"Pobreza" desde bien pequeñas

No me interesan las falsas polémicas sobre "esplendor y decadencia de opus" y "esplendor y decadencia de opuslibros". Os las inventáis para distraernos de dar nuestro testimonio. Opuslibros no es el negativo de opus, es un lugar muy diferente donde hay pluralismo y donde se da una voz a la verdad, decir que me están utilizando en opuslibros como en el opus, es tan soberanamente absurdo que la verdad, ya he pecado por leerlo y hacerme eco.

Sé bien cuál es el problema de muchos ex, el opus como me dijo alguien una vez "es muy jodido" y no me extrañaría que a más de uno les hayan dado un "toque" para que dejen de escribir en opuslibros. Lo interesante es que vaya creciendo nuestra seguridad como colectivo de gente damnificada, veo que cada vez se contesta con más seguridad a los mensajes "incordiantes" en la web. Muchos "ex" están tomando conciencia de su dignidad de seres humanos con una historia que contar, algo que el opus siempre ha conseguido hasta la fecha que no suceda.

Si me importa poco lo que diga el opus, ¡imagínaos lo que me importa lo que digan los ex! ojalá todo lo que hubiera tenido que soportar en mi vida fueran habladurías... Las palabras se las lleva el viento, sobre todo las de algunos. Después de tanto y tanto que la gente hable de mí me da hasta risa. Ya hace falta estar aburrido...

No sé porqué recordé un detalle sobre el dinero de cuando fui adscrita. Cuando pitas con 16 años como en mi caso sigues viviendo con tu familia. En ese tiempo antes de irte al centro ya te obligan a vivir la "pobreza". Es decir, en aquellos tiempos no estoy muy segura de si recibía una paga. Tengo la sensación que como no salía con mis amigas, todo el tiempo libre se me iba en el club Isaba, el dinero de divertirse en los sitios de moda mis padres se lo ahorraban, para dárselo al opus en pagar las carísimas convivencias y cursos de retiro. De joven no habré bebido alcohol ni pisado bares, pero me he hartado de escuchar los rollos opus. Y quien escucha, paga. Que vida de encierro...

A lo que iba es que el poco dinero que me podían dar, ¡alucinante! hacía caja con él como un preludio de lo que sería mi vida de numeraria mayor con un sueldo. Recuerdo a una numeraria, Maria Jesús Díaz, que era la secretaria del centro, yo hacía la charla con ella, entonces era estudiante de periodismo y luego le dieron el puesto de profe en la facultad de Navarra. Esta mujer, morena y muy menuda, no sé como tenía la poca vergüenza de hacernos ir a su habitación de secretaria, abrir la "caja de caudales" y hacer un asiento en el libro de cuentas con la pobre paga que a lo mejor me había dado mi tía María, que en paz descanse lo digo de todo corazón. De pensar esta avidez del opus hasta por unas monedas de nada con tal de irnos formateando me vienen una serie de sentimientos que no sabría describir: rabia, indignación, vergüenza por la poca vergüenza... Verdaderamente el amor opus por el dinero no conoce límites.

De manera que me fui educando desde entonces en no tener ni necesitar dinero. Una manera bien "laica", una forma de "estar en el mundo" que ni te cuento. ¿En qué mundo se puede vivir cuando vas todos los meses el día uno y sacas las 200.000 pts de tu sueldo íntegro y te vas con el fajo de billetes a entregarlo en la caja del centro opus?

Me he dado cuenta que al ser secretaria de agregadas he contado muchísimos billetes en mi vida. Como no sabía el valor del dinero, lo que cuesta ganarlo, las cosas que se pueden disfrutar con él, todos aquellos miles de pesetas pasaban por mis manos como cualquier otro tipo de papel. No lo valoraba. No me daba cuenta de la injusticia que era que todas aquellas agregadas trabajando de cocineras, de enfermeras, de secretarias, dieran todo su sueldo para pagar a las numerarias mayores sus caprichos, sus enfermedades, sus médicos. Porque concretamente en Torretxea, un centro en Pamplona, las numerarias mayores pagaban unas facturas a la clínica universitaria de cuidado, varias de ellas con enfermedades "psi" y esas numerarias no ganaban no ya para pagarse una clínica privada, sino ni siquiera el pan. Sin un sueldo vivían como reinas, con cuatro mujeres de servicio, y una habitación de hotel, sin hacer la comida ni limpiar la casa.

Las agregadas por su parte haciendo todas las cosas de su casa particular más encima pagando a las numerarias del sueldo que sudaban. Y sin ahorrar ni disfrutar de su dinero, porque a las agregadas se las exprime a base de bien. Yo no sé qué es peor, ser numeraria con el riesgo tan enorme para la psique, o ser agregada, trabajadora, llevando un sueldo y encima despreciada por tus "hermanas" numerarias que te consideran como lo que eres en el opus: de una clase inferior.
Porque muchas agregadas "no tienen carrera" ni apellido ribombante, son de familias obreras, a las que no se les pregunta cuál es el oficio de su padre, queda mal decir en el opus "mi padre es carpintero".

Se hacen unas distinciones con las agregadas que ahora que he salido al mundo real comprendo la rebelión que más de una tenía que sentir en el alma ante el opus. Pero bueno, si uno no está a gusto en un sitio lo mejor que puede hacer es marcharse. Y lo malo de muchas "fieles" opus en la actualidad es que "ni contigo ni sin tí mis penas tienen remedio"....

El opus es ponerse a contar injusticias y no parar.
Ana Azanza
Posted by Picasa

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Tienes razón, los ex tienen que tomar conciencia de su dignidad de seres humanos pero en el tema económico que has tocado podemos volver a tropezar con parejas perversas o incluso familias que, lejos de ayudarnos, no tienen otro interés que aprovecharse (convertirnos en sus secretarias, enfermeras, cocineras...), como les pasa a tantos otros miles de mujeres al margen del opus. Hay que saber lo que UNA MISMA siente, piensa, quiere..y no estamos entrenadas. Nadie puede insultarnos, someternos ni humillarnos.

Entradas populares de este blog

SEXO EN EL OPUS DEI, TEORÍA Y PRÁCTICA

Otra consulta memorable de Enrique Rojas, supernumerario del Opus Dei y psiquiatra de postín

LISTAS ATRASADAS DE MIEMBROS Y SIMPATIZANTES DEL OPUS Dei