ALPINISMO DEL ALMA

Gracias por la info sobre la cúpula de la Caixa Penedés y el fondo de pensiones multimillonario que se habían montado sus directivos. No sabía de la vinculación que dices con el clan santificador de lo ordinario.
Pidieron perdón y penitencia, reconoció cargos, devolvió los millones y aquí paz y gloria.
 Otros no sólo no robamos sino que nos roban. Todo saldrá en su momento. Espero. Mientras, sigamos adelante que en la "acción está la salvación". Como dijo Malraux o Saint Exupéry.

He hecho otro vídeo con ocasión de la filosofía y motivo de la actualidad.

 
Podréis ver que el nivel de indignación sigue aumentando. En especial ante la pasividad y falta de reacción de mis compatriotas.

Me fui a escuchar entrevista a físico y filósofo, poeta incluso al expresarse. Tema: el presente del confinado.




Etienne Klein, profesor en la Escuela Politécnica, institución académica de ingenieros más prestigiosa, que desfilan uniformados ante el presidente de la República el día de la fiesta nacional. Top.

HuffPost: ¿Cómo está viviendo el confinamiento?

Etienne Klein: Nunca pensé que iba a vivir una experiencia así, extraña y extranjera. Mezcla paradójica de urgencia y calma: carrera contrarreloj para unos, tranquilidad en las calles. De hiperconectividad, paso varias horas al día como ud ante la pantalla. Y al mismo tiempo de barbecho social.

Estoy bien pero me siento culpable por ello. Acaba de salir una encuesta que muestra que ha aumentado el número de casos de depresión, el confinamiento es un suplicio para muchos y me parece que lo estoy superando: trabajo, doy clase, escribo, pinto, hago deporte. Estoy mirando mi bici que parece aburrida, tiene hormigas en las ruedas, me da pena mi bici...

HuffPost: El confinamiento es un momento en el que vivimos una relación nueva con el espacio y el tiempo ¿has experimentado esa nueva relación?


Etienne Klein: pienso que el confinamiento para cada uno de nosotros fuera cual fuera nuestra actividad y  ritmo de vida...en estos momentos nuestro baricentro se ha desplazado. Teníamos una vida profesional, familiar, de amistad y dábamos una ponderación a cada una. Ahora algunas cosas han desaparecido y otras se han reforzado, estamos desplazados, y muchos nos damos cuenta de que tras el confinamiento hallaremos nuestro baricentro existencial que no tendrá porqué estar en el mismo sitio que antes, y probablemente será de diferente naturaleza. Nuestras vidas van a sufrir una convulsión,

 has dicho que el confinamiento tiene que ver con el espacio y el tiempo, sí claro, hablamos de él refiriéndonos al tiempo ¿cuánto va a durar?, pregunta importante porque determina nuestra manera de vivir el confinamiento.

Si tenemos una fecha final, uno se adapta, pero si la fecha nos la cambian a cada paso, nos crea una especie de angustia, porque se convierte en una tortura china que hace que sea todavía más difícil de vivir.

En realidad el confinamiento, si nos atenemos al dato esencial, es un fenómeno espacial: nuestro espacio vital se ha reducido, nuestra casa se nos ha transformado en cárcel y el confinamiento es doble. Por una parte estamos como siempre confinados en el tiempo, el tiempo es una prisión, somos prisioneros del instante presente,  el cuerpo es prisionero del presente, podemos pensar en el futuro y recordar el pasado, pero seguimos prisioneros del presente, no podemos escoger libremente nuestra posición en el tiempo. El tiempo es como un corsé, ante él solo nos queda pasividad, por eso siempre estamos confinados en el tiempo
y ahora además tenemos un confinamiento espacial, un doble confinamiento. Por eso

CAMUS cuando escribió La Peste (¡descargatelo!) hizo un borrador "Exhortación a los médicos de La Peste" en la que decía que una epidemia es una "extraña tiranía", precisamente porque nos obliga a encerrarnos por doble: en el espacio, lo nuevo, y en el tiempo, como siempre.

El confinamiento muestra varias paradojas, quizás muchos lo vean como yo.

Una paradoja relativa al tiempo: el hecho de tener tiempo, de ya no tener jornadas programadas, de no tener citas, horario prefijado, ni ritmo impuesto, hace que se pueda trabajar mucho en el confinamiento, hay horas libres que gestionar, tenemos tiempo y paradójicamente perdemos la noción del tiempo. Para saber que es miércoles tengo que pararme a pensar, lo mismo con la fecha, no me acuerdo, tengo que calcular...mientras que en tiempo ordinario sé sin duda qué día es y la fecha.
Así que la noción de tiempo se nos hace más vaporosa, más etérea, mientras que en circustancias normales  el ritmo impuesto por la vida sincroniza psicológicamente con el tiempo que pasa.

La segunda paradoja se refiere al espacio. Estamos en casa, cada uno en la suya. Pero en realidad no tenemos muy claro donde vivimos, nos vemos obligados a la pregunta ¿cuál es mi sitio de verdad? ¿no estaría mejor en otro lado? ¿necesito una vida trepidante para sentirme bien? ¿cómo modifica el confinamiento espacial mi punto de vista sobre mí y sobre los demás? Así que la idea de normalidad está en crisis. En estos momentos estoy leyendo a Artaud, un autor que les recomiendo para los tiempos que corren, bueno... no sé si el tiempo corre mucho en estos momentos..., Dice Artaud a propósito de una epidemia:

"Sentimos una especie de pérdida constante del nivel normal de la realidad"

Lo normal está contaminado, qué apropiada palabra..., lo normal está contaminado por la norma,  no sabemos dónde vivimos cuando precisamente estamos en casa.

Y una 3ª paradoja, recuerdo que hace unos meses se hablaba mucho del transhumanismo, lo posthumano, que nos íbamos a liberar de las preocupaciones del cuerpo gracias a la digitalización y todo tipo de herramientas, y lograríamos trascender nuestro sustrato biológico. Y llega un virus de nada que nos ha recordado que dependemos mucho del zócalo biológico, hay una especie de paradoja entre el recuerdo de la biología y el hecho de la hiperconexión. Sobrevivimos socialmente y personalmente gracias a la red de Internet, podemos hablar con amigos, reunirnos, teletrabajar y esa  es la contradicción, que en tiempo de confinamiento usamos más los medios digitales, ayer oí decir que se usa mucho el teléfono y que incluso se están saturando las líneas, así que estamos sobreviviendo gracias a los medios digitales debido al virus que ha reactivado nuestra dependencia biológica.
Me parece que es una especie de tensión, ya que no contradicción...

Y hay una 4ª paradoja, y es que parece que vamos a ir todos con mascarilla por la calle, autobuses y tiendas....la epidemia nos obliga a llevar máscara. Pero citando a Artaud en "El teatro y su doble":

Teatro y epidemia tienen  un punto en común: ambos nos muestran a los humanos como son.
Y añade: la epidemia hace que caigan las máscaras.

Hace que nos mostremos como somos: nos vemos tal cual, no podemos disfrazarnos. La epidemia nos obliga a la máscara al  tiempo que nos la quita. Me parece que merece la pena pensarlo. No tengo consejos para vivir bien el confinamiento, hay coachs por ahí que te explican cómo organizar el trabajo, ocuparse de los niños, deporte, teletrabajo...no me siento capaz de dar consejos. Sólo digo que cuando me siento confinado y lo vivo como una dificultad, pienso en una montaña, el confinamiento es una montaña simbólica que invita a practicar un alpinismo del alma. Es decir, vivir la experiencia espiritual de un vacío, un vacío que no es estéril, que sirve para reflexionar, para plantearse preguntas relativas al "después".

Es un período muy especial, trágico incluso, pero estamos sincronizados con el mundo.
Antes me parece que estábamos convencidos de que el tiempo va cada vez más rápido, el tren de la historia va tan rápido que siempre vamos con retraso. La frase "el tiempo acelera" nos da la impresión de que nos estamos perdiendo algo de la dinámica del mundo

Y ahora sin embargo me parece que vivimos sincronizados, es una experiencia cuasi universal, más de la mitad de la humanidad está confinada, es una experiencia universal, un hecho social total, un hecho mundial total, pero claro la manera de vivirlo es muy desigual. Es cuestión de metros cuadrados, de biblioteca más o menos abastecida, de capacidad para aguantar la soledad o la promiscuidad...depende también de la tendencia a la ansiedad, porque muchos se preocupan de su salud y la de sus familiares, por los destrozos en nuestras vidas de la próxima crisis económica...así que es una situación muy única, es la primera vez en mi vida

que tengo la impresión de vivir una experiencia sincrónica, un momento en el que la humanidad está unida  por una misma preocupación.


HuffPost: Curioso que cites a Artaud que si no me equivoco acabó casi en la locura, y nosotros mismos nos estamos volviendo locos porque , como experto del tiempo que eres ¿la relación que tenemos con el tiempo y con el espacio en estos momentos nos vuelve locos?


Etienne Klein: No soy un especialista, no soy psicólogo ni psiquiatra Pienso que como el estudio que he citado dice, el estado psíquico de la gente se deteriora, la media, y nada tiene que ver la clase social o la cultura, les está pasando a altos ejecutivos como a obreros sin cualificación, afecta mucho a los jóvenes, que necesitan expresarse en sociedad, salir para sentirse bien, pero también se puede decir lo contrario

He leído testimonios de personas normalmente depresivas que viven bien el confinamiento, a mí cuando me anunciaron que nos confinaban, no pensé que iba a tener un carácter para soportarlo, soy muy activo, me gusta moverme y salir. PIENSO QUE TODAS LAS IDEAS SE ME OCURREN ANDANDO, que todas las ideas tienen un origen muscular y mira por donde vamos

He dado muchas clases en la cárcel y siempre me preguntaba cómo hacen los presos para aguantar. Les pregunté y nunca me convencieron sus respuestas. No digo que el confinamiento sea la cárcel, pero nos acercamos a las condiciones en las que vivimos el espacio de forma muy constrictiva. Y tras 7 semanas encerrado me doy cuenta de que estoy bien, trabajo, se me ocurren muchas ideas, me he adaptado siendo consciente de que no hay que acostumbrarse al confinamiento.

Es el miedo que tengo al desconfinamiento, nos hemos acostumbrado a cosas buenas y malas que pueden perdurar después, habremos descubierto cosas que harán que retomar las actividades, los horarios de trabajo, de un cierto ritmo profesional corre el riesgo de resultar muy difícil para algunos.

HuffPost: ahora nos es difícil proyectarnos en un tiempo y en un espacio, vivimos en la incertidumbre que es nueva en nuestros esquemas...

Etienne Klein: sí muy buena pregunta, haré algunas hipótesis al respecto. Para volver a mis tiempos de profe en la cárcel de Fresnes, el hecho de estar encerrado y que nuestra mirada se ve interrumpida siempre por las paredes nos impide pensar el futuro. Para ver lejos en el tiempo tenemos que tener un horizonte espacial ante los ojos que nos permita comprender lo que es una extensión larga. El encierro espacial tiene un efecto sobre la perspectiva temporal en la que uno puede pensar.
Esta primera respuesta la suavizo con que

estamos encerrados y ¿de qué estamos hablando? del mundo del mañana. Lo que contradice lo que dije antes, la cuestión del futuro que queremos, que nos espera, nunca se nos presentó con tanta claridad como desde que estamos confinados...en la prensa y con nuestros amigos, el mundo de mañana nos hace pensar porque paradójicamente nos damos cuenta de que en parte no lo dominamos y quizá esta pausa es una oportunidad para recomenzar de un modo más conforme que lo veníamos haciendo.


Hay que ser prudentes, porque los historiadores que han estudiado las epidemias, P. Boucheron trabajó la peste negra del s. XIV y otras más recientes, dicen que la epidemia terminada, hubo mecanismos de amnesia colectiva. No se aprendieron las lecciones, porque la prioridad una vez terminada la epidemia fue olvidar las catástrofes y reactivar la vida de antes con más frenesí. Nos va a ser difícil por la crisis económica que se nos viene encima pero puede que escapemos a esta fatalidad histórica

porque si recuerda lo que decíamos antes, nadie estaba contendo con el mundo de antes, y quizás los esfuerzos para cambiar son más sinceros que cuando hubo otras crisis, lo que no significa que el mundo de después será más agradable que el mundo de antes.

HuffPost: con respecto a que estamos todos sincronizados con el mundo de hoy, hoy se hacen estadísticas, se hallan los valores medios de tal y cual fenómeno, para obtener un comportamiento global de toda una población y se pretende que todos respeten ese valor medio, la edad, la velocidad media en todo el territorio, a cualquier hora y sea cual sea el piso... como físico ¿qué piensa de ello?

 Etienne Klein: Cuando hay una crisis que requiere medidas urgentes son inevitables los análisis individuales de los comportamientos para adaptar las obligaciones que se le van a imponer, estamos obligados a basarnos en estadísticas, ... El desarrollo de una epidemia es una cuestión de estadísticas.

Angela Merkel dijo en conferencia de prensa cómo funciona una epidemia. Dió una clase de matemáticas o de física, R0 es el número de personas que un enfermo contamina de media, si R0 es mayor que 1, la epidemia se va de las manos si es inferior, la epidemia termina. El objetivo del confinamiento es que R0 sea menos que 1. Lo explica de manera fácil, también para quienes no tienen formación matemática. Hemos de fiarnos de los valores medios, que parecen arbitrarios...pero todas las medidas pueden parecerlo: en París solo se puede correr antes de las 10 y después de las 19 ¿por qué?....pero de algún modo hay que repartir el flujo de corredores para que no se junten con los que van a la compra...

Se podrán individualizar las medidas cuando haya tests. Y de todas formas seguirá habiendo incertidumbre porque no sabemos si los anticuerpos producidos por los contactos con el virus durarán, si estaremos protegidos si ya la hemos pasado....tampoco se saben cuántos portadores sanos hay.