Los Valls. Eros y ágape explicados por Hans Küng.
Hola Marta que preguntas sobre otro Valls, es sobrino del numerario Lluis, hijo de su hermano Xavier. He encontrado este texto que lo confirma:
Xavier Valls contrajo matrimonio en Barcelona el mes de mayo de 1973 con Cristina Muls y Delassue, de nacionalidad belga. El matrimonio tiene dos hijos, Cristina, nacida el 11 de julio de 1975 y Luis Javier que vino al mundo el 20 de diciembre de 1982. La educación y preparación de los Valls-Taberner Muls ha sido exquisita, ya que los idiomas y la formación empresarial han constituido una meta primordial en su instrucción completándola en diversos países como Suiza, Estados Unidos, Austria e Inglaterra. Cristina Valls ha frecuentado el Institut Catholique Mont-Olivet de Lusanne, la Saint Catherine School de Monterrey (California), la Portsmouth Abbey School y los reputados Studentinnenheim und Kulturzentrum Wahring de Viena y la Segel-Surt-Tennis Schule de Mondsee en Austria. [Se aventuraba que sería consejera del Banco Popular Español. Hasta 2006 era considerada una joven y prometedora empresaria, que incluso en 2002 recibió un premio como “Líder del mañana”. Las cosas no empezaron a ir bien en sus tiendas desde hace tres años].
Desde la definición dogmática de 1854 se ha ido abandonando en creciente medida en la teología moral católica la hasta entonces tradicional doctrina de la progresiva animación del feto humano, defendida por Aristóteles, Tomás de Aquino y los escolásticos barrocos españoles. Todos estos autores aceptaban que la persona humana no existe todavía en las fases vegetativa y sensitiva del feto humano, sino sólo en la tecera fase, dirigida por el alma espiritual. Por el contrario, a partir de la susodicha definición papal se afirma –con argumentos no tanto biológico-médicos como teológico-dogmáticos- que ya en el óvulo fecundado reside un ser personal, lo cual tiene como consecuencia una considerable radicalización en lo relativo al aborto.
Xavier y Lluis Valls |
Está sacado de un largo artículo en el que se cuenta la historia del Banco Popular desde 1926 hasta 2008. Se parece a uno de esos artículos de las publicaciones internas del Opus, todo triunfos y maravillas. Es un poco cargante. Pero da muchos nombres, auténtico listín telefónico de ciudadanos que han trabajado en el Popular, supongo que muchos habrán sido o seguirán siendo numes, super y cooperadores. Está mencionado Ruiz Mateos, al que volvieron loco y no me extraña, le quitaron todo, con la ayuda de Lluis Valls para no caer él. Menuda selva... Si alguien tiene paciencia de léerselo me parece que aporta, y si alguien ha conocido o trabajado en ese banco puede hacer comentarios a esta loa del Popular y de sus presidentes.
Oye muy buena pista, así que pollo pera es amigo del próximo salvador de España que se nos viene encima. Gracias. Qué pedazo de documento este encuentro digital:
La pregunta 5 entre lindos anda el juego...cuanta sinsorgada, no es extraño viniendo de esos ambientes. Qué vacío transmiten. Y van de moralizadores de España con su gomina. A la de la pregunta 15 que va buscando novio guapo y rico la manda a regar a su pija manera... No entiendo que encuentre un guía espiritual en el nuevo candidato que viene a renovar la vida política española. Va de eso el tipo. Ya ha cumplido, la cárcel ha hecho de él alguien más maduro...Y se ha ejercitado de director espiritual en la cadena televisiva más adecuada para dirigirse espiritualmente...
La pregunta 28 sobre las inquietudes espirituales de un joven de la alta burguesía española haría las delicias de Freud.
Y Cristina Valls, la hermana, ¿no se casó con el dueño de Mango?
Por mi parte me abrevo en otras fuentes.
EROS Y AGAPE: EXPLICADOS POR HANS KÜNG
en su libro “Lo que yo creo” 2011
Intentan desacreditarlo, diciendo que no es católico, poniendo esa búsqueda en Google en inglés y en español. Pero es mentira: Küng es católico, de los más lucidos, prolíficos y abiertos que viven en el mundo real, no en un palacio vaticano. Que se ha preocupado de llevar la teología de manera asequible a todo tipo de gentes a lo largo y ancho del planeta. Küng es sacerdote católico.
Explica cómo hilando dogmas, bastante discutibles, se llegó a las campañas del “sí a la vida” como si ellos fueran los inventores de la misma.
Ya sé que por definición “dogma” no se discute, pero hay que conocer su historia, quién, por qué y en qué momento histórico se definió cada uno de los dogmas para sacar las oportunas consecuencias sobre “lo que es y lo que no es”.
Soy fan de este teólogo y no lo voy a disimular. No conozco otro intelectual católico valiente como él, que ha afrontado todas las dificultades posibles dentro de la iglesia y fuera de ella y que sin embargo ha salido adelante. Con una inquebrantable fe en la vida y fe en Jesús de Nazaret, una confianza que no es nada edulcorada, ni mucho menos tradicionalista ni ritualista. Ilustrado, primero en teología, estudió en la universidad Gregoriana de los jesuitas. También en filosofía, hizo una tesis sobre Hegel en París. Y a partir de ahí, fue consultor en el concilio Vaticano II y ha sido uno de los impulsores más decididos del diálogo entre las diversas confesiones cristianas y entre las religiones del mundo.
Ha escrito volúmenes imprescindibles sobre las tres grandes religiones proféticas. También ha profundizado en las tradiciones hinduísta, budista y del confucianismo. De ahí salió el primer libro que cayó en mis manos “En busca de nuestras huellas”, sobre las religiones mundiales. Este libro fue fruto de un documental previo para la televisión alemana en el que iba recorriendo los lugares donde han nacido las tradiciones religiosas de la humanidad, y explicando sus características.
Por otra parte Küng está atento a todos los retos históricos que le ha tocado vivir, es de la edad de Ratzinger, así que ha contemplado prácticamente todo el siglo XX y lo que llevamos de éste.
Ha puesto en diálogo la teología con los avances científicos sobre el origen del mundo y del hombre, con la economía, con la política, se ha interesado y escrito textos de referencia sobre todos los desafíos éticos de la humanidad: la mujer, la ecología, la economía global. Ha creado una Fundación para una Etica Mundial con sede en Tubingen, la universidad donde ha enseñado durante más de cuarenta años. En definitiva, un ser humano a la altura de los tiempos que corren, luchador infatigable por abatir barreras. Un hombre que se puede ir satisfecho de este mundo, ha puesto todo su talento, su visión de conjunto y de creyente al servicio de la humanidad.
Sus dos volúmenes de memorias “Una verdad controvertida” y “Libertad conquistada”, (está preparando un tercero), son una delicia, amenos e instructivos sobre las recientes décadas de historia de la iglesia y del mundo. Muy activo, viajero, curioso, deseoso de aprender de todos los seres humanos con los que se ha encontrado. No le han faltado los problemas, las zancadillas, los sufrimientos, decepciones de falsos amigos. Una vida intensa y bien aprovechada. Como Juan Pablo II ha debido de hacer con menos espectáculo y Dios sabrá si con más provecho la vuelta al mundo. Pero con un espíritu muy diferente, no de reconquista de la “cristiandad”, ni de cruzada, ni de discursos ante grandes masas. Ha impartido conferencias sobre teología hasta en las islas Fidji, y ha trabajado para diversos organismos internacionales, porque si hay un hombre experto en tender puentes donde parece imposible ese es Hans Küng.
¿Cómo? ¿Tan famoso y no es de los nuestros? Ya se puede intuir que los odiadores, mezquinos, envidiosos siempre atentos a la paja en el ojo ajeno ni lo podían ni lo pueden soportar. Küng supo resistir, da testimonio de ello en sus memorias, los cantos de sirena que Opus lanza a todo hombre de iglesia destacado. Tan competente y no alineado ni pariente de la gran familia no hay más remedio que declararle hereje. Como recordaba en su momento el banquero y numerario ¿exportador de divisas a espaldas del gobierno español a través de Andorra? “Hans Küng no es teólogo católico”. Obsérvese como por todas partes se extiende el mismo complicado examen de catolicismo: a las monjas estadounidenses, los obispos franceses a la cadena de radios católica, a cierta universidad peruana….
Para llevar la palabra católico en el nombre de una institución hay que pasar por el sometimiento a las directrices. Puro estilo Opus. Cuarto reich a nivel eclesial. Cual consejo regulador del pimiento o el espárrago o el vino de Rioja, nace el consejo regulador de la identidad católica. Quién es digno y quién no de llevar el nombre ¿exigía Jesús carnés y examen a sus discípulos? ¿no es el hecho de exigir méritos para la pertenencia un distintivo sectario frente a una religión decente y respetuosa de los fieles que de ella se reclaman?
He seleccionado de “Lo que yo creo” este párrafo sobre Eros y Agape, que viene en el capitulo titulado El arte de vivir. Me ha llamado la atención por el final inesperado que enlaza con un tema de actualidad en el país experto en “retornos”.
“Algunos teólogos, cuando reflexionan sobre el amor, nunca pueden hacer bastante para poner de relieve la diferencia entre el anhelante eros de los griegos y el obsequioso ágape en el sentido de Jesús. Me resulta imposible compartir una delimitación tan nítida: daña tanto al eros (lat. Amor) como la ágape (lat, caritas).
Estoy en contra de toda desvalorización y demonización del eros. De este modo, el amor apasionado que anhela al otro queda circunscrito al sexo, lo que conlleva la descalificaición del erotismo y el sexo. Ambos son importantes fuerzas vitales. La animosidad contra el cuerpo y la represión de la sexualidad tienen, sin embargo, una larga historia, que la teología de escuela –ignorando los resultados de la exégesis y la historia de los dogmas de orientación crítica- prefiere no tomar en consideración. Esa historia se plasma ya en algunas corrientes antiguas sobre todo en el maniqueísmo y la gnosis. Pero en el Occidente latino fue fomentada considerablemente por la ya mencionada invención del “pecado original (o hereditario)” transmitido por el acto sexual. Esta idea no se encuentra en el relato del paraíso del Génesis ni en el apóstol Pablo ni en la teología griega. Fue Agustín, el genial padre de la Iglesia latina, quien transmitió esta noción –un error genial- a la totalidad de la teología occidental, a la teología medieval y, a través de Lutero, incluso a la teología reformada. Agustín, en sus inicios un hombre muy mundano, engendró ya como joven retor de 17 años un hijo y convivió con la madre de éste 13 años en concubinato. Durante un tiempo fue “oyente” del maniqueísmo, que explicaba el mal y la sexualidad con ayuda de un principio eterno del mal. En razón de su experiencia personal del inmenso poder de la sexualidad y de su pasado maniqueo, Agustín –por medio de una falsa traducción latina y la interpretación de un pasaje de la “Carta a los romanos” de Pablo (5,12)- vincula el pecado original con el acto sexual y con el egoísta deseo “carnal”, con la concupiscencia.
San Agustín, (354-430) |
Así pues, a juicio de Agustín, ningún niño que viene al mundo es inocente, sino que –a causa justo del instinto sexual de sus progenitores- está desde el principio infectado con el pecado original y, si no se le bautiza a tiempo, destinado a la condenación eterna. Por eso, a su modo de ver, las relaciones sexuales están permitidas sólo con vistas a la procreación (lat. Generatio), no con vistas al placer carnal (lat. Delectatio). Todavía el papa Juan Pablo II opinaba que, incluso dentro del matrimonio, puede darse el caso de que el varón mire impúdicamente a su mujer. No es de extrañar que con semejante hostilidad contra el eros y la sexualidad haya ocasionado mucho mal precisamente en la Iglesia católica y en la educación inspirada por ésta y que haya seguido influyendo hasta la prohibición de la píldora. Del eros se sospecha incluso allí donde no es entendido simplemente como pasión inquietante, abrumadora, ciega y sensual, sino –tal por ejemplo en EL Banquete de Platón- como un anhelo de lo bello y del conocimiento enraizado en la amistad, como fuerza creativa que propicia la elevación desde el mundo de los sentidos hacia el mundo de las ideas, hacia el sumo Bien divino. Pero con razón esperan muchos católicos que de su Iglesia una mirada nueva, libre de miedos, afectuosa y filantrópica a la sexualidad como fuerza dadora de vida innata al ser humano creado y corroborado por Dios.
Incluso María, la madre de Jesús, a la que desde pronto se veneró, era vista en Occidente latino aún hasta el siglo XIII, también en la obra de Tomás de Aquino, como manchada por el pecado original a resultas de su concepción. Pero en esta época se acrecentó cada vez más la veneración a María (“de Virgine numquam Satis” –nunca se alabará suficientemente a la Virgen ), y es indudable que la veneración de María enriqueció en gran medida la poesía, el arte y la música –orientadas a los varones-, es más, las costumbres, la cultura festiva y la entera religiosidad popular.
Por último el teólogo franciscano Duns Escoto (m. 1308) afirmó en contra de toda la tradición anterior una preservadora “prerredención”, de suerte que María habría sido salvaguardada del pecado original. La idea de la inmaculata conceptio, la inmaculada concepción, quedó así inventada y en adelante fue difundida con todos los medios, también y no en último término a través de la liturgia. En 1854 fue definida como dogma por Pío IX, quien, aún después de la pérdida de los estados pontificios, hizo que el concilio Vaticano I (1870) proclamara asimismo el primado de jurisdicción y la infalibilidad papales.
Añadir leyenda |
Así la virgen sin mácula concebida fue separada en cuanto símbolo de castidad de las demás mujeres, quienes sin excepción se encuentran mancilladas por el pecado original y lastradas por los deseos sexuales. Al mismo tiempo, la Virgen María fue recomendada a los clérigos, obligados canónicamente desde el siglo XI a guardar celibato, como inofensivo ideal femenino para la sublimación o espiritualización del instinto sexual. De esta suerte, el marianismo, el papismo y la ideología del celibato se reforzaron recíprocamente, en especial a partir del siglo XIX.
La desvalorización y la demonización del eros y el sexo tienen como consecuencia, por otro lado, la sublimación del ágape y su desvinculación de los sentidos. El ágape resulta espiritualizado (y se le llama equivocadamente “amor platónico”): ¡el ideal de un amor libre de pasión! Se excluye así lo vital, lo emocional, lo afectivo. Sin embargo, cuando no es más que una decisión de la voluntad y no va acompañado de una apuesta del corazón, al amor le falta auténtica profundidad, calidez, interioridad, ternura y cordialidad humana. Semejante “caritas cristiana” puede repartir beneficencia, pero difícilmente es capaz de irradiar amor.
El amor conoce numerosas formas….
En vez de la distinción entre eros y ágape, otra es la distinción fundamental: entre el amor egoísta, que sólo busca su interés, y el amor obsequioso, que busca lo que beneficia al otro. Quien anhela a otro también puede a la vez darse a él. Y nada impide que quien se da a otra persona la anhele al mismo tiempo. El deseo amoroso y el servicio por amor, el juego en el amor y la fidelidad por amor, no se excluyen mutuamente.
LO QUE ESPERA KÜNG
Espera en la paz de las religiones, en la comunidad de naciones, en una economía más justa y una política al servicio de los pueblos. Selecciono su esperanza con respecto a la unidad de las Iglesias cristianas:
“He sido y soy miembro fiel de la Iglesia. Creo en Dios y en su Cristo, pero no creo “en” la Iglesia. Rechazo toda equiparación de la Iglesia con Dios, todo infatuado triunfalismo y todo egoísta confesionalismo: permanezco abierto a la entera comunidad cristiana de fe, a todas las iglesias.
De este modo, mi propia visión se ha ido ampliando de continuo a lo largo de las décadas: de la unidad de las iglesias a la paz entre las religiones y, por último, a una verdadera comunidad de naciones. Pero cuando uno, después de 8 décadas de vida, ha alcanzado lo que probablemente será la última para él, tiene aún menos capacidad que antes para predecir qué expectativas se cumplirán. Por eso, en este capítulo conclusivo, expreso mis grandes deseos como un spero, “lo que espero”. La esperanza , mi triple visión esperanzada, compartida por muchos, sobrevivirá el lapso de mi existencia.
Durante toda una vida de teólogo me he comprometido a favor de la renovación de la Iglesia y la teología católicas, así como a favor del entendimiento entre las iglesias cristianas. He podido ser testigo de algunos éxitos, sobre todo bajo Juan XXIII y durante el concilio Vaticano II.
Pero también he tenido que encajar reveses, en especial bajo los papas posconciliares; ellos y su aparato curial de poder traicionaron el concilio reformista y pusieron de nuevo en pie, a fin de bloquear cualquier reforma el sistema romano, antirreformado y antimoderno, propio de la Edad Media , con un colegio episcopal por entero domesticado.
Pero aquí vale la advertencia: “La vida castiga a quien llega demasiado tarde”. Pues tras la deslumbrante fachada de la Iglesia papal cada vez resulta más patente el desmoronamiento de las estructuras pastorales: extinción del clero célibe y numerosos escándalos de pedofilia, miles de comunidades sin sacerdote y masiva venta de iglesias; fusión a la fuerza de parroquias en enormes unidades de pastoral; cada vez menos bautismos, menos asistentes a misa, menos matrimonios; éxodo de mujeres emancipadas; desinterés de los jóvenes… La creciente necesidad y los decrecientes ingresos ¿no obligarán a acometer reformas?
Mi esperanza no se dirige a una homogénea Iglesia unitaria; los perfiles confesionales, regionales, incluso nacionales, de las diversas iglesias cristianas no deben fundirse en uno solo. Mi esperanza apunta a una unidad ecuménica entre las Iglesias cristianas en una heterogeneidad reconciliada. Pero ¿No se trata de una esperanza necia y extravagante? No, es una visión realista, cuya realización en la base de las Iglesias comenzó hace ya tiempo.
Así, no renuncio a mi esperanza: ¡la ecumene de las distintas confesiones cristianas es posible, más aún, necesaria! Debe crecer desde abajo y ser arrancada a los dirigentes de las Iglesias. Esta es mi visión:
-Los dogmas de factura humana, que dividen a las Iglesias, pasarán a segundo plano detrás de la verdad de Dios y el mensaje de Jesús. Las estructuras medievales-premodernas, que tratan a las personas sobre todo a las mujeres, como seres desfavorecidos, se diluirán. Las altaneras autoridades eclesiásticas, que en el curso de los siglos se han ido procurando más y más poder, quedarán reducidas a una medida humana.
-Algún día se superarán los privilegios y pretensiones medievales-protomodernos de la Iglesia católica frente a las restantes iglesias cristianas, sus ministerios y celebraciones religiosas. El papismo infalibilista y la idolatría papal pseudocristiana cederán paso a un ministerio petrino que esté al servicio de todo el cristianismo y funcione en el marco de estructuras sinodales y conciliares.
-Pero también el fundamentalismo bíblico, las tendencias cismáticas y el provincialismo regional de cuño protestante serán contenidos en beneficio de una iglesia responsable ante el mundo, así como de la ilustrada “libertad del cristiano” que no manifiesta fatuidad moralizadora ni intolerancia dogmática.
-y entonces serán superados asimismo el tradicionalismo y el liturgismo oriental –ortodoxos. Se transformarán en un cristianismo más inspirado por sus orígenes y al mismo tiempo contemporáneo, capaz de actuar como levadura en la nueva conflagración de la política y la sociedad, incluso en los países del Este de Europa.
En conjunto, no un mundo eclesial paradisíaco, sino Iglesias que vuelven a guiarse en mayor medida por el Evangelio y están abiertas a las necesidades de sus contemporáneos. “
Comentarios
http://www.ilmessaggero.it/primopiano/politica/famiglia_cristiana_meeting_cl_monti_rimini/notizie/215103.shtml
En esta pág. se puede firmar para apoyar a los médicos que se niegan a NO atender a los inmigrantes sin papeles,
http://www.medicosdelmundo.org/derechoacurar/firma/
(a ver si la puedes colocar donde se vea, creo que muchos se animaran a firmar).
Y en otro tema, aunque hasta ahora no ha sido santo de mi devoción, tenemos aquí a Mario Conde, declarando en televisión que en España es posible:
1) Dictar sentencias radicalmente injustas.
2) Cambiar determinados hechos para condenar a una persona (o no condenar, añado yo).
3) Que existe poder político influyendo en la toma de decisiones judiciales.
4) Alguna cosa más que indica con claridad, que el pescado está vendido antes de llegar al mercado (por tanto, judicialmente, es inútil y absurdo, denunciar en determinadas situaciones, según a quien).
Aunque ya lo supiese, me han impactado estas declaraciones de Mario Conde, porque me han hecho ver, que muy claro y sabido debe estar el funcionamiento judicial, para que alguien que es seguido tan de cerca, se atreva a decirlo tan claro y sin lugar a dudas (y más, cuando no es directamente la pregunta que le hacen), (minuto 13 a 14'16"),
http://youtu.be/p8SGZK3Cm4Y
Hay otros vídeos donde relata modus operandi, que también son clavados a otros que he vivido.
Parece mentira que esté tan claro y sea tan desconocido para la ciudadanía y gran parte de la abogacía. ¡Asco de país! donde nos han engañado con una falsa democracia, mucho más de lo que nos han engañado con el euro.
Ni Escribá de Balaguer, ni narices... el Opus Dei existe y hace lo que hace, porque las arbitrariedades judiciales, en España, se lo permiten.