Sobre cinismo
Me envían este artículo a propósito del cinismo de Chaves y Evo Morales. En el que curiosamente la periodista recurre a una cita de otro cínico que denuncia el cinismo, Enrique Rojas. Que sigue diciendo que es catedrátido de psiquiatría en la facultad de psicología de la complutense, cuando la psiquiatría siempre está en la facultad de medicina.
No pongo en duda el cinismo del venezolano y el boliviano. Pero si comparamos con el opus que lo ejercita a nivel internacional y desde hace 80 años, se quedan ambos en enanos aprendices de cinismo.
Alguna otra vez he publicado algo sobre mi admirado filósofo cínico Diógenes de Sínope, incluso he puesto la imagen en el tonel, con su lámpara buscando un hombre, y los perros alrededor...¡cómo ha cambiado el significado de la palabra desde hace dos mil cuatrocientos años que se le atribuyó a Diógenes! ha pasado a significar en muchos aspectos lo contrario de lo que Diógenes era y enseñaba... la crítica a la hipocresía social. Hoy el cínico es el mayor de los hipócritas...
Cuando Diógenes nos enseña que muchas de las necesidades que nos creamos nos vienen de la sociedad, y que hay que aprender "a prescindir" para ser feliz, o por lo menos, para tener más equilibrio vital.
sábado, marzo 11, 2006
Gobernantes Cínicos
Por Carolina Garza, El Norte
¿Alguna vez usted se ha topado con un cínico? ¿Con un sujeto que carece de escrúpulos, pero con tal desfachatez que no hace otra cosa que hablar de lo escrupuloso de su conducta?
Enrique Rojas, en su libro "La ilusión de vivir", explica que el cínico es desvergonzado, capaz de todo, maquiavélico. Pero con frecuencia intenta hacerse el prudente, dar lecciones de ética y mostrarse con cierta apariencia de persona tranquila, templada e incluso equitativa. El cínico, dice Rojas, no se compromete nunca, sabe muy bien mantener un estatus ambiguo, difuso, brumoso. Además, suele ser inteligente y por eso engaña a muchos.
Lo anterior viene al caso porque hoy, por desgracia, países de Latinoamérica como Venezuela y Bolivia han caído en manos de gobernantes cínicos que en su momento se presentaron a la ciudadanía tal como los describe Rojas. Inofensivos, tranquilos, víctimas de gobiernos dominantes. Pero tan inteligentes que bajo el disfraz de ovejas lograron incorporarse a la vida democrática de sus países y compitieron electoralmente. Además, supieron esconder muy bien sus limitaciones y fracasos buscando siempre algún culpable.
Se decían defensores de los pobres y víctimas de los poderosos. Sin embargo, cuando estos políticos cínicos apenas llegaron al poder, en un abrir y cerrar de ojos pasaron de víctimas a victimarios. Hugo Chávez, por ejemplo, cambió su piel de oveja por la de lobo autoritario y prepotente (recuérdense los insultos y amenazas que le lanzó a nuestro Presidente hace pocos meses). Además, el Presidente de Venezuela no tardó mucho en mostrarles a los venezolanos su verdadero rostro: el de un estatista y controlador de todo, hasta de la propiedad privada. En estos días el Congreso, controlado por Chávez, está por aprobar la ley de Redistribución de la Propiedad Inmobiliaria, con la que se expropiará todas las "segundas casas" de Venezuela, incluyendo las de descanso o de playa. Y todo esto para dárselas a determinados grupos, a los correligionarios de Chávez.
Evo Morales no se queda atrás. Apenas este lunes, el gobierno boliviano anunció que prepara la estatización de empresas. Además, el Presidente habló, al estilo Chávez, de "una nueva repartición de tierras" que se las quitará a sus actuales propietarios. Morales, quien lleva escasos dos meses en el poder, también amenazó a los ciudadanos bolivianos con expropiar tierras que no son aprovechadas en los llanos orientales de ese país si sus propietarios actuales no las devuelven al Estado de manera "voluntaria". El caso es que estos gobernantes izquierdistas, antes de llegar al poder, realizaron una contienda electoral muy hábil, basada en recursos simplones y chantajes sentimentales. Esto nos recuerda a una de las campañas actuales: la de Andrés Manuel López Obrador.
Por años, AMLO ha navegado con la bandera de víctima. Para este hombre cualquier movimiento de sus adversarios políticos es un complot contra su persona. Con frecuencia intenta dar lecciones de ética, de justicia y de libertad, sobre todo a los más desprotegidos. Incluso en la entrevista con López Dóriga sutilmente se comparó con Jesucristo. Mas a la hora de la verdad, cuando se enfrenta con temas trascendentes y polémicos como lo es el aborto, el perredista les saca la vuelta, los evade, no se compromete.
El colmo se dio la semana pasado cuando se negó al debate con los otros candidatos. Sus colaboradores declararon que AMLO no tenía por qué arriesgar su ventaja actual enfrentando a sus adversarios en un debate público. ¿Dónde quedó el respeto a la contienda y al electorado?En fin. Precisamente esa ventaja que hoy tiene en las encuestas se debe, más que nada, a que ha sabido manejar hábil e inteligentemente su larga exposición en los medios, aunque poco sepamos de sus ideas.
Retomando a Enrique Rojas, el psiquiatra también señala en su libro que la conducta del cínico no es fácil de desenmascarar. Que no se descubre de buenas a primeras. Sólo cuando uno ha caído en manos de una persona cínica descubre la realidad que se esconde bajo ese nombre.Ojalá que los mexicanos sepamos desenmascarar, antes de las elecciones, a esta clase de candidatos. Ojalá que nunca lleguemos a vivir lo que hoy están viviendo algunos países de Latinoamérica.
No pongo en duda el cinismo del venezolano y el boliviano. Pero si comparamos con el opus que lo ejercita a nivel internacional y desde hace 80 años, se quedan ambos en enanos aprendices de cinismo.
Alguna otra vez he publicado algo sobre mi admirado filósofo cínico Diógenes de Sínope, incluso he puesto la imagen en el tonel, con su lámpara buscando un hombre, y los perros alrededor...¡cómo ha cambiado el significado de la palabra desde hace dos mil cuatrocientos años que se le atribuyó a Diógenes! ha pasado a significar en muchos aspectos lo contrario de lo que Diógenes era y enseñaba... la crítica a la hipocresía social. Hoy el cínico es el mayor de los hipócritas...
Cuando Diógenes nos enseña que muchas de las necesidades que nos creamos nos vienen de la sociedad, y que hay que aprender "a prescindir" para ser feliz, o por lo menos, para tener más equilibrio vital.
sábado, marzo 11, 2006
Gobernantes Cínicos
Por Carolina Garza, El Norte
¿Alguna vez usted se ha topado con un cínico? ¿Con un sujeto que carece de escrúpulos, pero con tal desfachatez que no hace otra cosa que hablar de lo escrupuloso de su conducta?
Enrique Rojas, en su libro "La ilusión de vivir", explica que el cínico es desvergonzado, capaz de todo, maquiavélico. Pero con frecuencia intenta hacerse el prudente, dar lecciones de ética y mostrarse con cierta apariencia de persona tranquila, templada e incluso equitativa. El cínico, dice Rojas, no se compromete nunca, sabe muy bien mantener un estatus ambiguo, difuso, brumoso. Además, suele ser inteligente y por eso engaña a muchos.
Lo anterior viene al caso porque hoy, por desgracia, países de Latinoamérica como Venezuela y Bolivia han caído en manos de gobernantes cínicos que en su momento se presentaron a la ciudadanía tal como los describe Rojas. Inofensivos, tranquilos, víctimas de gobiernos dominantes. Pero tan inteligentes que bajo el disfraz de ovejas lograron incorporarse a la vida democrática de sus países y compitieron electoralmente. Además, supieron esconder muy bien sus limitaciones y fracasos buscando siempre algún culpable.
Se decían defensores de los pobres y víctimas de los poderosos. Sin embargo, cuando estos políticos cínicos apenas llegaron al poder, en un abrir y cerrar de ojos pasaron de víctimas a victimarios. Hugo Chávez, por ejemplo, cambió su piel de oveja por la de lobo autoritario y prepotente (recuérdense los insultos y amenazas que le lanzó a nuestro Presidente hace pocos meses). Además, el Presidente de Venezuela no tardó mucho en mostrarles a los venezolanos su verdadero rostro: el de un estatista y controlador de todo, hasta de la propiedad privada. En estos días el Congreso, controlado por Chávez, está por aprobar la ley de Redistribución de la Propiedad Inmobiliaria, con la que se expropiará todas las "segundas casas" de Venezuela, incluyendo las de descanso o de playa. Y todo esto para dárselas a determinados grupos, a los correligionarios de Chávez.
Evo Morales no se queda atrás. Apenas este lunes, el gobierno boliviano anunció que prepara la estatización de empresas. Además, el Presidente habló, al estilo Chávez, de "una nueva repartición de tierras" que se las quitará a sus actuales propietarios. Morales, quien lleva escasos dos meses en el poder, también amenazó a los ciudadanos bolivianos con expropiar tierras que no son aprovechadas en los llanos orientales de ese país si sus propietarios actuales no las devuelven al Estado de manera "voluntaria". El caso es que estos gobernantes izquierdistas, antes de llegar al poder, realizaron una contienda electoral muy hábil, basada en recursos simplones y chantajes sentimentales. Esto nos recuerda a una de las campañas actuales: la de Andrés Manuel López Obrador.
Por años, AMLO ha navegado con la bandera de víctima. Para este hombre cualquier movimiento de sus adversarios políticos es un complot contra su persona. Con frecuencia intenta dar lecciones de ética, de justicia y de libertad, sobre todo a los más desprotegidos. Incluso en la entrevista con López Dóriga sutilmente se comparó con Jesucristo. Mas a la hora de la verdad, cuando se enfrenta con temas trascendentes y polémicos como lo es el aborto, el perredista les saca la vuelta, los evade, no se compromete.
El colmo se dio la semana pasado cuando se negó al debate con los otros candidatos. Sus colaboradores declararon que AMLO no tenía por qué arriesgar su ventaja actual enfrentando a sus adversarios en un debate público. ¿Dónde quedó el respeto a la contienda y al electorado?En fin. Precisamente esa ventaja que hoy tiene en las encuestas se debe, más que nada, a que ha sabido manejar hábil e inteligentemente su larga exposición en los medios, aunque poco sepamos de sus ideas.
Retomando a Enrique Rojas, el psiquiatra también señala en su libro que la conducta del cínico no es fácil de desenmascarar. Que no se descubre de buenas a primeras. Sólo cuando uno ha caído en manos de una persona cínica descubre la realidad que se esconde bajo ese nombre.Ojalá que los mexicanos sepamos desenmascarar, antes de las elecciones, a esta clase de candidatos. Ojalá que nunca lleguemos a vivir lo que hoy están viviendo algunos países de Latinoamérica.
Comentarios
Dice que el cínico es,
- "desvergonzado", (él, que ha engañado con alevosía a tanta gente como "Catedrático UCM”, ¿qué es?).
- "capaz de todo" (esto lo sé muy bien / después de denunciarlo en el Colegio de Médicos, intentó internarme una 3ª vez - en realidad era una 4º -).
- "Maquiavélico" (mi especial reconocimiento a las madres que han sufrido el maquiavelismo de este sujeto).
En otro sitio también dice: “Nuestra sociedad está llena de cínicos ... Cínico es quien intenta dar apariencia de bien a lo que está claramente mal”.
Entre otros, lo llamo "el vigas", por lo de "la viga en el ojo ajeno.
De esos falsos que se creen listos y se cambian mucho más de chaqueta que los otros. De día se arrima al sol que más calienta y de noche - cuando el sol no está -, lo pone verde.
Va soltando nombres de la gente conocida que ha ido a su consulta, contando anécdotas de ellos y con ellos. Enseñar "sus relaciones", cuando éstas tienen un nombre conocido le va.
Se nota que lo hace con el fin de conseguir confianza, fiabilidad y admiración. No dice directamente si alguien es del opus o no, pero comenta, sin venir a cuento, "es una persona muy piadosa, de misa y comunión diaria" (y suele añadir, "que ha triunfado", "fíjate que carrera lleva" ...).
Todo esto contrasta con el secretismo que contáis. Por eso y por su afán de protagonizar (nunca he leído episodios individuales de protagonismo en el opus dei), no estoy segura que Enrique Rojas sea un "prototipo Opus".
Me parece más malo, más cara dura y más sinvergüenza, que todo lo que os he oído, con el agravante que es capaz de negar todo lo que ha hecho y dicho, aunque sea evidente. A Rojas - que se parece muchísimo al padre de mis hijos -, lo considero capaz de haberle hecho "la cama" a Escrivá, si hubiese podido. Por la espalda, claro!, porque lo de Rojas, es ir siempre por la espalda.
Del mismo modo que Rojas, por detrás se ponen moradas de calumniarte y de revolver lo que haga falta para que te quedes en la puta calle y sin un duro, y si puede ser pierdas el juicio de todo lo que te hacen pasar.
Y por delante de los demás ciudadanos mandan a fulanica, menganica y zutanico a hacerse los encontradizos en tal iglesia o tal lugar que saben frecuentas para saludar, todo delicadeza y simpatía: "Hola Ana ¿qué tal?"
La única contestatación posible es "vete a la mierda".
Manipulan el entorno, para que te desquicies tú solita.
Esto es lo mismo que hace Rojas, pero éste, no da oportunidad de esto o lo otro.
Rojas manipula el entorno antes de conocerte, de tal forma, que ya lleva cartas en la manga cuando se va a enfrentar a tí.
Cuando me conoció, más o menos me dijo, "¿No ves que mal estás? ¿cuántos problemas tienes con tus hijos?. Lo mejor es que pongas a nombre de tu marido las acciones de tu empresa, cambies a tus hijos de colegio, te mediques y te vayas a pasar una temporada a una clínica, para ejecutivos estresados, tipo americano". En realidad, quería decir en un psiquiátrico privado, bajo su control (él lo decía de otra forma).
No sé los otros, pero Rojas no me dio a elegir si hacía lo que él decía o convencía a mis hijos y a mi familia carnal de que era una enferma mental. Primero los convenció y después pretendió obligarme a hacer.
Quizás sea porque los hijos duelen mucho más que uno mismo y Rojas hizo sufrir a mis hijos, que sigo viéndolo mucho más malo que al resto. Y por supuesto, mucho mas rastrero. Aunque los monaguillos que colaboraban con Rojas, también eran de salir corriendo.