GRAN REVUELO

 "De gran revuelo" calificó la prensa de 1976 la aparición del libro de M Angustias Moreno "El Opus Dei. Anexo a una historia", causa por la cual, (seguían diciendo los comentarios de la prensa) los "fidelísimos" intensificaron su campaña en pro de la urgente beatificación de su fundador. 

Como consecuencia era necesario invalidar cualquier opinión menos favorable respecto al caso, por sincera y auténtica que fuera. Había que invalidar todo lo que escapara a la selección de documentos que la Obra siempre efectuó sobre todo lo referente a su fundador  o a la doctrina del mismo.

Por lo que, ante la imposibilidad de rebatir el contenido del libro de M Angustias, ante la imposibilidad de encontrar algún hecho realmente denunciable que pudiera desprestigiarla, decidieron calumniarla acusándola de "lesbiana"; decidieron montar una campaña de descrédito hacia su persona.


Para ello se eligieron sacerdotes de la Obra de especial cualificación, como eran: D. Benito Badrinas Amat (Vicepostulador de la causa), D. Emilio Navarro Rubio (muy vinculado al milagro de la causa), D. Severino Monzón Romualdo (actual vicario de Zaragoza), d Antonio del Vals, d. Ernesto Peñacoba Muñoz-Chapuli (entonces vicario de Sevilla), d. Juan García Llovet (actual vicario de Santiago de Compostela), d Tomás Gutiérrez Calzada (Vicario en España).

Sacerdotes que de dos en dos, y en distintas ciudades, como Madrid, Barcelona y Sevilla, se dedicaron a visitar por sorpresa a personas que ellos suponían que apoyaban a M. Angustias en el contenido de su libro, algunas porque así lo habían manifestado en carta dirigida a la prensa, en la que agradecían que al fin hubiera habido alguien que se hubiera atrevido a hacer pública una experiencia tan clara y auténtica. Personas que habían leído el libro, muchas de las cuales ni conocían a la autora.


Había que atajar cualquier posible divergencia sobre las excelencias que de la O y del Padre debían transmitirse.

La visita antes mencionada consistía en advertir a las personas de la perversidad de la autora, pensando que de esta manera todo lo que está pudiera decir quedaba desautorizado. Las actuaciones consistían en:

"Hemos venido a decirte que nada de lo que diga o escriba M. Angustias Moreno es válido, porque sabemos y tenemos pruebas de que es una persona totalmente corrompida".

"El libro está escrito por una persona que no ha vivido la castidad", "porque había tenido relaciones con chicas".

Había que desprestigiar a la persona. Y había que hacerlo, así se lo dijeron a otra de las visitadas en razón de que ellos dijeran. La historia es larga y la propia M. Angustias las cuenta en otro libro que publicó con todo este tema, La otra cara del Opus Dei, y que ahora incluye en la 5ª reedición de su libro El Opus Dei. Anexo a una historia, formando con las dos publicaciones un solo volumen.

El tema fue que por un elemental sentido de defensa de la verdad, M. Angustias decidió poner una querella a las personas que la habían calumniado (en este caso sacerdotes). Con el único deseo de que las aguas volvieran a su cauce por el camino más legal y fiable, dada la envergadura del tema.


El 24 de agosto de 1977 el abogado Gil Robles y Quiñones confirmaba a M. Angustias su aceptación para la defensa del caso. Durante todo un mes el abogado opus d. Ramón Más Calvet, cuenta la autora, visitó a d. José M. Gil Robles casi a diario intentando parar el caso, para lo que ofrecieron incluso los millones que hicieran falta. "Negociaciones" mediante las cuales no lograron que la autora desistiera, como muy bien recoge la carta del abogado Gil Robles de 30 de septiembre del 77.

La querella estaba en marcha y presentada en los distintos juzgados de las tres ciudades antes citadas, con la única pretensión (según la interesada) de que en el acto de conciliación hubiera avenencia. Lo único que se pedía para dicha conciliación era:

1. Que cada uno de ellos reconociera que era miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Sta Cruz y Opus dei.

2. Que ostentaba o había ostentado puesto de dirección en dicha Obra.

3. Que acompañado (cada uno por el que le correspondía) había visitado a personas en la ciudad correspondiente.

4.Que ante estas personas visitadas formuló imputaciones contra M. Angustias Moreno Cereijo, asegurando que era una pervertida sexual y una lesbiana y que había intentado pervertir a otras jóvenes pertenecientes a la Obra.

Que cuando realizó estas visitas tenía conocimiento de que M. Angustias había publicado un libro titulado El Opus Dei. Anexo a una historia.

6. Que las visitas a que se refiere el n. 4 fueron hechas a personas que habían firmado  y publicado una carta solidarizándose con M. Angustiasf con motivo de la publicación de su libro.

7. Que reconoce que las imputaciones hechas a M. Angustias Moreno Cereijo obedecieron a informaciones que han resultado falsas.

8. Que, en consecuencia, reconoce y declara que esas imputaciones son gravemente injuriosas y calumniosas, por lo que las rectificaciones totalmente en este acto, estando dispuesto a dar a la Sta. Moreno Cereijo las reparaciones morales procedentes por el daño que se le ha causado.

9. Finalmente que se compromete y obliga a enviar copia del acto de conciliación a todas las personas que visitó haciendo las imputaciones referidas a las srta. Moreno Cereijo con una carta suya de simple remisión de copia, hecha por conducto notarial.

Así hubiera podido acabar todo. Pero no pudo ser. Al sr. Gil Robles no le extraña, "representa, dice el abogado, una más de las maniobras que nos espera, y para las que debemos estar preparados".

Las querellas siguieron su curso en las distintas ciudades rodeadas de acontecimientos extraños. Hasta que con fecha 1-4-78 el sr. Gil Robles empieza a hablar de "dificultades" ya por su parte "porque los hombres de la Obra han logrado ocupar un puesto de gran importancia en el mundo judicial". A partir de entonces el tema de las querellas acababa prescribiendo sin más resultados.

Lo grave, lo tremendamente grave en este caso, no es ni siquiera que la justicia sea manipulable, aún siendo algo tan serio, lo grave es que para la OdD esta forma de actuar sea ni más ni menos que uno más de sus recursos. Lo tremendamente grave es que para canonizar a Monseñor Escrivá, para que nada ni nadie tena la más mínima posibilidad de enturbiar las excelencias que los "fidelísimos" tienen previstas, estos sacerdotes de la O no tengan el menor reparo en calumniar  y en utilizar todo el poder de la O para impedir que la verdad, la libertad de conciencia de cada uno, pueda abrirse camino, para que sólo su mentira y su calumnia puedan aparecer como verdad.

















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