OPORTUNAS MUERTES. LOS PRINCIPIOS

Las casualidades que de tan frecuentes se convierten en causalidades. Ya era hora de que alguien lo señalara.

En puertas del juicio, en puertas de escribir el libro testimonio, en puertas de dar el testimonio definitivo...llegó la parca y les solucionó el problema. En este caso al PP, pero este modo de solución no lo inventaron en Génova Strasse. Por si acaso nombra que no hay que caer en complots "royueleros". Quienquiera que haya pasado por audiencias y juicios se maravilla de que nunca se cumplan las conveniencias, vamos hasta el final de la condena. 

Hay niveles de españoles, aquellos a quienes San Pedro ayuda y aquellos a quienes todo pedrisco les estropea el campo. A pesar de su honradez y rectitud. Cuando los corruptos están a los mandos, necesitan protegerse y por ello atacan.

Hace falta fijarse con precisión, detención, detalle durante largo tiempo, atravesar la superficie. Lamata observa y sabe, está superinformado y es capaz de unir la línea de puntos. España no es solo un conjunto de tontorrones, algunos hilan fino y me alegra, con independencia de donde salga el Buitre,  agradezco sus siempre interesantes piezas que trazan una historia de los medios españoles y diversas polémicas políticas actuales y pasadas. 

Hartos de tragar carros y carretas de mentiras gordas como camiones y tapaderas del mismo porte. Pues los medios corrientes informan recortado y adecuado, machacando lo que interesa y escamoteando lo que no.

Aludo de paso a Enrique Vila, abogado que fue habitual en los platós televisivos hace 10 años, al explotar el tema bebés robados del franquismo. Como es asunto histórico y los culpables reposan en nuestros cementerios, el asunto es televisivo. Pero rige el veto sobre el actual abuso que nació de aquel. Porque según dicen en este canal, retirar menores a su familia e ingresarlos en centros tutelados por la Administración es un negocio. Muchos tienen sueldo y otros se forran gracias al encierro desdemedido de pequeños españoles. Los técnicos de los servicios sociales de las diversas autonomías deciden la tutela y arrebato a los progenitores sin pasar por juez, fiscal, forense. Para echarse las manos a la cabeza.

Otra rama que en 2023 procede directamente del tronco franquista.

Además de la nuestra.

 Excluida del proceso de beatificación por "enemistad" declarada, ya que od merece veneración de por sí, para algo lo hizo Dios, Rosario Badules López, que entró en los años 1940, los principios, dice:

Pertenecí durante muchos años al od y conocí bastante bien al founder. Como creo sinceramente que el padre E. no poseía las virtudes ni normales ni heroicas que justifican su beatificación, me veo con el deber de conciencia de dar un testimonio que se me negó en el proceso.

Ingresé en el od en la llamada época fundacional, en la que éramos un número muy escaso de numerarias. Lo abandoné bastantes años más tarde, por los motivos que voy a expresar a continuación. Porque aunque me di cuenta muy pronto y comprobé más tarde que el Fundador era un psicópata con delirios de grandeza, fue el espíritu del Vaticano II el que me hizo comprender claramente que debía abandonar el od. Voy a centrarme en los motivos que me llevaron a tomar, por otra parte dolorosamente, esta decisión. Debo confesar que nunca me he arrepentido de haberme decidido a hacerlo. En medio de las luces y sombras que toda vida humana tiene, me he sentido siempre libre y con paz. Y nunca dejé de profesar la fe que recibí de mis padres.

Motivos por los que abandoné el Opus

el fanatismo de la obra

La obra era una finalidad en sí misma. No camino, sino fin. Este fin lo justificaba todo, hasta lo injustificable: fuga de divisas hacia Roma para la construcción de grandes y lujosos edificios, desprecio de personas que no interesaban, etc. Las personas eran meros instrumentos al servicio de la Obra. Quien  no tenía dinero, poder, estudios, tiempo disponible era desechado.

Oí comentar una vez a Encarnita Ortega que a ella le costaba mucho hasta dar un vaso de agua a alguien que no pudiera aportar algo a la Obra. He visto cómo se utilizan las personas y cómo se valora en ellas el tener y no el ser. Se obligaba a amar sin límites a la llamada "nuestra madre guapa la obra" y al founder.

Como buenos hijos, no se podía consentir que alguien la injuriase. Porque entonces todos los medios eran buenos para vengar la ofensa. Resulta curioso que socios del od, que en otros temas pueden ser serenos y dialogantes, en cuanto tocan a la o y al fundador, se convierten en personas cerriles y violentas. Cosas típicas de las sectas. El ambiente en los centros se movía en la idea de que la O era perfecta. El único camino es la aceptación sin objeción del llamado espíritu. Y la docilidad más completa a sus múltiples y en muchos casos, extraños mandatos llegados de Roma, en "notas" que había que cumplir a rajatabla.

Nadie se atrevía a objetar algo en contra. Un pequeño comentario era considerado una falta de unidad. Y en esto, como en el sexto mandamiento, todo era materia grave: ataque a lo que debía ser "férreo, sagrado e intocable". El sistema era totalitario, agobiante y opresivo en donde no se admitía ni la sombra de una crítica, "la Obra es perfecta, las constituciones son santas, perpetuas e inviolables". "El od existirá mientras haya hombres sobre la tierra. La O es el remedio a todos los males, la solución a todos los problemas, la milagrosa farmacopea para curar todo tipo de enfermedades...Vamos, que eran muy humildes.

Insistiendo en la utilización de las personas al servicio de la O, una prueba más de esto son los socios supernumerarios. Interesan por el dinero que entregan abundatemente a través de una aportación económica mensual obligatoria, como semillero de vocaciones y medio de conseguir prebendas a través de los que tienen algún tipo de poder. Y nada más. Se les carga de rezos y normas de vida más propias de un religioso que de unas personas laicas, normas difíciles de compaginar con una vida profesional y familiar normal, convirtiéndolos en personas piadosas y rezadoras, viviendo muy a gusto con sus riquezas, pero sin preocupación ninguna hacia los pobres, marginados, enfermos, viejos. Es decir: hacia los pobrecitos con los que se identifica nuestro Jesús de Nazaret. No conozco a ningún empresario del Opus que con sus empleados haya sido más justo que otros. No conozco a ninguna supernumeraria que con sus sirvientas haya sido más humana, más cristiana que otras. No conozco a ningún poderoso del Opus, banqueros, políticos etc. que hayan procurado una sociedad más justa.

Son muchos los medios que utilizan para formar fanáticos:

a) la dirección de la directora en la llamada Confidencia Semanal, en la que hay que contar todo lo que piensas, un verdadero lavado de cerebro.

b) los medios de formación: con el fin de que no parezcan ignacianos en lugar de ejercicios espirituales se les llama cursos de retiro, y constan de 5 días. Días de retiro mensuales y una vez al año los cursos anuales que duran 23 días y que constan de clases del famoso espíritu de la O y hace unos años se empezó a estudiar teología.

A través de todos estos medios se repetía una y otra vez que nuestro buen camino es la O el Buen Pastor es el "padre" y nuestros únicos confesores son los sacerdotes de la O y nunca los otros. "La ropa sucia se lava en casa". Yo vi una vez muy enfadado al fundador porque se enteró que una numeraria se confesó con un sacerdote de los que llamábamos de fuera.

c) las lecturas espirituales: se limitaban a los libros de la editorial Rialp. Había unas publicaciones internas que se llamaban Noticias donde se referían hechos que sucedían a las asociadas, donde todo era positivo y aleccionador. Nunca sucedía nada que no fue laudatorio para la O y para el "padre". Se nos instaba a que escribiéramos relatos para esta publicación, pero cuando después veíamos nuestros escritos en esta revista, no los reconocíamos porque todo era retocado y cambiado y del original quedaban los nombres.

d) tertulias con las superioras: alguna vez aparecian por las casas las superiora regionales (sic). Entonces solían contar cosas del Padre. Todo lo referente a este señor estaba sacralizado, cualquier tontería que decía o hacía adquiría proporciones enormes de importancia.

Los socios od tienen el concepto, naturalmente recibido en su formación, que trabajar para la o es tan bueno que, ante cualquier asunto que se refiera a ella, se sacrifican todos los demás, familia, caridad, justicia, deberes con los demás. A una numeraria hija de madre viuda, se le avisó de que su madre moría tras una enfermedad en la que apenas vió a su hija. Al recibir la noticia la hija dijo "que procuraran alargarle la vida porque ella tenía mucho trabajo y tardaría en poco en ponerse en viaje".

e) ausencia de caridad: al comienzo de mi ingreso en opus, el founder vio que una chica del servicio salió a la calle sin medias, era el año 1945 y me dijo que la despidiera. AL día siguiente me llamó por teléfono:

-¿has despedido a la sirvienta?

-No, Padre, me ha dado pena echarla a la calle.

Montó en cólera:

-¡Pena solo con la obra! despídela inmediatamente.

¿Y qué decir del trato que recibimos cuando abandonamos el Od?

Se dice mucho que en la obra es difícil entrar pero muy fácil salir. Como en tantas otras cosas uno es lo que se dice y otro lo que se hace. Salir es un verdadero drama, porque te vuelven loca. En el programa de La Clave se comentó los traumas con los se encuentran quienes se van. En primer lugar, la soberbia colectiva de creerse los mejores, los únicos en línea de salvación, les hace dudar de que abandonando el o logremos la gloria eterna. Y en segundo lugar porque después de muchos años y como en mi caso, de muchos años de su trabajo agotador, te echan a la calle con lo puesto, sin seguridad social ninguna, no te devuelven lo que has entregado y te borran de su historia. Esto en los mejores casos, porque con las personas que consideran peligrosas porque conocen sus entresijos, no se tiene inconveniente en calumniarlas con las falsedades más horribles para desprestigiarlas. Lo han hecho y lo están haciendo, los archivos vaticanos dan abundante material de lo que son capaces de hacer.

Recuerdo con asombro el diferente talante que tienen con los ex de Órdenes religiosas. Cuando me fui del o, pasé una temporada en una residencia de religiosas y allí había tres ex monjas de la misma orden, y las mantenían hasta que encontrasen un trabajo. Me produjo un gran asombro comparándolo con la hostilidad que recibía del mundo en el que había trabajado tantos años. Cuando me encuentro con alguien, todavía hoy después de 20 años, que pertenece, salvo excepción no me saluda.

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