LA IGLESIA DE LA VENGANZA

Qué instructiva las diversas entrevistas sobre la génesis de las dos películas de Joffé, "Dragones" versión estrenada en España, "Secrets of passion" versión estrenada en América. Qué gráfica historia sobre la forma que tienen de querer poner su sello, su mensaje propagandístico y la consecuente e inevitable ruina de cualquier proyecto artístico tan teledirigido por quien ni sabe de cine ni le interesa el séptimo arte ni que la gente se lo pase bien en la sala. A ver si aprendemos de lo que ocurre cuando no se deja respirar a los demás y hay quien se cree con derecho a dirigir las vidas y acciones ajenas en sus mínimos detalles.




Montaje propagandístico esa película acudiendo a un "grande de este mundo" que deshaga los desaguisados de los que aunque sea un poco han apuntado con su retrato a nuestra realidad.

Sigo con mis lecturas del "contexto" guerra civil. Y viene al pelo porque dice Joffé que él quería una historia de perdón y redención y los Opus querían una hagiografía. Por mucho ingenio que le echen la historia de Escrivá es todo menos perdón y redención. Carmen Tapia es testigo. Y también Miguel Fisac que lo conoció y trató cuando en el Opus eran cuatro gatos y dijo aquello terrible de: "nunca le oí hablar bien de nadie." Y todavía más el ejemplo de las críticas del joven cura Escrivá a uno de los hombres que se había entregado de pies y manos a la Obra, Ricardo Fdez. Vallespín. Todo ello en La Clave de 1992. De ahí mi insistencia en la necesidad del testimonio para desmontar la historia, "yo estuve allí, yo viví aquello".  Y los testimonios suelen ser poco etéreos, no suelen ser románticos, y dan detalles de realidad que nunca tendrán las hagiografías amañadas tipo los famosos Dragones.



En este vídeo Fisac explica que a pesar de haber conocido a Escrivá desde 1936 el Opus rechazó su testimonio en el proceso de beatificación. Quiso contribuir por "obligación de conciencia", dado que lo que se decía no coincidía con el personaje de carne y hueso con el que convivió.



En este otro a partir del 7:44 testifica que el libro de Carandell  sí "le cerraba".
De paso obsérvese al que tiene amigos marqueses y sabe cómo funciona eso...

Mientras iba leyendo el capítulo que Julián Casanova dedica a los horrores desplegados en España una vez acabada la guerra, no he podido dejar de pensar en aquel “España sin problema” del numerario de la primera hora Rafael Calvo Serer. Ni él ni su familia pasó una noche en la cárcel esperando una sentencia de muerte que no se sabía cuando iba a llegar, tampoco tuvo que ir al exilio, saliendo de Guatemala, la guerra civil, para ir a Guatepeor, campos de concentración en Francia, inicio de la segunda guerra mundial. Evidentemente ni Calvo Serer, ni Escrivá ni ninguno de estos intrépidos apóstoles fueron denunciados por sus vecinos, expropiados, apartados de su famila. No se les rapó como a muchas mujeres españolas ni se les hizo beber aceite de ricino. Tampoco tuvieron que ver a sus hijos morir de inanición o de enfermedad en la cárcel. En fin, que ellos pertenecieron desde el primer momento a la “España sin problema” puesto que bien que supo el founder escapar de Madrid en 1937, atravesar el Pirineo para ir a instalarse al lado del Generalísimo Franco en Burgos.

En la cruel represión subsiguiente a 1939 se hacían informes sobre los españoles “contagiados”. Había que limpiar España de basura marxista y el hecho de no haberse “pasado” durante la guerra a la “España liberada” de Franco despertaba todas las sospechas, incluso si el sospechoso era cura. Así que Escrivá tuvo siempre muy claro cuál era su campo. También sus huestes. Toda esta reflexión a cuento de la película panfletaria de los Dragones. Me extraña y me choca profundamente que ningún historiador español especialista haya intervenido para explicar que un cura como el de esa película, no perteneciente a ninguno de los dos bandos españoles de la guerra civil, no existió. Y de existir no habría podido pertenecer a la Obra escrivariana.

El Opus de Escrivá ha hecho ímprobos esfuerzos por limpiar su pasado comprometido con el régimen que surgió de la guerra civil. Quieren hacer ver a los de dentro que todo es divino, incluido el código de derecho canónico y las prelaturas personales son “voluntad de Dios”, y a los de fuera que el Opus nació muuuuucho antes de la guerra. Así como en 1928. A este respecto es significativo el debate de la Clave de 1992 en el que Luis Carandell explica que Consideraciones Espirituales obra de Escrivá escrita en Cuenca no es Camino de 1939.

Es muy difícil hacer historia sin documentos históricos y sin testimonios de varias personas verificables. Con inspiraciones divinas en las almas no se hace historia. Con archivos históricos a los que sólo tienen acceso contadas personas pertenecientes al propio Opus, con documentos quemados por el propio founder….todo es borrar pistas. Está bien que el origen del pueblo griego se pierda en la noche de los tiempos, o el de los egipcios, incluso el de los romanos. Todos ellos emparentan con los dioses, que si la loba capitolina alimentó a Rómulo y Remo, que si los héroes griegos eran hijos de dioses. Corresponde a una época remota en la que la historia conecta con la mitología.

¿Pero mitología en el siglo XX para explicar los orígenes de una institución religiosa en un país europeo? Siento vergüenza de tantas personas que viven en el Opus siendo catedráticos de historia y sostienen esta farsa, con muchos más elementos de juicio que los que puede tener una servidora. No digamos la impresión que me producen todos los historiadores de la iglesia o de España que miran esto desde fuera y no abren la boca ni escriben una sola línea sobre el tema.