BESTSELLER TARDOFRANQUISTA

 La ciudad cierra a las 6, es penoso lo que están haciendo con España, contra costumbres y modos de vida ancestrales. Lamentable.

Gonzalo fdez de la Mora fue uno de los principales expositores de la línea inmovilista en el tardofranquismo. Si no era cooperador, cooperó. Su libro “El crepúsculo de las ideologías” un bestseller en la época,

y su propuesta de estado en obras, se convirtieron en el manifiesto doctrinal del sector tecnocrático inmovilista del régimen, estaban decididos a que los derechos políticos quedaran reservados a un reducido grupo de gerentes.

Influido por los escritos de Maeztu, la línea de pensamiento de Acción Española, portavoces de las “minorías dirigentes” como Mosca, Pareto, Michels, Ortega, Carl Schmitt, fue asiduo colaborador de la revista Arbor y ocupó los cargos de subsecretario de política exterior (1969), ministro de Obras Públicas (1970) y la dirección de la escuela Diplomática (1974).

Fdez de la Mora parte del análisis de la progresiva sustitución de las ideologías por los planes técnicos y económicos en los programas de gobierno de los países occidentales. Pero si para Bell o R. Aron el fin de las ideologías significa el triunfo del capitalismo en el plano económico y del régimen liberal parlamentario en su vertiente conservadora, en el caso de Fdez. de la Mora la afirmación del fin de las ideologías se convierte en una reivindicación manifiesta de los regíemnes autoritarios conservadores y más concretamente del franquismo.

Otros pensadores españoles de derecha habían argumentado que la dirección política tiene que quedar restringida a unos círculos reducidos, impidiendo que el sufragio universal igualara las opiniones, mediante la interpretación maximalista de la noción de bien común que puede ser independiente del resultado de una votación.

La novedad de Fdez de la Mora es que presenta sus argumentos de forma metódica y aparentemente desideologizada.

Frente al “ideólogo retoricista” propone “otro tipo de político”, el “experto”, el “técnico” cuyo bagaje intelectual “no es una ideología sino una ciencia.” Afirma que no existe un Estado ideal ni una fórmula constitucional perfecta, por lo que la sociedad en distintas coyunturas debe decidir el modelo que más le conviene, y que el Estado debe ser en definitiva “juzgado por sus realizaciones, por sus obras.

De igual modo como se refleja en su discurso de ingreso en la Academia de Ciencias Morales y políticas pronunciado en 1972, realiza una crítica total del modelo parlamentario, aduciendo que es imposible convertir en imperativo moral la idea de que la democracia parlamentaria sustentada en el sufragio universal inorgánico sea el mejor modelo posible dado que la voluntad general es algo que no existe y la opinión pública es además de cambiante sujeta a manipulación.

Pero dicho todo esto, Fdez de la Mora abandona estas argumentaciones racionales y afirma que no hay razón apodíctica para afirmar que, en principio, la democracia orgánica sea absolutamente mejor que la inorgánica para todo tiempo y lugar, pero sí “para reconocer que es más auténtica y que entre nosotros, ha sido más eficaz.”

En otras ocasiones exalta de manera totalmente acrítica tanto el régimen franquista como la persona de Franco: “En el contexto de la Historia, Franco es el hombre de Estado más importante que ha tenido España desde el Rey prudente. Recibió un país empobrecido e invertebrado y lo ha convertido en una gran potencia industrial y en una Monarquía robustamente institucionalizada. Recibió una nación de inmensa mayoría proletaria y la ha transformado en una sociedad de clases medias. Erradicó el analfabetismo y el hambre, nuestras dos pestes centenarias.”

Acabo de leer la descripción de G. Brenan de España en 1949, hacía 10 años que había terminado la guerra, y la miseria en Andalucía, los andrajos, el hambre y la suciedad que observó no los había visto ni en Africa. Prisa no se dio el dictador por acabar con el hambre y el analfabetismo, más bien sumió a la población más pobre y susceptible de ser de izquierdas en la miseria. Mató de hambre, separó hijos de sus padres, encerró en la cárcel, fue un déspota ejemplar, manipuló  a su entorno a placer, librándose en primera instancia de todo posible competidor, para que nadie le hiciera sombra.  Firmando condenas a muerte prácticamente en el lecho de ídem…Dos meses antes de palmarla cayeron sus últimas víctimas en consejo de guerra, no escuchó ni al Papa que pedía clemencia. El católico Franco. Una maravilla, un santo, otro para el santoral. Ya puestos. Visto quien le ha precedido no estaría mal. No iba a despintar. Qué maña nos damos para ensalzar demonios.

El resto lo hicieron capitales extranjeros y la posición geográfica de España. No desde luego  el hombrecito del Pardo, tirano como él solo, insensible, cazador, pescador, hacedor de quinielas, y con una mentalidad atrasada, militarista y dictatorial. Lo que hemos tenido salvo excepción.

Pero Fdez de la Mora fue de los beneficiados, con altos cargos, atado al carro de los opusinos aunque él presumiera de agnóstico kantiano.

Es obvio dice JL Rodríguez Jiménez en su libro “La extrema derecha española en el s. XX” que la crítica de Fdez de la Mora a las ideologías es más bien la condena de ciertas ideologías. Se trata sencillamente de su intento de adaptación ideológica del régimen franquista, al igual que el trabajo “política y desarrollo” de López Rodó y las elaboraciones sobre “desarrollo político” del equipo del Movimiento.

En el caso de Fdez de la Mora el modelo propuesto trata de obtener ventajas del progreso técnico sin incorporar al sistema los cambios políticos y culturales que aquel ha traído consigo. Por otro lado Fdez de la Mora entremezcla argumentos técnicos con otros de carácter emocional, compartidos por todas las agrupaciones de la extrema derecha española, como es la idea de que la democracia parlamentaria no es válida para España, dada la idiosincrasia de los españoles. Asimismo que hay que tener en cuenta que la opinión de Fdez. de la Mora y de otros miembros de la élite franquista contrarios a la apertura del régimen, en el sentido de que los ciudadanos estaban desmovilizados políticamente y desinteresados de cualquier proceso de reforma, era falsa ya que la despolitización estaba motivada en buena parte por diferentes sistemas de represión impuestos por el régimen.

Por último señalar que la valoración positiva de la interiorización de las creencias y la apatía política de la sociedad y la condena de los radicalismos nacionalistas, todo ello presente en El crepúsculo de las ideologías, eran ideas contrarias a lo que había sostenido la extr. Derecha española. Los postulados de Fdez de la Mora no fueron asimilados por ningún partido de ex. Derecha, lo que sí asumieron es la valoración del “estado en obras”.