el informe por el hecho de que utiliza exclusivamente la ley eclesiástica aplicable como criterio para evaluar las acciones de los funcionarios y dignatarios responsables. No se cuestionó en absoluto si los reglamentos eran apropiados y moralmente justificables o compatibles con los requisitos del estado de derecho.


Existe un informe anterior del bufete de abogados Westpfahl Spilker Wastl, en el que los expertos no solo analizaron los casos bajo el aspecto de "compatibilidad con el derecho canónico", sino que también juzgaron la acción intraeclesiástica contra el derecho secular. De esto derivaron la obligación moral de no trasladar a los "hermanos" y  encubrir así los casos, exponiendo a los niños al peligro de convertirse en sus víctimas, sino que tenían que denunciar los casos a la fiscalía. Los abogados pidieron a la Iglesia que diera la cara, por  decirlo así. El bufete de abogados de Colonia no lo ha echo. Nos vemos de nuevo con el cardenal Woelki, quien también encubrió un caso, según la opinión de los expertos de acuerdo con el derecho canónico, pero en mi opinión fuera de cualquier jurisdicción estatal y muy alejado de cualquier actitud moral que pudiera esperarse de un dignatario de la iglesia.


¿De qué  caso se trata?


Matthias Katsch:
se trata de la acusación de que protegió a su amigo, el sacerdote Johannes O., quien se dice que agredió a un niño en edad de jardín de infancia. Incluso lo llevó a Roma cuando fue nombrado cardenal. Este cura murió en 2017. Para mi gusto, el informe en esa parte se lee como la defensa de Woelki. Pudo haber actuado de acuerdo con las premisas del derecho canónico, pero debería haber denunciado al cura.


Por tanto ¿el cardenal Woelki no solo participó en este sistema a través de su cargo y desde lejos sino que fue parte activa de él?


Matthias Katsch: Los vicarios generales que a sabiendas protegen a un perpetrador y le siguen dando cargos repetidamente, aunque en un lugar diferente, son, en mi opinión, culpables de ayudar e incitar por omisión, incluso si estos actos, por supuesto, también están prohibidos por la ley. 

Woelki dice que nunca tuvo tanta responsabilidad en las decisiones de personal. Pero primero como secretario del cardenal, luego como obispo auxiliar y finalmente como arzobispo, él siempre estuvo allí, fue parte del sistema y debe haber tenido  conocimiento de lo que pasaba. Sin embargo, dado que el informe Gercke solo siguió el criterio de la ley de la Iglesia, llegó a la conclusión de que Woelki no era responsable de ninguna mala conducta en este caso, yo diría que la inversión le ha merecido la pena. El informe Gercke es una interminable letanía de circunstancias atenuantes para el cardenal Woelki.


¿Hasta qué punto es una inversión?
Matthias Katsch:
Por un lado, los bufetes de abogados probablemente no trabajen pro bono, ni tampoco el bufete de abogados de Munich Westpfahl Spilker Wastl, cuya opinión experta puede que ni siquiera esté disponible para un público más amplio. A esto se suman los costos para el equipo de relaciones públicas que el cardenal Woelki ha designado para venderse bien a sí mismos y al informe.
Sus acciones no solo han provocado el descontento en público sino también en sus propias filas.


¿Cómo se expresó este descontento?


Matthias Katsch:
La persona encargada de la prevención Oliver Vogt, por ejemplo, dejó la iglesia en febrero de 2021. Era el director del "Instituto para la Prevención y el Tratamiento de la Violencia Sexual" relacionado con la iglesia en Lantershofen, cerca de Bonn, que se fundó en otoño de 2019 y, como tal, era la persona de contacto para los afectados. Justificó su renuncia diciendo que no podía apoyar que los líderes de la iglesia no estuvieran preparados para asumir la responsabilidad moral por los hechos en los que estaban involucrados personalmente. Vogt trabajó duro para asegurarse de que se publicara el primer informe del Arzobispado de Munich.


Número incierto de personas afectadas 

Sólo en la Archidiócesis de Colonia, según el informe Gercke, hay 314 víctimas y 202 acusados. ¿De cuántas personas estamos hablando en total?


Matthias Katsch:
Es difícil de decir. La Archidiócesis de Colonia ya publicó cifras en 2010, el informe actual muestra alrededor de cuatro veces más personas afectadas que la publicación de entonces. En 2014 se inició el estudio MHG, un proyecto de investigación interdisciplinar sobre el tema "Abuso sexual de menores por parte de sacerdotes católicos, diáconos y religiosos varones en el ámbito de la Conferencia Episcopal Alemana", que fue encargado por la "Asociación de Diócesis de Alemania "(VDD).
Los expertos eran miembros de varios institutos universitarios en Mannheim, Heidelberg y Gießen, de ahí el nombre "MHG". La lista señala un  3.600 casos, 1.670 clérigos fueron acusados. El 54% de los culpables lo son por una víctima, en el 42,3% de dos a 44 víctimas. Un 5% de los sacerdotes cuyos expedientes personales fueron examinados como parte del estudio fueron acusados; en promedio, cada uno de ellos tuvo 2.5 víctimas. Los autores del informe señalaron que esto era lo que está perfectamente claro, aunque el número de casos no denunciados es probablemente mucho mayor.


¿Cuál es la estimación de los casos  no declarados?


Matthias Katsch:
Es difícil de decir. Según un estudio en los Países Bajos, alrededor de 20.000 niños fueron víctimas de violencia sexual por parte de clérigos católicos. En proporción en Alemania, eso significaría que estamos hablando de 80.000 víctimas, solo en la Iglesia Católica. Las proyecciones de la Universidad de Ulm asumen alrededor de 114.000 víctimas en la Iglesia católica y protestante. Otra peculiaridad es que los niños en particular se ven afectados, mientras que las niñas son víctimas con mayor frecuencia de violencia sexual en el área secular. Por ahora asumimos que alrededor de dos tercios de las víctimas son niños.


Sí claro  no había niñas cantoras en el coro de  la catedral de Ratisbona ...


Matthias Katsch:
En aquella época las escuelas jesuitas solo acogían niños.


¿Cómo se puede explicar este nivel de violencia sexual contra los niños?


Matthias Katsch:
Es un problema estructural. Detrás de todo hay una visión negativa de toda la sexualidad, pero especialmente de la homosexualidad. Al mismo tiempo, existe la homosexualidad oculta de gran parte del clero. Es precisamente la moral anti-sexual la que aparentemente atrae a los hombres que no están en paz con su sexualidad al sacerdocio que por otra parte están atrapados en una puerilidad fatal. No tiene nada que ver con la pedofilia en el sentido clínico ni con la homosexualidad, pero tiene mucho que ver con la represión.


Verá, los niños que se deciden por el camino clerical, eligen hacerlo cuando son adolescentes o adultos jóvenes, o son empujados en esa dirección.  Especialmente en el pasado, eran socializados en un entorno puramente masculino: compañeros de clase y profesores. A menudo tenían sus primeras experiencias sexuales con niños, no había niñas. Muchos simplemente se han aferrado a este nivel de pubertad en su sexualidad. Sobre todo porque esta puerilidad fatal es promovida por la Iglesia católica, también en lo que respecta a los contenidos de la fe. La castidad se considera una virtud especial, y los santos jóvenes son venerados fervientemente porque aún no han tenido relaciones sexuales. Así, los aspirantes se mantienen en un entusiasmo infantil por las historias sobre actitudes premodernas. No han crecido, podemos  crecer.


Muchos mantienen este espíritu infantil en su camino hacia el sacerdocio, y la inmadurez sexual asociada, con las experiencias sexuales almacenadas en sus recuerdos desde la temprana juventud. En ese momento, los juegos de masturbación se llevaban a cabo entre compañeros, en general en pie de igualdad. Cuando son sacerdotes  ya no ocurre con iguales sino en el marco de una relación de dependencia. Los niños están a su merced. Hablar de ello se considera una "escándalo público". Ese es el término que se usa en la jerga de la iglesia.


¿Cómo cree  que  se puede romper con todo esto?


Matthias Katsch:
Dado que es un problema estructural, solo cuando se cuestione la estructura.


Entonces, ¿hay que romper con "lo romano", lo tóxico "del catolicismo, como dicen los activistas de" María 2.0 "?


Matthias Katsch:
Sí, la Iglesia católica tiene que cuestionar sus estructuras patriarcales. La moral sexual premoderna, la actitud hacia la homosexualidad, el celibato forzado, la exclusión de la mujer, todo en toda la estructura que se construye sobre el poder y la jerarquía. Debe cuestionarse la moralidad tradicional de la iglesia. Una moral en la que las personas son marcadas como pecadoras porque en una sociedad moderna no pueden hacer justicia a las demandas de la Iglesia Católica.


Solo una pequeña proporción de los fieles sigue la moral sexual de la iglesia.


¿Por qué los creyentes están de acuerdo con esto?

 

Matthias Katsch: Yo también me lo pregunto. Nadie puede decirme que nadie en las parroquias realmente notó nada cuando un pastor hizo violencia sexual a varios niños. Básicamente, sin embargo, la vida cotidiana y la vida comunitaria son muy diferentes entre sí. Solo una pequeña fracción de los fieles está realmente convencida de lo que la iglesia exige creer, que el sexo es moralmente permisible solo en el matrimonio y cuando está orientado hacia la procreación. En la vida privada suele verse diferente. 

Los creyentes se refieren a su conciencia. Pero obviamente hay un alto nivel de apego interno a la Iglesia. Se forma en la infancia y no se puede resolver fácilmente. Por eso la iglesia está tan interesada en poder influir en la labor educativa con los niños.


En sus propias guarderías y escuelas, por ejemplo.  

Matthias Katsch: No solo. En Renania del Norte-Westfalia, por ejemplo, está regulado por ley que tanto la iglesia regional protestante como las diócesis católicas son "personas de contacto para las escuelas en materia de instrucción religiosa". Las lecciones solo pueden ser impartidas por personas calificadas para enseñar y que tengan la autoridad de la Iglesia. Este poder puede retirarse en cualquier momento. Los líderes de la iglesia o sus representantes pueden inspeccionar las clases, es decir, se convierten en el organismo supervisor. ¿Qué margen de maniobra tienen los profesores? Incluso si, mientras tanto, debido a la falta de creyentes, se ofrece instrucción religiosa conjunta para las diversas confesiones.

También en Hamburgo, la iglesia y las asociaciones religiosas en su conjunto tienen una gran influencia en la instrucción religiosa. Aunque está diseñado como un modelo único a nivel nacional por todas las confesiones, es formulado  por los maestros  de las diversas confesiones y controlado por las asociaciones que las respaldan. También de la Iglesia Católica ... 

Matthias Katsch: ... quien, por un lado, tiene que lidiar con casos de violencia sexual dentro de sus propias filas y, por otro lado, acaba de perder a su arzobispo, quien por su implicación en los hechos de la Archidiócesis de Colonia, en la que trabajó anteriormente, que ha sido temporalmente relevado de su cargo por el Papa. Es una de las consecuencias prácticas del informe de Colonia. Aunque no significa necesariamente que finalmente tendrá que renunciar definitivamente a su puesto. 

Mientras, la Archidiócesis de Colonia ha presentado una serie de medidas para prevenir la violencia sexual contra los niños en el futuro. En mi opinión, suenan bastante razonables y me gustaría ver mecanismos de control y órganos de control similares en otras áreas de la sociedad. Desafortunadamente, la Iglesia Católica no tiene la patente sobre la violencia sexual en sus propias filas.  

 

Matthias Katsch: Las medidas son sensatas y  vale la pena imitarlas. La gestión de los archivos mejorada, es buena idea. Queda el problema básico: no se hace un examen crítico de la enseñanza y la estructura jerárquica. Ni en la educación religiosa ni en las estructuras de la iglesia. Sigue sin haber  derecho a la crítica y la resistencia dentro de la iglesia. El objetivo es hacer que incluso los más jóvenes tengan una conciencia culpable mediante la instrucción religiosa, convirtiéndolos en pecadores que quedan a merced de la buena voluntad de la Iglesia en forma de penitencia. Eso forma la vida la mentalidad de la persona y ahí es donde tenemos que empezar si realmente queremos cambiar algo. 

Después de 50 años de debate sobre la reforma, cualquiera que quiera cambiar la Iglesia católica solo le queda el levantamiento o una renuncia. Como muestra el ejemplo de Oliver Vogt; o el hecho de que dos de los impulsores de "María 2.0" anunciaran su salida de la iglesia y quieren luchar por cambios desde afuera. 

Y mientras actores como el cardenal Woelki, que estuvieron profundamente involucrados en las estructuras que hicieron posible todo el escándalo, se conviertan en el centro del movimiento de la renovación y aclaración, por así decirlo, las cosas no avanzarán. Si el cardenal Woelki realmente quiere un avance, tiene que despejar el camino, tiene que dimitir.  

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Lo de lavarse las manos es lo que hace siempre el Opus dei cuando hay abusos a menores que es lo habitual del entorno opusiano.Tenemos ese colegio Camp Joliu en el Penedés(Tarragona) donde hay un profesor pedófilo condenado llamado Barquero y un pederasta llamado Emilio.Todas las manzanas podridas en el mismo colegio aunque no se quedan atrás los centros opusianos donde viven los numerarios /as o los clubs que montan que siempre se ha sabido que es donde empiezan con los tocamientos y abusos a los menores con la excusa de las actividades que organizan.Y siempre hay un menor por medio entre las flores o los jardines. Para eso están los "tutores". Es como lo de las numerarias a las que siempre han apodado como las "chupachups" ya que parece que aprenden de muy jovencitas a hablar "francés".Y todos se lavan las manos como poncio pilato en la época de JC.Es la obra de Dios.La gran mentira de un personaje al que elevaron a los altares.A ver si consiguen lo mismo con el Portillo de turno aunque el Vaticano ya se ha dado cuenta de que le colaron a un perturbado apodado pinocho entre sus íntimos.Ya no engañan a nadie.
Anónimo ha dicho que…
Hay otro colegio opusiano donde se deshicieron del profesor por abusos a menores.Es un colegio llamado Viaro en San Cugat del Vallés (Barcelona) En todos estos colegios del opus cuecen habas y en todos se lavan las manos para que no les salpiquen los abusos a menores que son habituales en estos colegios y centros aunque ya hay tanta mierda que deberían eliminarlos.A ver si llegan los cambios drásticos.
Anónimo ha dicho que…
No sé si se deshicieron de él pero en el Camp Joliu que mencionais a parte del pederasta Emilio y el pedófilo barquero había uno en el departamento de informática llamado Eduardo al que apodaban "el pulpo".Dicen que se pasaba todo el día toqueteando lo que podía hasta que consiguió empatarse con un loro del entorno opusiano.Los jardines y las flores de ese colegio dan para mucho según dicen.Esperemos que los cambios drásticos sea la eliminación de este tipo de centros.
La obra de Dios.
Anónimo ha dicho que…
No sé si se deshicieron de él pero en el Camp Joliu que mencionais a parte del pederasta Emilio y el pedófilo barquero había uno en el departamento de informática llamado Eduardo al que apodaban "el pulpo".Dicen que se pasaba todo el día toqueteando lo que podía hasta que consiguió empatarse con un loro del entorno opusiano.Los jardines y las flores de ese colegio dan para mucho según dicen.Esperemos que los cambios drásticos sea la eliminación de este tipo de centros.
La obra de Dios.

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