OTROS INFIERNOS

Patricia Blanco estuvo 15 años en una Orden religiosa de las "Nuevas" y controvertidas. Experiencias similares que me contó en su momento, hace 3 años. Acaba de publicar sus memorias en Francia. Como ha cundido el mal ejemplo del fundador/a visionario, cuyos más leves estornudos son voluntad de Dios.

En este caso se trata de una comunidad llena de normas incompatibles, la señora fundadora corre el riesgo de subir a los altares, cuando a mi parecer fue otro "fake". Quiso mezclar en la misma ensaladera la vida de las dominicas, de donde procedía, con la de los Cartujos de San Bruno, con el Carmelo y no le dió tiempo a "ver" más, y salió una mezcla improcedente que Patricia describe bien. 

Esta señora fundadora tuvo su visión en 1950 en plena Plaza de San Pedro, me parece que cuando el Papa proclamaba el dogma de la Asunción de María. Y las primeras que le siguieron fueron como una rama de las dominicas de Santo Domingo de Guzmán. Luego quiso darle un giro contemplativo. Y lo que está claro es que si han perseguido teólogos en las fundaciones Roma no ha puesto orden. Qué caos de vida.

Qué gusto oír hablar así a un jovenzuelo, la izquierda y su problema es la redistribución, la justicia social, no el "territorio" y los "derechos históricos". Estupendo, aunque la pinta de niño bien es sospechosa, a saber quien lo patrocina, pero la cabeza amueblada y pronuncia argumentos que no habíamos oído en 40 años. No importa dónde vives sino cómo, la izquierda fagocitada por los nacionalismos vasco, catalán, gallego. Y la comunidad autónoma como patria de los adolescentes españoles, he podido comprobarlo. Si no fuera por la selección de fútbol no existiría España en su imaginario. 

De todas formas vivimos momentos retro, cuasi totalitarios, con normativas y disposiciones que no se sabe muy bien de dónde nos están viniendo. Ya lo dijo Gunther Anders en  La obsolescencia del hombre (1956): 

"Para aplastar  por adelantado la mínima idea de sublevación no hay que actuar violentamente. Los métodos de guerra de Hitler están pasados de moda. Basta con crear un condicionamiento colectivo tan fuerte que a nadie se le va a ocurrir sublevarse. .

Lo ideal sería formatear a los seres humanos desde el nacimiento limitando sus aptitudes biológicas innatas. Luego vendría el condicionamiento reduciendo de modo drástico la educación, para reducirla a "inserción profesional". Un individuo inculto solo tiene un horizonte limitado de pensamiento, y cuanto más se limite a pensar en preocupaciones mediocres, menos se le ocurrirá rebelarse.

Hay que lograr que el saber sea cada vez más inaccesible y elitista. Que crezca el abismo entre el pueblo y la ciencia, que la información destinada al gran público esté anestesiada de todo contenido subversivo".