ETICA DINERARIA



ETICA DINERARIA

Ética es la forma de conducta capaz de producir capital. Comprendo mejor que ciertas personas cercanas que no “entraron” habían entendido mejor que yo el “espíritu”. Puesto que dichas personas pusieron los intereses dinerarios por encima de cualquier otra humana consideración. A lo bestia, así, en vena. El dinero es nuestro Dios. Todo lo demás pasa detrás. Duro decirlo y padecerlo todavía peor.

El dinero no se gasta, se usa para producir más. Se reverencia el dinero. Se lo estima por sí mismo. Idolatría en suma.
Pasa a ser un fin en sí, lo mismo que los tradicionales atributos divinos: amor, verdad, bien, poder. Cuando se mira el dinero se reverencia un atributo de Dios, lo cual me parece la doctrina más ida de la cabeza posible y si no lo hubiéramos padecido y visto hecho carne, pensaríamos que es una broma. Se reverencia el dinero porque el dinero es bueno, aunque no venga en el Génesis “y vió Dios que era bueno, (el dinero)”. Poder, verdad, dinero forman el acervo católico de los bienes.

Hubiera sido mejor en vez de sentido reverencial llamarlo “sentido sacramental” del dinero. El octavo sacramento en suma, (¡qué bien visto, sr. Villacañas!). Se trata de vincular trabajo, ahorro, productividad económica, signos sensibles de la salvación del alma. El dinero, signo de la gracia divina. Lo malo no es que los opus lo crean, lo malo es que el resto de los españoles así lo ven y lo consienten. Todavía no he escuchado a ningún alto prelado que les eche en cara su idolatría del dinero que es evidente para todo español que se haya topado con OD, particularmente lo sabía el pueblo llano de Pamplona ya en mi adolescencia. Lamentablemente en aquellos tiempos una hacía más caso de su madre que de la vox populi. Lo normal. Te educan tus padres.

La ética económica de la que habla Maeztu es esencialmente religiosa, dice Villacañas. Un batiburrillo de mucho cuidado, porque poner el dinero a la altura de atributo divino es mezclar churras con merinas. En este punto es cuando considero que más vale un buen ateo que una persona religiosa con semejante purrusalda espiritual que mezcla lo inmezclable. Y además va aleccionando. La ética económica de la que estamos hablando se basa en la interpretación calvinista de la religión cristiana. El que no ahorra y malgasta no puede ser bueno. Quien no asume este sentido reverencial del dinero no cumple con su deber, la conciencia económica deviene función esencial de la conciencia ética.

Este sentido del dinero no sólo se dio en la Ginebra de Calvino y en Estados Unidos por obra de los puritanos allí emigrados. También en País Vasco, Cataluña (¿será por eso que quieren separarse?), en Liguria y en Francia.

La innovación de Maeztu con respecto a esta tesis weberiana es haberla “catolizado”. Desgrana los rasgos del capitalismo europeo: es específicamente moderno, se espiritualiza el dinero mediante el ascetismo (entrega de sueldo, cuenta de gastos, consulta de cualquier gasto “extra”, no disponer de liquidez, ropa heredada, vigilancia extrema del precio en las compras de las numes “pobres”) un ascetismo específico que pone coto al consumo y al lujo, en la dignidad del trabajo productivo y profesional esta la forma específica del valor de ser hombre.

El trabajo productivo tiene siempre un sentido social. El hombre meticuloso en su trabajo es el nuevo hombre superior, capaz de configurar una élite directora de la sociedad. No es cuestión de mujeres en ningún párrafo. No estábamos en los planes divinos al principio, fue la “intendencia” la que obligó a otra iluminación especial y específica.

¿Chicas estudiantes del OD? En 1930 había pocas españolas universitarias y le hubiera parecido ridículo a Maeztu y al founder: en OD las féminas empezamos limpiando. El desarrollo económico de España tuvo el efecto no querido por los OD founders  de que la mujer se incorporara a otras actividades que no tuvieran que ver con cazuelas y mopas. Hubo que improvisar sobre la marcha el Opus de las numes, para atender a la parte femenina de la opusina población que en determinado momento y paradójicamente no me extrañaría que haya superado a la masculina. Se nos da mejor el rollo “reli”. Educadas para ello durante generaciones. Los hombres se “salían” de la iglesia en el sermón y escuchaban menos a los curas, todos varones. No iban a confesar con tanta frecuencia, salvo para la boda. Si hubiera curas mujeres a lo mejor la población masculina se interesaría más por la santísima trinidad y sus designios.

Maeztu creía que trasplantando el sentido reverencial o sacramental del dinero a España se extirparía una de nuestras seculares patologías sociales, la improductividad, la mentalidad aristocratizante de que lo “suyo” es vivir de rentas y no pisar el campo, ya lo hacen los pobres jornaleros que tienen que trabajar en él. El sentido calvinista del dinero haría en España de doble dique frente al marxismo que equipara capitalismo e injusticia, y frente a la oligarquía instalada que impedía la formación de una aristocracia económica.

En aquellos años la revolución grondait en España ¡tantos eran los trenes del XIX que se habían dejado pasar! La monarquía exhausta, proletariado urbano y jornaleros del campo, analfabetismo, desigualdades sociales muy llamativas…había motivos más que justificados para agitar a las masas con éxito y que se instalara alguna guillotina en Sol, aunque fuera con 150 años de retraso. Lo sentían los poderosos y los situados, y de ahí que se vieran obligados a hacer frente al peligro.

Estaba claro para que servían los designios de Maeztu que parecen los del OD, que parecen los del franquismo, que parece que fue lo que acabó pasando a partir de los años 1960 en adelante: el ethos de la profesión, novedad en la cultura española, que diera lugar a una clase media independiente, laboriosa, trabajadora, con conciencia de su dignidad y dice Villacañas convenientemente despolitizada, y me pregunto ¿es o no es lo que tenemos? Lo único que mueve a la ciudadanía es el propio interés pecuniario inmediato, si eso no está en juego, a más de uno y más de una le importa poco cualquier otro valor, meta y consideración.

Comentarios

Ricardo Pérez ha dicho que…
Nunca he entendido la reverencia de los beatos por el dinero, cuanto mas beatos son, mas reverencia sienten por el dinero. Parece no importarles que la gente pobre, que vive con sueldos miserables, tenga que vivir, ahorrar y comer, con estrecheces insanas, asi solo se pueden vivir vidas miserables. Ellos los beatos supongo que lo saben, pero hacen como si no lo supieran. Tan es asi que dan a entender que el unico modo de vida virtuoso por el que suspiran, es el burgues bien instalado, con buenos sueldos, con un buen empleo de misa diaria o bien relacionado con la misa y la Iglesia. Al pobre solo lo quieren para que cumpla con su deber, el ser pobre.Tambien para ellos poder hacerse la foto, con el que padece un sueldo miserable, para figurar. Eso les da prestigio, boato, poder y beateria.

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