FANTASMAS OPUSINOS
No querían que se dedicase a la filosofía, "porque acabaría atea". Me empujaron a la filo desde la adolescencia, Carmen Inerarity, entonces estudiante de licenciatura de filosofía, hermana del famoso Daniel, que también fue nume, pero salió por la puerta grande, sin problem, catedrático en Zaragoza y ganador de premios ensayísticos y tiene edad de jubilado, aunque puede ser que siga escribiendo, la mejor edad. Con 16 ó 17 el terciopelo rojo del Aula Magna del central y los profesores ingleses, franceses, norteamericanos que acudían a las Jornada Filosóficas le daban un gran empaque a emprender esos estudios.
Además de la proyección apostólica de esta licenciatura, captar cabezas, convencerlas. El rollo mental, el imaginario y el razonamiento, que no es el origen sino la guinda del pastel. Hace perfecto, le da racionalicidad, civismo, ciudadanía cosmopolita al engaño.
Hemos tenido una experiencia muy diferente de la Filosofía. Más tarde me hicieron sentir retrasada mental: para todas mis coleguis numes filósofas había un puesto de ayudante, una beca predoctoral de la Asociación de Amigos. Me busqué la vida para desesperación de mi madre, que si había consentido con la vocación de numeraria, en gran parte fue por que su hija podría accedeer a un puesto en la uni, quedarse en Pamplona y cuidarla a ella. Todo al agua porque Opus es lo que es y yo también soy lo que soy. Qué decepción para todos.
Yo tan contenta, saltimbanqueando por España me planté an Andalucía con mi oposición de Instituto que tanto desprecian quienes no abren un libro ni han pasado una hora de estudio en su vida, porque todo se lo regalan.
En el vídeo maratón de 4 h, dice que a Ramón Herrando le ordenaron para que fuera consiliario y le harían la tesis doctoral. Sobre la vida del seudosanto en Logroño, libro donde salen las fotos auténticas de los pueblerinos padres del founder. Todo dicho por Antoine.
Pero lo que me interesa es que siguen las huellas del founder, del sucesor del founder y de todos: les hacen la tesis y ellos ponen el nombre. Son un fraude estos santificadores del trabajo.
He descubierto a un nuevo jurista español: Javier Echevarría. "Dígame un jurista español", y se te ocurre Jiménez de Asúa, Martín de Azpilcueta, Tomás y Valiente, García Trevijano fue un jurista español con publicaciones "Teoría pura de la República". JE, con 16 llegó a un palacio del Parioli en Roma, conoció a cierto cura con ínfulas y nunca se despegó de su sotana hasta el fallecimiento de éste, y luego, 20 años más en la misma residencia. A saber cómo accedió al título de canónico, pero "jurista español".
Lecciones de camafluje, audacia, adornarse con joyas que no pertenecen al personaje.
Dios y audacia, un lema que Escrivá utilizó para su primera creación, la Academia DYA en Madrid. Osadía y atrevimiento ilimitados, inigualables. Nadie apunta más alto
Siguiendo con la Destrucción Psicológica
Se tiene que programar una actividad exhaustiva y desmesurada, fatigante, ocupacional, al individuo. Hay que tenerle siempre en activo aunque sea en cosas inútiles, realizando cometidos de toda índole, desde la captación al proselitismo, el desarrollo del trabajo profesional, las prácticas religiosas, los cintarazos, el estudio, los cilicios, los círculos, los corros. Hay que imprimir un ritmo frenético y sin parar, donde no haya tiempo para pensar. Hay que imprimir una sensación de angustia que no podemos hacer ni terminar en la jornada las tareas y los deberes que tenemos que acometer, para sentirnos vejados y culpables, inútiles, poco santos, pues la santidad se logra cuando se llega a la meta de lo imposible, cuando se rebasa el listón inalcanzable. Con una actividad estresante y agotadora, con poco tiempo para el reposo y comida frugal y ligera, el organismo se va deteriorando y la persona degradando.
La información que se reciba debe proceder de la propia Secta. Hay que cortocircuitar la comunicación del adepto con el exterior, controlar todos sus movimientos, sus hobbies, sus sentimientos sus ideas, debiendo estar preferiblemente acompañado.
Hay que atacar a los sentidos bloqueándolos. Es el ataque sensorial bajo el pretexto de cometer el permanente y perenne pecado. Hay que fustigar a los sentidos mitigándolos, lo que provocará atrofias psicomotrices y alteraciones orgánicas graves. Para reprimir los sentidos siempre estará afilada la espada de Damocles del castigo y la penitencia, por pecados inexistentes, figurados, artificiales, paranoicos, pero eficaces para producir un sentimiento de miseria y culpabilidad interior en la persona humana, que le provoque angustias vitales, polarizando y disociando la personalidad. Es la secta la que marca las pautas de lo puro y lo impuro, lo recomendable y lo abominable, lo justo y lo injusto y el clan presiona para que se cumpla lo ordenado y se castiguen ejemplarmente los desvíos, con humillaciones y el desprecio de los compañeros y el aislamiento interior.
Agotamiento nervioso y terror. He aquí dos claves que van minando la capacidad racional y potenciando a extremos inauditos la emocional.
Se consiguen efectos de regresión e infantilismo que se traduce en el propio y exiguo lenguaje que se utiliza en el interior de la secta con significados ambiguos y cómplices. Palabras pueriles utilizadas por personas adolescentes y veteranas.
Con todo ello debidamente dosificado se consigue la "drogodependencia grupal", la afección sectaria sin cortapisas. Y lo que es peor, la destrucción total y absoluta del adepto al que se ha reducido a ser una herramienta, un instrumento eficaz para la obediencia y la fe ciega en los designios que le imponga el Padre acatando cualquiera de sus caprichos o veleidades como verdades incuestionables, como dogmas, llegando a sumirse en la creencia de que uno está por propia voluntad en la secta y que los fanáticos son los demás, el resto de la humanidad. La cohesión interna se consolida apiñáridose en torno al Padre y considerando como graves calumnias cualquier crítica procedente del exterior. También les está vedado hacer algún tipo de crítica sobre el Padre o el comportamiento de los dirigentes de la secta. Son esclavos de nuestro tiempo, en el siglo XXI. Robots programados y dirigidos.
A ello hay que añadir la supresión de las propiedades del adepto que lo dejan insolvente y que para sobrevivir no tiene más remedio que establecer una acerada dependencia.
Suprimida la individualidad se ha conseguido el objetivo despersonalizador.
A veces lo importante no es lo que cree, sino cómo lo cree.
Son como las moscas atrapadas en un plato de miel. Encadenarse al Opus es perder todas las facultades intelectuales volitivas y espirituales para convertirse en un autómata, en una marioneta, al servicio de la Obra y del Padre, El Opus es la comedia de la hipocresía. Miguel Fisac reconoce'*””“que lo único que le proporcionó el Opus fue padecer un "auténtico martirio espiritual hasta su salida" y que "ha sido después de su salida del Opus Dei cuando ha realizado más obras y de mayor interés".
Conseguir desprogramar a los adeptos es una tarea de reeducación lenta. Se precisa hacer snapping para comenzar una fase de recuperación y de reajuste del sujeto para que vuelva a tomar contacto con la realidad y extirparle las alucinaciones que le han podido imbuir en la Obra."
Comentarios
Se lo merecen por otra parte
https://infovaticana.com/2025/10/29/opus-dei-ni-un-ladrillo-en-manos-de-roma/
https://cozumelreefs.blogspot.com/2024/05/nuevo-registro-de-titularidades-reales.html