¿ACEPTARÁ LA DIMISIÓN?

El padre Vignon al que considero referencia pues es el primer clérigo que he conocido que se ha preocupado de los abusos sectarios en la iglesia católica, que saltó a la palestra a finales de agosto con su llamada en change.org a pedir la dimisión del cardenal Barbarin se ha expresado una vez que se ha conocido la condena a 6 meses de éste último y la presentación de su dimisión al Papa.
Efectivamente como dices hay hilo para retorcer sobre cómo se ha llegado hasta aquí, el cura Preynat a sus 80 va a ser juzgado. La condena al cardenal en primera instancia muestra tortuoso camino pues  fue absuelto en 2016, archivo el 11 de diciembre de denuncia por no haber denunciado a un cura que habría abusado de un joven de 17 en los 1990, y archivo el 1 de agosto por este Preynat. Ahora lo condenan por no denuncia de malos tratos a Alexandre Hezez.
Queda recurso.
Ello no quita para que el  hombre y ciudadano Barbarin, además de cardenal, no hizo lo que debería de haber hecho y ha acabado pagando errores propios y ajenos. Errores de sus predecesores en el cargo y de la comunidad cristiana,  que dicho cura toquiteaba chiquillos se sabía desde los 70. Pero a ver quien era el listo que denuncia al cura hace 40 años. 
En 2014 cuando la víctima de Preynat le habló, el cardenal pidió opinión a Roma, como hacen todos los cardenales, no se fue al juez, como no ha hecho ningún cardenal cuando le han venido con quejas del estilo.
En resumen esto ha dicho Vignon:

« Esta mañana del 7 de marzo nos hemos enterado de la condena del cardenal  Philippe Barbarin. Victoria para las víctimas que se sienten reconocidas en su acción legítima. Había pensado no decir una palabra, pues la noticia es suficiente y el comentario innecesario. A mediodía hemos sabido que el cardenal y arzobispo de Lyon presenta su dimisión al Papa. Quiero tomar la palabra no para alegrarme de la evolución de los acontecimientos sino para mostrar que este episodio entra dentro de la lógica de los acontecimientos vividos estos últimos tiempos.
Resulta que los acontecimientos me dan la razón y sería un estúpido si hiciera de ello una victoria personal. Prefiero recordar la Carta al Pueblo de Dios del papa Francisco de 20 de agosto de 2018, carta que fue la base y fundamento de mi petición de dimisión del cardenal Philippe Barbarin. Fue difícil entonces ceder a la petición de un simple cura. Todo el mundo  comprende hoy porqué se la hice a él y no a otro y cada cual puede ver su sentido profético. Era preciso que la petición la hiciera un miembro de la Iglesia y que fuera dicha con fuerza. No quise que se me considerara entonces como un rebelde, me dieron el título de whisteblower, me parece mejor.

Habló entonces un cura harto de las palinodias de sus superiores y el mensaje dió la vuelta al mundo. A pesar del consejo que dí a mi obispo de Valence y a la oficina de la Conferencia de los Obispos de Francia, hubo de cometerse la tontería de destituirme como juez eclesiástico. La quiso el cardenal que llevó tras de sí a los otros 11 obispos de la región Auvergne-Rhône-Alpes. Había que lograr que me callara. Pero fue imposible. Si quieren recuperar su honor deberían devolverme el mío.

No reduzcamos a tristes historias humanas el núcleo importante de la cuestión manifestada por esta crisis. Primero, el reconocimiento a todas las víctimas de toda forma de abuso en particular sexuales, el juicio y la expulsión de la Iglesia de depredadores/as, el juicio de los superiores religiosos que encubrieron los abusos, y la indemnización a las víctimas no sólo de abusos sexuales sino de todos lo que se vieron excluidos de sus comunidades sin motivo, y que se vieron sin medios para sobrevivir después de años de vida entregados a Dios.

En esta crisis planetaria que provoca una angustia apocalíptica en los fieles y con razón, hemos de ver la voz de Dios que pide por la voz del pueblo una mayor santidad de vida en la Iglesia, el acceso de laicos formados a puestos de autoridad, una mayor participación de las mujeres como tales y el surgimiento de un nuevo estilo de Iglesia que no será una negación de su identidad ni de su misión, sino una nueva manifestación en un nuevo capítulo del evangelio eterno.
El capítulo se cierra aunque no les guste a los tradicionalistas de caras largas y largas sotanas, debido al fallo moral: la misa dicha, ¡marchad! Recuerdo a Georges Clémenceau que en 1877 afirmó que la guerra es un asunto demasiado serio para que de ella se ocupen sólo los militares. Tenía razón: la Iglesia es demasiado importante para que de ella se ocupen sólo los obispos. Todo el pueblo de Dios se ha de encargar de la Iglesia. Esta novedad divina llena de esperanza hemos de verla detrás de la multiplicación de los escándalos y casos que salen con profusión. Mi respuesta es clara.
En lo referente a la persona de Philippe Barbarin, no me alegro de su mal porque nunca lo pretendí, incluso si la decisión que acaba de tomar lo pone a la altura de los acontecimientos. Me alegro por la nueva Iglesia naciente. El rey ha muerto, viva el rey. Deseo que en esta ocasión el Papa Francisco olvide que es argentino y que sabe bailar tango. No necesitamos pasos atrás, sólo pasos adelante. Hará un servicio a la Iglesia y al mundo si acepta la dimisión del cardenal. Vox populi, Vox Dei. Sólo Dios puede hacer que descienda su amor misericordioso sobre nuestra mortífera miseria. Agradezco a todos los medios que en el mundo entero se hicieron eco de mi mensaje.

Padre Pierre Vignon, Saint Martin en Vercors, 7 de marzo de 2019

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Fuerte movimiento del Opus!

Hay que reflexionar sobre la intención.

“El prelado del Opus Dei sale al paso del momento presente”

Por Gabriel Ariza

“Por su relevancia ante las noticias sobre la Iglesia, os copio el mensaje que hoy envía el prelado del Opus Dei.

“ante la situación presente –distinta pero no menos difícil que aquella (con Pablo VI)–, en la que junto a confusión doctrinal y errores prácticos, es muy penosa la división.”

7 de marzo de 2019

https://infovaticana.com/blogs/cigona/el-prelado-del-opus-dei-preocupado-por-la-situacion-de-la-iglesia/#comment-137888

Parece que se trata de consagrar “la división” en la Iglesia, la que ellos han creado. Lo demás parece retórica. obligada. Como dice esta terminal opusina: “sale al paso del momento”. Parecido la terminal De la Cigoña: “Me parece importante salga de un silencio que podría interpretarse como asentimiento de la situación”

A la discreta literatura pública, le seguirá las subterráneas acciones de brutal ataque.
Curioso el paralelismo que hace con los tiempos de Pablo VI. Cuando el Papa le hizo un cuasi monitum, advertencia, al Opus, tras la manipulación del famoso “quirógrafo”, esa carta del Papa en que les exigía reformas.

“ADVERTENCIA” DE LA SANTA SEDE AL OPUS DEI, año 1965 Por Marcus Tank
http://www.opuslibros.org/PDF/2.pdf

Lo del Papa Francisco, a su modo, ha sido mucho más fuerte, con la Gaudete et Exsultate de abril pasado en que denunciaba “grupos heréticos pelagianos”, que me parece claramente iba referido al Opus. Además de una continua política de hechos y gestos, como quitarlos de los Dicasterios de Laicos, Familia y Vida, que consideraban su propiedad. Era lógico que el grupo herético pelagiano atacara con todo y creara el río revuelto para su ganancia.


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