Anticlericalismo III. Curas en la familia del fundador
En el verano de 1936 se repitieron los desenterramientos de
monjas. Pero hubo muchas menos monjas asesinadas que curas y frailes. Y a pesar
de las incitaciones de algunos anticlericales a violar monjas, la llamada no
tuvo seguidores en 1936.
El obispo Montero Moreno publicó en 1961 la cifra de 283
monjas asesinadas. Pocas si se compara con 4.184 sacerdotes diocesanos y 2.365
frailes. Y todo teniendo en cuenta que más de la mitad de las monjas españolas
quedaron en la zona republicana.
Dicen que la diócesis más castigada por los asesinatos de
curas fue ¡Barbastro! Precisamente. El 87 por ciento del clero fue pasado por
las armas. Más claretianos, benedictinos, escolapios que había en la ciudad.
Recuerdo a Carlos Albás, el sobrino de Escrivá, desgranando la nómina de
“personas religiosas” que había en su familia, especialmente en los Albás, la
madre de Escrivá era una Albás. Pero los revolucionarios dejaron en paz a las
monjas. Como mucho las obligaban a tareas de asistencia social. La matanza más
numerosa de monjas tuvo lugar en Madrid, 23 adoratrices fusiladas en el
cementerio del Este.
¿Por qué se perdonó la vida a las monjas? Dicen que porque
se las veía menos relacionadas con el poder político. Que se sospechaba eran
obligadas por confesores, Los jesuitas
sobre todo eran quienes de verdad tenían la capacidad de influir en ellas. Ellas
no eran culpables como los curas y frailes.
Pocas oportunidades sociales y profesionales había para las
mujeres españolas de la época. Las órdenes religiosas continuaron siendo una
alternativa a la marginación de la mujer. Además crecían las vocaciones de
“vida activa”, muchas monjas eran profesoras, enfermeras, trabajadoras
sociales. Las Hermanitas de los Pobres salieron ilesas de la persecución, y en
todo caso se criticaba a las monjas por quitarles el trabajo asistencial a las
mujeres obreras que “sí sabían lo que era cariño de madre.”
España no es el país del feminismo por ningún lado que se
precie.
Por estar engañadas, porque la renuncia al sexo y a la
maternidad era antinatural, el pueblo revolucionario quería liberarlas. Así se
lo dijo el cabecilla que asaltó el convento de las Arrepentidas de Barcelona de
1909: “Hemos venido a poneros en libertad, y a quemar el convento.”
En el vídeo a partir del 4:50 Carlos Albás, sobrino segundo del founder, detalla que la madre del founder, Dolores Albás tenía nada menos que dos hermanos curas, uno de ellos arcediano del Pilar, un tercero que al enviudar se hizo sacerdote. Curas por todas partes, como corresponde a la zona del Somontano de la época, hablamos de hace un siglo.
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