EL CONTEXTO

 La fecha del 26, ¿será por festejar al turbosanto? ¿por qué el 26 y no hoy o ayer? las arbitrariedades.

Está bien que recuerdes esa entidad bancaria, en esta pequeña ciudad multitud de oficinas de Bankia o La General son hoy cajeros de Caixabank. Por ahora vencedor de las fusiones, pero curiosamente no veo noticias en las que se explique cuántos empleados han sido enviados al paro o jubilaciones a 50 a. Porque digo bien, no son ya oficinas sino simples cajeros, ATM, los empleados han desaparecido.

Dicen que bitcoin y tecnología blockchain es liberarse de los bancos que nos ponen sus condiciones y esclavizan, evolución tecnológica imparable. Incluso los Estados empiezan a sacar su moneda digital, como el Salvador, donde reina un palestino. Nuevo mundo a la vista. "Desbancarizar" e internacionalizar el patrimonio.

Leyendo a Angel Viñas, El gran error de la república, encuentro citado al cura historiador y nume Federico Suárez. También capellán real, recuerdo.


Dice Angel Viñas que el historiador opusino hoy fallecido defendía tesis muy queridas por la historiografía al servicio del franquismo y neofranquismo, que ya vamos por la cuarta generación, qué raro, no lo hubiera sospechado.

La idea querida es que el golpe del 18 de julio fue inevitable porque se estaba preparando la sovietización de España. Los auténticos y únicos conspiradores contra el estado de derecho legítimo republicano tachaban de conspiradores a los comunistas y socialistas. Que no tenían planes en el sentido de sovietizar. Pero así se hizo creer a los españoles socializados y educados en dictadura. Menos mal que llegó el salvador de la Patria.

Según Angel Viñas pretender conspiración bolchevique para España en la primavera de 1936 era una bobada.Sobre esa supuesta conspi vertió su bendición el "reverendo padre profesor Federico Suárez Verdeguer todavía en el año 2000.

No tuve el placer de conocer a tan distinguido historiador (yo sí), pero me llamó siempre la atención su advertencia que figura en el prólogo (al libro editado por la editorial de casa, "Manuel Azaña y la guerra de 1938") : "Sería deseable que los historiadores nos decidiéramos a trabajar respetando en su desnudez los datos que proporcionan las fuentes, sin aferrarnos a nuestra opinión y teniendo la honradez de rectificar cuantas veces la crítica demuestre su inconsistencia. Y, sobre todo, a no erigirnos en jueces de vivos y muertos":

Comenta Viñas a estas palabras del capellán historiador:

"En principio no una mala recomendación, pero difícil, si no imposible, de llevar a la práctica. ¿Qué significa la desnudez de los datos? Los datos solo cobran su relevancia en un contexto determinado y en relación con las preguntas que se les planteen (ya lo dijo EH Carr, que no figura entre los autores consultados). Sobre este contexto se proyectan las cualidades personales y profesionales del historiador, a su vez inmerso en un mundo cultural e ideológico propio. Afortunadamente, no somos como los mejillones. Las fuentes deben, en todo caso, ser objeto de crítica textual, contextual, interna y externa. Y es aquí donde el padre Suárez Verdeguer falla estrepitosamente. (Y donde averiguamos que Viñas está lejano a la gran familia, porque en ella padre solo hay uno, y no es el del Padrenuestro.)

Las suyas son, con alguna que otra alteración, las manejadas por el Ministerio de (Des)Información y Turismo, los hermanos Moreno Alborán y el general Díez de Villegas, pasadas por los fascistas franceses de los años 30 (entre otros un tal Marcel Chaminade) y por Maíz (el secretario pamplonés de Mola, gran inventor de fantasías históricas, según muestra Viñas en el libro). En ningún caso fueron "datos". No lo serán nunca, excepto para escribir sobre las interpretaciones (o estupideces) de los autores profranquistas.

Suárez Verdeguer tomó como palabra de Evangelio (que supongo conocería mejor que la política internacional del período de entreguerras) una aportación notable: el levantamiento comunista debía ser simultáneo en Francia y España. Lo dicho: la civilización cristiana occidental se enfrentaba a un peligro no mortal, sino "mortalísimo". No exagero. A mitad de junio, según Féliz Maiz, se reiteró desde Moscú:

"Nos hacen falta jefes que no sientan hacia la burguesía más que odio mortal. Que preparen al proletariado para una lucha implacable, que no vacilen en usar los medios más violentos con cuantos se interpongan en su camino. Camino de nuestra Revolución, que ha de ser la guerra civil más encarnizada que jamás ha conocido la historia".

Es decir había que no solo galopar a toda prisa, sino dispararse. ¿No repetiría el padre y profesor Suárez Verdeguer que el 10 de junio debía reunirse en el local de la biblioteca de Chamartín de la Rosa, calle Pablo Iglesias 11, la flor y nata de la revolución? Maurice Thorez, Vincento Auriol, Marcel Cachin, Largo Caballero, Dimitrov, Carrillo, Pepe Díaz, Paco Antón y Juan García Oliver. ¡Que no se diga que los historiadores de fuera del pensamiento antifranquista no saben manejar sus fuentes! Al opusdeísta, que sin duda conocía muy bien el latín y quizás igualmente el italiano, podría reprochársele además que no tuviese la menor idea de lo que la historiografía internacional ya había aportado de novedoso sobre la política soviética del período. 

Tampoco que ni se hubiera dado cuenta de que la propaganda derechista antisoviética había crecido en intensidad hasta límites insospechados a medida que se acercaba la explosión (no podríamos decir que el eminente autor opusdeísta era muy ducho en descifrar los problemas o problemitas de la historia contemporánea). Los avances que Suárez Verdeguer hubiera debido conocer, pero desconoció, continuaron a ritmo acelerado una vez que, tras el colapso de la URSS, los archivos moscovitas se abrieron a la curiosidad de los investigadores propios y occidentales.

Volviendo al incombustible Maíz, los servicios de información de Mola detectaron "un aumento de actividad en el ritmo de los  preparativos rojos". El ilustre cuentista navarro dio varios ejemplos. Menos mal que la CNT no había aceptado la designación de Largo Caballero para la Jefatura del Sóviet Español, aunque no fue consuelo, porque la nave revolucionaria navega deprisa, lanzando cabos a babor y estribor"(...)


Desde ant4es de la guerra civil y después de la muerte de Franco nos parece evidente que uno de los puntos esenciales del canon en el que se nutrieron, a la fuerza, varias generaciones de niños y niñas españoles fue el de la necesidad perentoria, urgente, imprescindible de alzarse en armas para salvar a España de caer en manos del comunismo soviético (porque el nativo no era sino un juguete manipulado desde Moscú). La referencia al padre Verdeguer la hemos introducido como mera ilustración de que en los albores del siglo XXI, el cuento subsistía en historiadores respetados. Podríamos haber mencionado otros".

Y se refiere al Dictamen que Ramón Serrano Súñer escribió en 1938 como justificativo de la insurrección de su cuñado Franco y otros generales contra el gobierno legítimo de la Segunda República.

No se puede separar el invento que nos colocó una vocación, del sistema político español salido de la guerra 1936-1939. Hacer historia ficción del escrivariano planeta prescindiendo del contexto social e histórico en el que nació, creció y ya veremos si murió, es seguir en la inopia y dar por buena la leyenda que nos encasquetaron en la adolescencia. 

Maduremos e ilustrémonos. No cuesta tanto. 

el gran error de la republica-angel viñas-9788491992769El gran error se refiere a que el gobierno republicano tenía suficientes evidencias de que monárquicos, militares, falangistas, carlistas estaban conspirando, pidiendo apoyos en el extranjero para echar abajo el sistema político que no les favorecía, no les gustó el resultado de las elecciones de febrero del 36, victoria del Frente Popular. Pero ya desde 1932 se hacían viajes a Italia pidiendo apoyo a Mussolini. Y hay documentos que prueban que las informaciones llegaban pero no se hizo nada o poco o no lo suficiente. Ese fue el error: minusvalorar el peligro.


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